Capítulo 17

99 15 10
                                    


La acercó con fuerza hacia él y apretó su estómago con un brazo. Aquel rápido movimiento hizo que ella tuviera un espasmo y que comenzase a toser al tiempo que empezaba a salirle el agua por la boca. La dió la vuelta para tenerla cara a cara; sujetó su rostro entre sus manos e intentó reanimarla con su voz.

- Abby, ya te tengo. Puedes oírme?

Abby parpadeó un instante y los ojos se le volvieron a cerrar pero estaba viva. Bruce posó los labios sobre su frente notando solo el sabor del agua del mar. Estaba fría como el hielo; acercó su cara a la de ella, mejilla contra mejilla y sintió su débil respiración sobre su cuello. Era muy superficial pero respiraba; notó un dulce cosquilleo que le recorrió todo el cuerpo pero aquella sensación no le duró mucho.
El peligro no había pasado.
La colocó de espaldas para que flotase y la llevó hasta la orilla. Cuando alcanzó la seguridad que le ofrecía la orilla, la tomó entre sus brazos arrancándola de las garras de aquel mar que había intentado arrebatársela.
Se adentró en la playa algunos metros, la tumbó con cuidado y se puso de rodillas a su lado.

- Abby! - le movió los hombros delicadamente - despierta!

Estaba muy quieta. Terriblemente quieta.

- Abby - volvió a moverla mientras el corazón se le encogía de dolor - por favor, necesito que te despiertes. Te necesito!

Abby volvió a parpadear y de repente abrió los ojos y él se encontró mirando en esos dos amaneceres tan familiares. Sintió una oleada de alivio tan intensa que podría haberse puesto a llorar pero en cambio la besó.
Sabía que no tenía tiempo, que tenía que llevarla a la casa pero no pudo contenerse; necesitaba saber que estaba viva. Cubrió sus labios con un beso abrasador como si fuera capaz de eliminar el frío de su boca con el calor de su pasión. La besó con desesperación total; nacida del miedo; con toda la intensidad de las emociones que ella había puesto al descubierto.
Cuando levantó la cabeza y sus miradas se encontraron, pudo ver su sorpresa.

- Bruce, yo... - volvió a parpadear y los ojos se le cerraron de nuevo, sumiéndola en un estado de inconsciencia.

Durante un momento pensó que había muerto; el miedo volvió a apoderarse de él. Bruce apretó el pecho de Abby con una mano y se sintió aliviado al notar el precioso latido de su corazón. Respirando con dificultad volvió a tomarla entre sus brazos; las corrientes del mar lo habían dejado sin fuerzas pero sabía que sí no la llevaba a la casa inmediatamente para que entrase en calor, moriría.
Notar su respiración superficial sobre su camisa abierta era la única prueba de que seguía viva. Se aferró a ella como si fuera un preciado talismán; un salvavidas que le proporcionaba fuerzas donde no le quedaban.
Las piernas le ardían a cada paso que daba arrastrándose sobre la arena de la playa; no se permitiría pensar en lo fría que estaba o en cuanto tiempo había pasado en el agua helada. Tragó saliva; no quería pensar en la palidez de Abby.
Por fin llegó hasta el final del camino donde se encontraba su caballo; se movía de un modo mecánico, guiado por un instinto forjado por años de exigirse el máximo hasta llegar al límite de su resistencia. La colocó sobre su silla de montar; se situó detrás de ella, volvió a acurrucarla entre sus brazos y cabalgó lo más rápido que pudo hasta la casa.
A los hombres que se encontró por el camino les ordenó que corrieran la voz de que la había encontrado. Mientras cabalgaba colocó una mano sobre el pecho de Abby porque necesitaba asegurarse de que su corazón seguía latiendo pero se quedó aterrado por lo debil y superficial que era el latido...y por lo peligrosamente lento.
Cuando llegó a la aldea había una intensa agitación.
Agitación que cesó en el mismo momento en que entró cabalgando empapado hasta los huesos con el cuerpo de Abby pegado al suyo.
Kristine y Alice debían de estar observando desde la puerta porque se presentaron junto a él en cuanto sus pies llegaron al suelo.

- La has encontrado - dijo Alice suspirando aliviada.

- Sí - respondió - ya e ordenado que avisen a Duncan y acabar con la búsqueda!

Alice se acercó y sofocó un grito que reflejó su miedo.

- Que le pasa? - se le quebró la voz - está...

- NO! - dijo él - todavía respira pero tengo que llevarla adentro y hacer que entre en calor!

Se abrió camino a través de la escalera, deleitándose con la oleada de calor que lo invadió cuando entró.

- A donde la llevas? - preguntó Kristine situándose a su lado.

Con una expresión grave, le dirigió una mirada firme.

- A mi alcoba!

Kristine paró y Alice se puso a su lado.

- Han vuelto empapados - dijo Kristine - se estaría dando un baño en el lago?

- Imposible - dijo Alice frunciendo el ceño - al menos no voluntariamente!

- Que quieres decir? - dijo Kristine nerviosa.

- Abby no sabe nadar!

- Crees que alguien...- dijo Kristine mirándola con horror.

- A querido matarla? - dijo Alice - sí, eso mismo pienso!

Miraron hacia las escaleras y se dirigieron hacia allí.

Linaje Donde viven las historias. Descúbrelo ahora