Capítulo 23

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Abigail enterró el rostro en su cálido cuello y se sujetó firmemente a sus hombros. Le temblaba todo el cuerpo; Bruce se limitó a sujetarla, aliviando su pánico acariciando suavemente su espalda con una mano. La deslizó por el costado hasta las caderas, Abby dejó de temblar; la​ siguió acariciando hasta que su cuerpo se relajó y el agua dejó de ser un estanque de plomo para convertirse en algo más ligero y libre. El pánico se desvaneció y ella no fue capaz de pensar en otra cosa que no fueran las manos de Bruce sobre su piel.
Estaba muy cerca; Bruce tenía su boca a penas unos centímetros de la de ella. No pudo resistirse y la besó; un beso corto y suave.

- Mejor? - murmuró Bruce.

Notaba su cuerpo cálido y lánguido pero también excitado y ansioso por notar su contacto. Cuál era su intención exactamente? Lo miró; el muy granuja.

- Si esta es tu forma de distraerme picarón - dijo ella sonriendo viéndolo sonreír también - sí, estoy mejor - se acercó más a él y no se sorprendió al comprobar la dureza de su erección golpeándole suavemente contra ella - y por lo que veo también juguetón.

Bruce recorrió con sus dedos la curva de su espalda, una suave caricia cuando lo que ella anhelaba era presión.

- Sí - admitió Bruce - muy juguetón.

La pasión todavía ardía en la mirada de Bruce; podía ver el destello de una promesa.

- Y ahora qué? - dijo Abby mordiéndose el labio inferior.

Bruce sonrió.

- Te prometo que lo que estás pensando será esta noche - susurró - pero ahora quiero que metas la barbilla en el agua y vayas bajando hasta que te llegue a la nariz manteniendo la boca cerrada; así podrás respirar por la nariz. Mira - le mostró cómo hacerlo.

Ella abrió los ojos de par en par; era mucho más fácil decirlo que hacerlo. Lo intentó tres veces pero cada vez que el agua se le acercaba a la boca parecía que su cabeza se movía sola.
Él la sujetaba las manos, al tiempo que le murmuraba palabras de ánimo pero aquello no ayudaba; lo miró desesperada.

- No vale la pena, no puedo hacerlo.

Bruce la levantó la barbilla para que le mirara directamente a los ojos.

- Tu miedo no va a desaparecer en un solo día; no seas tan dura contigo misma. Ya has hecho muchos progresos.

- No va a funcionar - se mordió el labio - no estoy siendo una alumna muy competente.

Una vaga sonrisa se dibujó en su boca ancha y sensual; una boca que la provocaba.

- Más bien al contrario; estoy deseando darte más clases amor, no puedo imaginarme - recorrió la curva de sus caderas con una mano - una alumna más encantadora.

- Estás disfrutando con esto, cierto?

- Cada minuto - admitió - te gustaría intentarlo otra vez?

Acercó su boca apenas unos milímetros; ella sintió el cálido aliento sobre su mejilla y el vello se le puso de punta.

- En qué estás pensando? - preguntó Abby.

- En otra pequeña distracción.

Comenzó a estremecerse mientras él deslizaba una mano peligrosamente cerca de sus pechos. La estaba volviendo loca tocándola de esa manera; solamente era capaz de pensar en la boca de él sobre la suya.

- Concéntrate en mi boca.

- Que crees que estoy haciendo? - dijo frustrada haciéndolo reír - te parece divertido?

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