Prólogo

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El frío arrasa con todo y se mete por las partes bajas de mi abrigo. Las calles ya no tienen mucha luz del sol y la gente empieza a escasear por las calles. Como todos los días desde que empezó el invierno.

Voy a casa, terminé tarde del trabajo como casi nunca. Los pies me matan por los pequeños tacones que tuve que usar hoy para la junta de directivos. No veo la hora de llegar a mi conocida puerta roja con marrón.

En eso el móvil en mi mochila empieza a sonar con desesperación, seguramente es el jefe de nuevo deseando que acepte su invitación a cenar. No sé cuantas veces van que lo intenta.

Trato de alcanzarlo y cuando al fin logro tenerlo en mis manos siento el cuerpo de otra persona chocando con el mio. No caigo, pero algunas de mis cosas salen de la mochila abierta.

—Ten cuidado, inútil. —Las palabras salen de mi desprevenidas mientras trato de recuperar mis cosas del suelo.

—Lo mismo digo. —Responde la persona en el mismo tono que yo.

Mis manos se congelan en el acto apenas oigo su voz y me olvido de la llamada. No puede ser él. Hace años que no lo veo y no puede aparecer ahora. El corazón parece querer salir por mi garganta.

—¿Estás bien?

Por el trance no vi cuando se agachó a mi lado para ayudarme. Puedo sentir su mirada intensa en mi, esperando una afirmación.

—Si, no es nada. —Termino de meter las cosas en mi mochila y logro irme sin hacer ni el mínimo contacto visual con él.

Entonces lo razono, él no era... Él. No puedo andar pensándolo en todas partes. Solo quiero llegar a casa y tumbarme sobre el sillón frente a la chimenea y dejar de pensar.

Pero mis sueños parecen más lejanos cuando vuelve a hablarme.

—Espera. —Corre hasta alcanzarme y posa su mano en mi hombro.

No puedo evitar mi reacción; quito su mano y trato de golpearlo en la garganta con mi codo. Pero no logro conectar el golpe con su garganta porque me detiene el brazo en segundos.

Y el no contacto visual se va a la mierda.

Sus ojos azules parecen más oscuros de lo que recuerdo y su cabello está un poco más largo, sus rasgos del rostro se han afinado y tiene una ligera barba descuidada. Sus músculos son pronunciados y aún conserva su gran estatura.

—¿Dónde aprendiste a hacer eso? —Parece desconcertado. Cierto, no me recuerda.

Puñales se clavan en mi estómago a cada palabra que intento decir.

—La milicia. Fui militar.

—Supongo que sí, deberías cuidar mejor tus armas. —Saca mi pequeña arma del bordillo de su pantalón. —La vi en tu mochila y pensé que era peligroso. —Trata de explicarse. — Me arrepentí de quitártela y decidi mejor preguntarte. Lo lamento.

La arrebato de su mano y vuelvo a meterla en mi mochila.

—Si, bueno, te sugiero que investigues antes de robarle cosas a un general. —Trato de sonar neutral pero tiemblo por dentro.

—Me disculpo, no lo sabía.

—Si, da igual.

Me doy la vuelta para seguir mi camino pero no tengo suerte y vuelve a hablar. ¡¿Porqué demonios no se puede callar?!
¡¿Qué no sabe lo que me cuesta conocerlo?! Pero ya conozco la respuesta.

No. No lo sabe.

—Siento que te conozco. —Trata de tomarme por los hombros pero se lo impido quitandolas de nuevo.

—No lo creo. —Trato de evadirlo en todo sentido.

—Es en verdad. Hay algo muy fuerte que me dice que te conozco. Tal vez de la milicia.

—Debes estar confundido. —Y las siguientes palabras me duelen como miles de cuchillas. —No te conozco.

—Pero...

—Es en serio, largate. —El frío desapareció y solo puedo sentir que me ahogo.

—No hasta que me digas tu nombre.

—¡¿Porqué insistes tanto?! —Mi control empieza a desvanecerse sin que lo pueda evitar.

—Porque yo sé que te conozco...

—Pero no lo haces, sal de mi vista.

—Tu nombre.

—¡June! —Suelto sin pensar y algo dentro de mi empieza a flotar. —June.

—¡Eres la de la bomba!

Lo ignoro y empiezo a caminar lo más rápido que puedo. Quiero llegar a casa a llorar.

—¡Soy Parker!

Y ahí, algo que parecía sanar, vuelve a quebrarse.

No vuelve a seguirme y no sé si lo agradezco o no. Quiero convencereme de que lo hago. No puedo seguir derrumbándome así, se suponía que eso ya estaba olvidado.

Se suponía.

Apenas llegar aviento mis cosas y me tumbo en el cómodo sillón. Las lágrimas salen y no puedo contenerlas más. Pensé que ya mis lágrimas se habían secado pero siguen saliendo a montones. 

El frío regresa y hiela todos mis huesos, no soy más capaz que de temblar y humedecer la tela de los cojines.

Cuando todo regresa un poco a la normalidad, el móvil vuelve a sonar.

No lo pienso y contesto.

—¿Bueno?

—Hola June, soy Dan.

—Sí, lo sé. —Por impresionante que sea mi voz no se quiebra, solo es débil.

—Excelente. Me preguntaba si tenías libre el sábado, bueno, mañana, ya sabes, para tener una pequeña reunión sobre... El próximo proyecto.

Sus intenciones eran notorias sin tener que hacer ningún esfuerzo. Pero él no era Parker.

—Si, claro. —Suelto.

—Perfecto, entonces... Nos vemos mañana.

Termina la llamada y solo puedo pensar en que solo acepté cenar con él para regañarme por compararlo con Parker.

Sé que nadie nunca va a ser como él. Nunca. Debo dejarlo ir.

Dejo de pensar por mi propio bien y me concentro en la danza del fuego en mi chimenea hasta caer dormida.

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Hola a tod@s!!!

Aquí está su primer parte de la segunda temporada de The Fucking Queen.

Quiero aclarar dos cosas:

1. Este libro va a centrarse en Parker, no en June (como el libro pasado). Quiero darle algo de variedad a la historia. Este capitulo fue la excepción porque es el primero.

2. Esta idea salió de una participante en mi convocatoria sobre el final alterno (Ari333_stars) NO ES LA IDEA ORIGINAL. Está modificada para que quedara como prólogo. Si quieren leer la original vayan a su perfil y busquen la.
(No pude poner su historia como link)

Espero que les vaya a gustar este libro y lo apoyen como al primero. También voy a hacer ciertas cosas como las preguntas a los personajes, a la autor y otras cosas wuuuu.

Dudas, sugerencias, ya saben. En comentarios.

Eso es todo.
Grax, me despido.

The Fucking King #TFQ2Where stories live. Discover now