The Fucking King #TFQ2

Paz

June's POV

Joder. Duele estar aquí, más de lo que suponía. Siempre pensé en regresar, me daban constantes invitaciones para que me pasar cuando quisiera y ahora que estoy aquí... Llego a las puertas del internado.

Suspiro profundamente antes de cruzar y entrar. Las cosas parecen estar igual que antes. Veo de reojo a personas curiosas esperando mis movimientos, como si de la nada me fuera a sacar una pistola de la chaqueta y empezara a disparar.

Salgo del edificio al campo antes de que nadie pueda hacer otra cosa que mirar. Huyo.

Afuera parece que el tiempo se detiene, que las hojas ya no se mueven ni bailan. El aire fresco es lo único que me recuerda que estoy viva y es lo único que pienso ahora. Estoy viva. Después de tantos años. Nada importa aquí.

Me encamino a las viejas cabañas. Ya están reparadas y en funcionamiento. Sin pensarlo llego a la elegida. Dónde vivimos los cuatro juntos, antes de todo.

Paso de largo.

Vuelvo a caminar sin rumbo fijo, despejando todo, respirando.

Paro justo frente al galerón de entrrnamiento. Aún conserva el agujero en la pared. Entro sin pensarlo.

El aire está algo húmedo por las recuentes lluvias. Una extraña paz se apodera de mi. No siento la esperada tristeza o angustia. Es más como si, dentro de mi, supiera que esto era necesario. Como si a la vez, dejara todo atrás y ya no necesitara preocuparme de eso.

Entonces reparo en los alegres y relajados latidos de mi propio corazón. Liberados.

Instintivamente, cierro los ojos y respiro ondo con una ligera sonrisa asomando mis labios.

-¿Disfrutando la soledad? -Escucho una curiosa voz a mis espaldas.

-Te extrañé, Thomas. -Respondo aún sin abrir los ojos.

-No esperaba verte por aquí. - Dejo escapar todo el aire acumulado en mis pulmones.

Abro los ojos y me doy la vuelta para encararlo.

-Puedo decir lo mismo. No esperaba estar aquí hoy pero... -Me encojo de hombros con una ligera sonrisa.

-¿Estas bien? -Pone su mano en mi hombro.

Me concentro en el chico frente a mi. Sin poder evitarlo recuerdo la primera vez que lo vi en el comedor.

Mis ojos topan con unos verdes intensos. Es un chico alto, es con la misma complexión que todos los otros: puro musculo macizo. Tatuajes se asoman por sus brazos y cuello. Cabello castaño claro, casi rubio. Su tez es ligeramente bronceada. Sus labios carnosos y rosados. Perfectos.

Río levemente ante el recuerdo.

-Lo mejor que puedo estar. -Le respondo sincera. Ya todo acabó, no hace falta mentir o quererlo engañar.

-Está bien.

Nos quedamos en silencio, pero no uno incómodo. Es más como si solo estuvieramos en ceros, como dos desconocidos que se han visto solo un par de veces.

Una cierta emoción empieza a crecer en mi pecho.

-He decidido tener una nueva vida. -Y hasta que me oigo decirlo en voz alta sé lo digo en serio. Necesito empezar de nuevo. Lejos de toda esta locura.

-Me alegra escuchar eso. -Suena sincero pero sé que en el fondo va a extrañarme, al igual que yo. -Si necesitas ayuda, por favor, dejame ayudarte.

Asiento ligeramente con la cabeza y una sonrisa agradecida en el rostro. Me vendría muy bien una ayuda como la suya.

-Lo haré. Gracias.