Mi mision, Su deseo

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El dulce sabor en mi boca y la calidez que bañaba mi piel era una sensación indescriptiblemente increíble, si tuviera corazón probablemente estaría al borde del colapso por tanta adrenalina. Aquel dulce néctar con el cual bañaba mi cuerpo no era nada más ni nada menos que sangre, dulce, gloriosa y poderosa sangre de vampiros.

-Veo que te a gustado mi regalo- se burlo mi amo tras de mi.

A pesar de no poder verle tenía claro que estaba disfrutando del espectáculo que mi hambre ocasionaba.

-Karl sama...- me levanto con cautela y tomo mi capa del suelo para cubrir mi desnudez. -Lamentó mi impulsividad, limpiaré todo enseguida- cuando estuve frente a el me incliné en señal de respeto y obediencia.

Su mano acaricio gentilmente
mis cabellos y contorneo detalladamente mi mejilla derecha, de la cual limpio un hilo de sangre procediente de mis labios, para fanalmente llegar a mis cabellos y quitar de estos unas gotas de sangre que había pasado desapercibida para mí.

-Tranquila, lo que importa es que lo disfrutaste- hablo tranquilo, más percibí cierta molestia en el usual tono calmado de su voz. -Anda termina pronto y luego ven a mi despacho, tengo unos asuntos que ocupan de tu ayuda- salio sin mas dejandome sola en el calabozo.

Una vez terminado mi alimento y limpiado con sumo cuidado el lugar, tome una ducha rapida y me teletransporte a la oficina de mi amo, quedando tras de el, incada de manera respetuosa.

-Ested ordena y yo obedesco, Karl sama- hable con calma sin despegar mi vista del suelo.

-Kira, recuerdame tu lealtad hacia mi- volteo su silla quedando frente a mi.

-Hai... Karl sama...-

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Cuando estaba frente a la mansion, solo me quedaba contemplar su magnitud, para un humano seria una escena tan bella, mas tambien aterradora, a tal extremo que te dan ganas de llorar, pero, para mi era el lugar mas tranquilo, el dolor y el sufrimiento era palpable en el aire, como si de un ser se tratara.

Jale mis maletas tras de mi y camine alrededor de la mansión contemplando plenamente está, hasta llegar al jardín trasero, el cual estaba siendo embellecido con flores blancas.

-Un color tan puro que puede ser fácilmente corrompido por la sangre de un alma inmunda... vaya veracidad que representa- solté una de mis maletas y tome una pasando sus pétalos por mis labios admirando más de cerca su belleza y su olor.

Mordí mi labio inferior y deje caer un par de gotas en su centro tornándola casi negra. Así como mi misión y su deseo, ambos reflejábamos algo hermoso que era teñido por la sangre de quién se nos interponía.

-Así que tú eres a quien esa persona mando- hablo de manera perezosa y reincorporándose del banco en donde momentos antes de encontraba tumbado. -Nuestra nueva inquilina-

-Un placer conocerlos al fin, Sakamakis- acomodo los lentes obscuro que llegaba puestos.

Todos aparecieron a mi alrededor en diferentes lugares y posiciones, más el más cercano era un chico de lentes y cabellos nocturno.

-Podría decirnos su nombre señorita- cuestionó de manera educada.

Que atuendo más indecente, seguramente no posee ninguna educación...

A pesar de que su voz era una claro parecido con su padre los pensamientos de ambos estaban en extremos irreales. No me moleste puesto que era habitual su forma de verme así que solo me quede tranquila u examinándolo por un par de segundos.

-Mi nombre es Kira Amane, encantada de conocerles, el amo Karl me a mandado por ustedes- me incline levemente como muestra de sumisión. Y lo único que salió de sus mentes fue la imagen de su padre. Causando un silencio algo incomodo.

-Vaya chica mas linda, Bitch chan podría ser una buena compañía esta noche- antes de ser tocada por un castaño con sombrero tome su mano y con un impulso lo tenia de bajo de mi aplicándole una llave.

-Lo siento pero no me apetece ser dama de compañía de nadie en estos momentos- le solté y me acerque al de lentes, que a mi parecer era el menos peligroso aquí. -Lamento mi comportamiento-

-Desculpa la actitud de mi hermano es algo que no me sorprende, mas si su reciente acción, así que lo mejor seria ir adentro y que nos explique el porque de su estadía aquí- tome mis maletas y camine tras el de lentes atenta a lo que sucedía en mi entorno. -Por favor póngase comoda-

Una vez dentro me senté en un sillón individual cruzando mis piernas e irguiendo mi espalda de manera en que aún luciera elegante y relajada.

-Gracias por su atención joven Sakamaki, supongo que desean saber el motivo de mi aparición en esta casa, o me equivoco?- ronronee de modo divertido.

-En lo absoluto, así que por favor continue- se acomodó los antejos-

-Bien en ese caso comenzaré desde el principio, como ya había dicho mi nombre es Kira Amane y desde ahora sere la guardiana del clan Sakamaki, por órdenes de su padre y mi amo Tougo Sakamaki, además de también ser la cuidadora de la señorita Yui Yomomori... En pocas palabras yo seré como su fiel sirvienta- mi rostro era neutro y el de ellos de sorpresa e incertidumbre, tal como lo había previsto mi amo, de entre mis ropas saque la carta que este me había dado para sus hijos y se la extendí al de anteojos que estaba a mi lado.

-¿Qué es eso?- cuestionó un rubio al final de la habitación recostado sobre un sofá.

-Karl sama me a ordenado entregárselas, dentro contiene información desconocida para mi-

Al haber acomodado de nuevo sus anteojos se habría la carta y el de lentes tomo su tiempo leyendo esta con suma cautela, como si de un trato con el diablo se tratase, aunque bueno no está muy lejos de ser eso.

-Ayato trae Yui de inmediato- todo se sumió en un silencio sepulcrar que mantenía inquieto el ambiente tanto que ni siquiera el rubio volvió a pegar ojo y volver a dormir.

-Espero y sea verdad cada palabra de esta carta señorita- rumió con molestia el azabache junto a mi.

-Si Karl sama lo ah escrito no ahí razón para dudar de ella joven Sakamaki-

-Eso espero... por su bien-

Continuará....

Diavolik Lovers/Demon Eyes/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora