Un mensaje de un hijo a un padre -parte 18-

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"La magia del relicario" 

Arman se había ido a esconder en el ático poniendo el cerrojo y algo enzima tapando la entrada, se puso a buscar algo más que le haya pertenecido a su madre, busco por todos lados, por todos los rincones pero nada. Quería recordar a su madre, pero también olvidarla, no tenía fotos de ella cerca, no solía abrir los álbumes, algunas fotos las había roto, poseía una foto de ella en marcada pero siempre estaba tapada, era como saber que estaba ahí pero recordando que ya nunca la vería.

Arman estaba llorando tenía tiempo que no lloraba por la pérdida de su madre, la había recordado y visto hacía meses atrás, había visto a su madre y había sentido tanto gusto, pero simplemente ver sus cosas lo hacía recordad aquello que trataba de olvidar. Tenía la foto de su madre pero no se atrevía a verla pensando que si lo hacía podría ver aqueja mujer del accidente y no a la mujer que le daba tanto amor cuando era pequeño.

Enojado aventó una pequeña mesita que era de su padre (que según el repararía), esta se rompió de lo vieja que era, Arman se quedó parado en medio de los pedazos y junto a él cayó un pequeño relicario.

· Arman: shiif que, que es esto?

Se agacho para recogerlo, lo abrió y dentro había una pequeña llave, Arman no recordaba de que era, trataba de hacer memoria pero no consiguió recordar, se sentó en el piso recargándose en la pared cerrando los ojos y quedándose dormido.

Santiago trataba de abrir la puerta estaba desesperado porque no sabía cómo estaba su hijo, no le contestaba y solo lo escuchaba llorar y aventar cosas, tardaron pero entre él y Richard lograron abrir y subir.

· Santiago: hijo, Arman –lo buscaba con la vista pero no lograba verlo-

Hasta que su vista pudo enfocarse en un su hijo.

Arman era pequeño, no tanto como la vez del viaje, pero no era mayor de 5 años, Richard que subió detrás de su padre se quedó quieto como tratando de entender las cosas, por segunda vez su hermano estaba miniatura.

· Santiago: bebe, hijo.

· Arman: toy dormido, shhhuu.-dijo tiernamente con un hilito de saliva-

Santiago titubeo pero al final lo tomo en sus brazos, Arman solo se acomodó en los brazos de su padre acurrucándose y se dedicó a dormir.

Ricardo: pero... cómo?

· Santiago: no tengo idea. -lo bajo con cuidado tratando de no caerse, ni golpearlo con nada.

Los demás se quedaron por un momento de... ¿Quien es ese niño? Pero en cuanto vieron su rostro lo supieron, todos se fueron al cuarto de Santiago y Michel tratando de entender la situación pero no lo conseguían, Fátima tenía una pequeña sonrisita, la verdad es que le encantaba tener a ese pequeño niño, era un primor y se lo quito a su padre de los brazos.

· Fátima: eey shuu, despierta.

· Santiago: déjalo dormir.

· Fátima: Arman shuu.-Santiago solo movió la cabeza-

Arman abrió los ojitos y puso un puchero porque su hermana no lo dejaba dormir, estaba sentadito en sus piernas y solo se limpió la carita con las manos.

· Arman: no me dejas dormir...-tenía un puchero y unos ojitos de sueño-

· Fátima: es de día.

· Arman: mm

· Fátima: aaay que bonita boquita.

· Santiago: hola peque. -no supo que decirle-

· Arman: Papi, ella no me deja dormir.

· Santiago: pero tiene razón es temprano para dormir, te sientes bien, que recuerdas.

· Arman: que estaba jugando y me quede dormido.

· Santiago: aaa.

Arman tenía sus recuentos de niño, como si para él no hubiera pasado el tiempo y estuviera en el momento exacto de 4 años 8 meses... por las mismas razones el buscaba a su madre y le parecía extraño que una mujer estuviera en su casa, en esta ocasión nadie le había explicado nada al pequeño, por lo que le dijeron que su madre había ido a ver a su abuelita porque se puso malita y que Michel era prima de Santiago.

Arman no le costó mucho creer todo era muy inocente, le contaron una historia magina en la que sus hermanos se hicieron más viejos, con lo de su madre tampoco tuvieron problemas ya que solía ir a ver a sus padres muy a menudo, aunque ella se llevaba a los más pequeños, eso le dio tristeza y lloro un ratito, pero tenía muchos personas que lo mimaran y lo consintieran por lo que se le olvidaba la ausencia de sus madre.

El problema era que las personas los conocían, además de que estaba su familia que por lo generar se reunían muy a menudo, que explicación les podrían dar, ese si sería malo.

Un mensaje de un hijo a un padreWhere stories live. Discover now