Un mensaje de un hijo a un padre - parte 38

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"Las palabras que no se logran decir...      y los pequeños que no las saben callar"


A Santiago le había salido caro ver regañado Arman, pues ahora no solo ignoraba a Richard sino que también a él, claro si su hijo sabia dar donde más duele.

Richard: decías que yo era el que estaba haciendo una rabieta.

Santiago: este niño, de verdad que... aagg

Era ya una semana que su padre le reprendiera frente a todos y Arman ni palabra decía, no les volteaba a ver ni cruzaba palabra, si iba hablar con Fátima lo hacía cuando no estaban su padre y su hermano con Tomas se hablaba lo normal y Michel de la misma manera.

Tres días después

Richard: aagg, mira Arman, o te quedas todo el día ahí o tomas un taxi, o te vas conmigo, pero lamento decirte que Fátima no conduce para venir por ti. Y como no tienes dinero para el taxi creo que soy tu única opción, así que súbete de una vez.

Pero Arman empezó a caminar.

Richard: no seas payaso que son más de dos kilómetro a la casa. Aarrr pero eres necio.

Richard ya molesto se salió del carro.

Arman: aaiii suéltame.

Richard le tomo con fuerza del cuello y le jalo del brazo.

Richard: metete.

Arman: no.

Richard: arrr

PASSSS, PASSSS, PASSSS –que te pasa-

Richard: mete al coche ya

Le había soltado tres manotazos, abriendo la puerta y empujándole dentro, Arman avergonzado no le quedo de otra que sentarse en la parte trasera su hermano le acababa de dar tres manotazos en plena calle.

Richard: eres peor que un niño haciendo berrinche.

Richard empezó a conducir rebasando a cada tanto, todos eran siempre tan lentos, no perdía la vista a la pista, sin evitar dar un vistazo a su hermano por el retrovisor quien aún está molesto, viendo por la ventana con el cinturón de seguridad puesto. Enfadado por el silencio incomodo prendió la radio. Iban a más de medio camino para llegar a casa, en una calle no muy transitada cuando un coche les salió de la nada, los dos carros ibas a bastante velocidad, el otro conductor salió por una calle contrario lo que Richard no se esperaba y para no impactarse directamente lo esquivo saliéndose de la pista.

Richard: pendejo fíjate –grito molesto pero el otro conductor ni se había detenido- pero que imbécil.

Buaaa

Pero quien lloraba.

Richard: ¡pero porque! Dijo al ver por el retrovisor-


Cuando Richard volteo a ver de dónde provenía ese llanto se topó con un pequeño Arman, un niño de 6 años a lo mucho, la ropa le quedaba bastante grande y lloraba asustado en la parte trasero del carro.

Richard: ¿pero porque?... eei... Arman ¿estás bien?... carajo que hago.

Lo primero que hizo fue estacionar el carro porque donde estaba le podían dar un golpe, después se bajó de su lugar y yendo a la parte trasera.

Richard: ¿estás bien? ¿Estas herido? ven déjame verte –dijo desabrochándole el cinturón de seguridad- ¿te duele algo?

Arman: mamá, mamá, mami

Richard: mierda que hago.

Richard reviso si tenía alguna herida, no se veía ningún golpe así que le puso el cinturón y se puso a conducir hasta llegar a su casa, entrando y dejando el carro en la cochera, siempre escuchando el llanto del niño al que si bien no lloraba con escandalo no dejada de llorar de una forma en que le parecía que algo le dolía. Ya tenían que estar su padre y Michel en casa pues estaba también el carro de sus padre, era sábado y todos habían salido en la mañana a diferentes actividades, unos por trabajo otros por actividades escolares, Arman había salido con unos amigos esa mañana pero se quedó sin dinero, él se retiró antes para llegar a casa temprano pero tomo un trasporte equivocado, era la razón por la que Richard fuera a recogerle.

Richard: ven, ya no llores Arman. –le desabrocho el cinturón de seguridad y lo cargo-

Richard entro a la casa: Papá, papá.

Santiago: ¿qué paso?salió asustado de estucharle gritar- ¿porque gritas así?   pero ¿porque esta así? ¿Qué pasa? ¿porque llora así? dámelo, ¿qué paso? –Dijo apenas lo tuvo en sus brazos-

Richard: no sé, cuando lo recogí estaba normal de tamaño, pero cuando veníamos se hizo así pequeño.

Santiago: así ¿de la nada?

Richard: no sé si así de la nada... mm un carro por poco nos choca y pues alcance a esquivarlo pero me salí de la carretera, según yo no sé golpeo.

Santiago: ¿fueron bruscos los movimientos?

Richard: poco –dijo sin tanta importancia porque para él no lo fueron-

Santiago: poco tal vez lo fue para ti, pero él esta pequeño... será mejor llevarlo a que lo revise un médico.

Michel: espera,  así no lo puedes sacar a la calle.

Santiago: ¿porque?

Michel: la ropa, ¿que le vas a decir a la gente? tampoco lo puedes llevar al médico familiar.

Santiago: cierto...mm tiene que a ver ropa de su talla.

Michel: voy por ella.

Richard: si no lo vas a llevar al médico ¿entonces?

Santiago: a un particular, para que le saquen radiografías.

Apenas lo tuvieron cambiado lo llevaron a un médico le tomaron radiografías del cuerpo completo lo revisaron para ver si encontraban algún golpe pero estaba bien, le dijeron que lo más seguro era que fuera el miedo, pero que el niño estaba bien físicamente, solo le dieron algunos calmantes para lograr tranquilizarlo, diciéndole que lo mantuvieran vigilado toda la noche, que a lo que Richard contaba no fue tanto a lo mejor una sacudida eso era todo, así que se lo llevaron a casa.

Fátima: ¿dónde están? porque nadie me contesta las llamadas

Richard: ya vamos a la casa.

Santiago: pregúntale por tu hermano.

Richard: ¿que si Tomas ya está en la cama? o ¿que si ya cenaron?

Fátima: no aun no cenamos ¿dónde estás? no está ni Arman ¿fuiste por él?

Richard: si, Fátima llegamos en un rato, en la casa te explicamos. 

Un mensaje de un hijo a un padreWhere stories live. Discover now