Final Alternativo.

2.9K 406 260
                                    

Me encontraba sentado en mi cama, nervioso, hoy saldría de este lugar. La enfermera me dió la ropa que traía el día que ingresé a este lugar, increíblemente aun me quedaba, después de un año y siete meses la ropa me quedaba bien. Me cambié, admiré por última vez la blanca e incolora habitación, habitación que me atormentó durante mucho tiempo; aunque ahora estaba abandonando con mucha nostalgia. Suspiré por última vez en esa habitación y salí de ahí.

Entré por última vez a la oficina del Doctor Vause, mi psiquiatra. El hombre había decidido que obtendría mi alta, que estaba estable psicolodicamente y apto para salir al mundo real. Me recetó unas píldoras por si mi buen estado decaía, salí del lugar. El sentimiento de estar fuera de ese hospital psiquiátrico no tiene descripción, salí de ese edificio sintiéndome victorioso. Tomé un taxi hasta la casa de mis padres, quienes me abrazaron estrechamente al verme, o al menos mi madre lo hizo, mi padre aun no asimila mis crímenes del pasado.

Entré a mi vieja habitación, sentía ganas de correr por ella como si fuese un niño pequeño, saltar en la cama y desordenar todo. Comencé a inspeccionar el lugar con mucha atención, me acosté en mi suave cama, no la recordaba tan cómoda pero dormir en el hospital tanto tiempo me había hecho cambiar de opinión. Mientras registraba las gabetas de mi mesa de noche, encontré una foto.

Su rostro se iluminó de en medio de la foto, hace demasiado tiempo no miraba sus increíbles y perfectos ojos, o esa sonrisa de dientes chuecos que me volvían loco (literalmente). "Tyler, más de un año de no verte, te recordé todo este tiempo, aunque ahora estás en un lugar mejor" le dije a la fotografía mientras la acariciaba. Me tiré a la cama y me dormí observando la foto. "Como te extraño Tyler" fue el último pensamiento que voló a través de mi mente. El sonido del teléfono fijo me despertó, un número desconocido se marcaba en la pantalla, sin dudar conteste. Una voz familiar de la otra línea.

  - ¿Hola? -dije, mi voz adormitada era muy gruesa, tranquila y profunda.

  - ¡Josh! Fui a visitarte al hospital, pero me dijeron ue te dieron de alta. Recordé que me dijiste que llamara este número si algo algo si ocurría. -dijo Ruby.

  - Oh sí,hoy mismo salí, fue algo de último momento.

  - Entiendo... ¿¡Quieres ir a cenar algo conmigo hoy!?

  - No veo porqué no, disfrutaré de mi libertad. -dije.

  - Perfecto, nos vemos en la cafetería Spooky's, ¿te parece?

  - ¿Dónde queda?

  - Está en el centro, cerca del parque.

  - Me parece bien, ¿a que horas?

  - ¿A las seis?

  - Allá nos vemos. -ella colgó la llamada.

Ruby fue mi amiga mientras estuve internado, era la más cuerda de todos y eso me incluye a mí. Estaba ahí por padecer de anorexia nerviosa, en un grado muy elevado pero lo había superado y al parecer, ahora no le importaba su peso. Le dieron de alta un mes antes que a mí.

Cenamos un riquísimo postre, ella lo acompañó con un moka frío, pero yo, con un chocolate tibio. Nos despedimos y cada quien camino a su casa, era bueno ver a una amiga. Caminé por el parque y algo me llamó mucho la atención, mi viejo trabajo, la tienda de música. No había cambiado mucho, el disco neón que decoraba la entrada jamás se fué. Sonreí, con muchos recuerdos en mente, entré.

De reojo, vi a una chica rojiza de cajera, la recordé y reí, se sentía como si nada hubiese cambiado. Caminé en medio de los estantes repletos de álbumes, uno de ellos me llamó la atención. Su portada era distinta a las demás, nada comercial, Twenty Øne Piløts leí. Me gustó su nombre, quise tomarlo pero otra mano se posicionó justo sobre la mía. Sentí sus tibios dedos.

Volteé a ver al dueño de esa mano, mi mundo se vino abajo, ¿será que aún estaba loco? Tyler estaba parado justo a mi lado, y como yo, tenía los ojos abiertos como platos y su boca hacia notar su sorpresa. Esta vez, estaba seguro de que era real, no como las alucinaciones que tuve en el hospital, podía sentir que lo era. Su boca fue la primera en pronunciar algo y sus palabras, su voz, fueron suficientes para crear una corriente que recorriera toda mi columna y erizara mi piel.

  - ¿J-Josh? -dijo tembloroso.

  - Tyler... -Observé el suelo,un nudo se formó en mi garganta.

  - ¡Me dijeron que estabas muerto! -me abrazó, me apretó muy fuerte. Yo hice lo mismo luego de reaccionar, sentí sus brazos rodearme de nuevo, esta sensación era tan única, tan indescriptible.

  - A mi me dijeron lo mismo. -No solté su agarre. -Te he extrañado mucho Ty.

  - No hay noche en la que no llorara por tí. -mi corazón se partió, yo había llorado todo este tiempo pensando que la razón de mi vida, la había acabado yo.

  - Tyler yo... -me interrumpió.

  - Te amo Josh. -mi corazón se complementó, una lágrima recorrió mi mejilla.

  - Yo también te amo, Tyler.

Sindrome de Estocolmo. [Joshler]Kde žijí příběhy. Začni objevovat