Cap 5. Una florería en la ciudad

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La calidez de la mañana se convirtió en un mensaje positivo para la joven en cuanto los rayos del sol la despertaron. De la emoción se había levantado y arreglado rápidamente mientras era observado por una flor malhumorada de tener que comenzar el día oficialmente trabajando. Frisk se puso su collar con la foto de sus hermanos y arregló lo más que pudo su corto cabello para no dar una mala impresión en su primer día en su florería.

Cargando la maceta de Flowey, bajó las escaleras para acomodar los últimos toques del lugar y sin más abrió el local.

Oficialmente había una nueva florería en la ciudad.

Flowey acomodó con sus lianas un letrero y lo colgó fuera del local mientras era supervisado por Frisk.

-Ahora que lo pienso... no tenemos nombre para el lugar.

-Pensaremos en eso luego, no es urgente –Flowey terminó colocando el letrero a su gusto pese a las indicaciones de la joven –Dudo que tengamos clientela si quieres mi opinión. Las cosas naturales no sobreviven en la ciudad, y mucho menos es de su interés.

-¿Algún día me dirás cómo es que sabes tanto de la ciudad? –interrogó Frisk levantando la ceja en lo que metía de nuevo la maceta de su amigo.

-Pon esas orquídeas en agua o se morirán pronto –Comentó con indiferencia.

La joven suspiró resignada, sabía de antemano que le desviaría rotundamente el tema, pero aún mantenía la esperanza de que algún día le respondería a su pregunta. Lo puso sobre la barra junto a la caja registradora y se dirigió a colocar las orquídeas en agua mientras era observado por su amigo con un aire levemente melancólico mientras ésta no se daba cuenta.

...

-SANS... SANS... ¡SANS!

El mencionado yacía sobre su cama mal posicionado pero rotundamente dormido pese a los constantes gritos y golpes al otro lado de la puerta. Tras varios minutos de insistencia, finalmente terminó abriendo sus cuencas levemente malhumorado de tener que despertar tan temprano para su gusto.

-Ya voy, bro... -Se sentó en su cama y puso sus manos sobre su cráneo completamente cansado.

-TE PERDERÁS DE NUEVO EL DESAYUNO SI NO TE LEVANTAS AHORA –Amenazó la voz al otro lado de la puerta levemente molesto –EL JEFE NOS QUIERE EN REUNIÓN AHORA, NO PARECE ESTAR DE BUEN HUMOR, ASÍ QUE VENTE DE INMEDIATO.

-Si, si... -se estiró un poco antes de levantarse por completo de su cama.

Tras escuchar cómo se retiraban los pasos, Sans gruñó a sus anchas para no tener que ser regañado por eso y comenzó a vestirse de mala gana. Estaba sumamente cansado tras no poder dormir pensando en la joven y el misterio que traía consigo. Fuera lo que fuera, no le daba una buena sensación de lo que pudiera tratarse si había fuerzas manejándola indirectamente.

Como si de un simple peón se tratase en el tablero de ajedrez más peligroso que existía sobre la ciudad.

Teniendo flojera total de ponerse zapatos, terminó por dirigirse al comedor en sus cómodas pantuflas y sin ponerse su saco pese a ser casi un requisito en lo que tenía que llamar hogar. En cuanto hizo acto de presencia en la mesa, el alto esqueleto intimidante yacía sentado tranquilamente leyendo el periódico mientras varias manos esqueléticas púrpuras sostenían algunos documentos que anteriormente había estado revisando y una taza de café que por el humo intenso que sobresalía, aun se encontraba hirviendo.

-Buen día, jefe –Sonrió como de costumbre en lo que se sentaba en la otra esquina mirándolo de frente.

-Sans –Dijo sin apartar la mirada del periódico a modo de saludo formal. Siempre era muy seco en sus palabras, por lo que le fue normal al mencionado –Sabes lo que pienso de que no se presenten arreglados iniciando el día.

Flapper Florist (Mafiatale)Where stories live. Discover now