Cap 53. Café y té

2.1K 203 594
                                    



Era tan extraño no ver a nadie en la casa a esa hora. ¿A dónde se habían ido todos?

Muffet se había esmerado en poder preparar el desayuno para que W.D. estuviera de buen humor si ahora ya había conseguido el nombre que necesitaba. Pero por más que esperaba en la cocina para dar la sorpresa con su mejor sonrisa, nomás no parecía que se presentaría. Podría comprender que el par malagradecido no se presentara adecuadamente, pero sí era muy extraño que su amado no fuese puntual con su horario de comida. No olvidaba lo estricto que era con eso cuando todavía vivía con él.

Tapando con cuidado el café para que no perdiera su calor mientras lo llevaba con unas galletas, se quitó el mandil y se dispuso a buscarlo en su oficina suponiendo que estaría ahí laborando. Al menos podría tener el buen detalle de llevarle su café tal y como sabía que le gustaba tomarlo. Era tan refinado con sus gustos, tan encantador al disfrutar de su bebida...

Sacudió su vestido con un par de manos suyas al igual que su peinado antes de disponerse a tocar la puerta. Pero por más que había llamado de forma sutil, nadie respondía al otro lado. Por lo que se atrevió a abrir un poco la puerta esperando no causar un disgusto por interrumpirle en algo importante.

-¿Querido? –Se asomó poco a poco. –Te traje algo para...

Al ver que no se encontraba ni tampoco los otros esqueletos, abrió por completo la puerta por si se perdía de algún detalle que le indicara en dónde pudiera estar. Pero lo único que tuvo era la flor parlante que había visto la otra vez que la interrogaron y amenazaron, flotando en el agua que le habían puesto para que no se marchitara. No comprendía su importancia en los planes de su amado ni tampoco cómo era que existía una especie así, pero si tenía alguna utilidad ante toda esa apariencia no lo cuestionaría abiertamente. Aunque esa mirada tan indiferente no era nada agraciada de su parte.

-¿Dónde está la basura sonriente? –Soltó la planta en cuanto le vio.

-En primera, buenos días. –Contestó mientras se acercaba al escritorio y dejaba el café y galletas sobre él. Era una lástima que no pudiera darle tal detalle. –Y en segunda, suponiendo que te refieres a Sansy... no sé. Se suponía que debía estarte vigilando desde ayer.

-¡Aghh! Ese idiota me dejó aquí sin decirme nada más.

A Muffet se le hizo extraño eso. Sans podría ser un desconsiderado, irresponsable, flojonazo y muchas cosas más, pero en cuanto a asuntos familiares que implicaban suma seriedad, y siendo el caso de la venganza de su madre además, le parecía incongruente que dejara algo así sin avisar a quien fuera del grupo. No sabía nada de los hermanos ni de W.D., pero tampoco parecía haber presencia por parte de los seguidores sin color que tanta lealtad le daba a la familia. ¿Acaso estaría sola en la casa junto con la flor? Se suponía que tenían como regla de que alguien siempre estaría en la casa por suma protección territorial, pero si les habían dejado solos y sin aviso previo ¿estarían bien todos? ¿Se habrían adelantado en la misión sin poder avisarle? Si era el caso, se encargaría de cuidar la casa entonces, aunque hubiese agradecido estar informada en algo mínimo para poder ejecutar su ayuda de forma ejemplar y no a la improvisación.

Aprovechando la oportunidad que nunca se le podría volver a presentar, se sentó en la elegante silla donde su amado siempre se ponía. Dando el frente a la puerta y a todo posible que atendiera desde ahí. Encabezando a su familia, a su territorio, a todo aquel que quisiera tratar con él. No solo siendo encantador como monstruo, sino un hombre tan recto y fino que era imposible no quedar profundamente enamorada de él.

No pudo contener un largo suspiro estando en ese preciso lugar. ¿Cuántas veces no había fantaseado con ese preciso escritorio? Imaginándose que el jefe de familia mandaba lejos a sus hijos al igual que a sus seguidores, estando solos en la casa para que nadie les molestara. Soñando con ver cómo el esqueleto tumbaba todo lo que tuviera encima de su escritorio para acostarla a ella con tal urgencia de volverla suya, entregándose por completo a él y disfrutando del momento íntimo y exclusivo para los dos. Exclamando su nombre una y otra vez mientras sentía sus embestidas que la llevarían al éxtasis que sólo él podría.

Flapper Florist (Mafiatale)Where stories live. Discover now