Una Serpiente De Peluche

17.- Pistas

—Vamos tío, dime, ¿Por qué las quemaste? —.

—No quiero decirlo, es... vergonzoso—.

—¿Qué puede ser tan vergonzoso que debas quemar una tarjeta? Además, si lo que te preocupa es que haya "contenido para adultos" en las tarjetas, te recuerdo que ya tengo 12—.

—Se me olvidaba que ya estaba junto a un "adulto"—Dijo Severus con mucho sarcasmo.

—Me refiero a que, si te escriben diciendo que quieren sexo contigo, no es como si debieras taparme los oídos—Dijo Harry rodando los ojos.

Harry y Severus se encontraban acomodando el armario de ingredientes para pociones. Harry normalmente ayudaba a Severus con esto, además; Harry tenía curiosidad sobre las cartas que recibió su tío en San Valentín.

—Está bien, si es por eso, había demasiadas "insinuaciones", no me extraña de las alumnas y algunos alumnos. Sus hormonas les hacen ver "corazones" donde no los hay. Puedo lidiar con eso y decirles sin problemas que es inapropiado y que deberían buscar a alguien más acorde a su edad—.

—Pero... —.

—Pero también recibí un par de tarjetas que no quiero contestar. Una es de Madame Hooch, ni siquiera sabía que se sentía atraída por mi Harry. ¿Te imaginas? La conozco desde hace más de una década ¿Y se da cuenta que le "agrado" hasta este momento? No, eso es muy raro y su tarjeta era demasiado... explicita. Mejor mantenerme alejado de ella—.

—Ok, entiendo eso, ¿Cuál es la otra? —.

—No quiero decirlo—.

—Vamos tío—Dice Harry mientras hace una cara de cachorrito.

—Oh, ¿Para qué me molesto? Está bien, Gilderoy—.

—¿Espera? ¿Qué? —.

—Gilderoy—.

—¿Gilderoy-pelo-rizado-me-creo-fabuloso-no-se-hacer-nada Lockhart? —.

—Ese mismo—.

—Esto es... es... no sé qué es—.

—Creo que Lockhart quizás piensa que puede hacerse de tu fama, a través de mí. Quiero pensar eso. No quiero ni pensar que sea lo otro, porque si resulta que le atraigo se va a topar con una que otra maldición—.

—Dos, inclúyeme en las maldiciones a echarle—.

Los dos salieron hacia el Gran Comedor, después de la comida, Harry fue a su práctica de quidditch y Severus a su despacho a calificar las tareas de los de 5 año. Todo ese día continuo normal, hasta la mañana siguiente.

En cuanto entro al aula, Severus supo que algo estaba mal, no sabía qué, todo parecía normal, comenzó la clase y luego de que los alumnos habían empezado a preparar su poción, varios calderos estallaron. El humo resultante de las explosiones era de un extraño color verde.

Severus saco a la clase y los envió a la enfermería para que fueran revisado, mientras él se dedicaba a investigar la causa de que tantos calderos estallaran. Y por fin lo encontró, uno de los ingredientes de la poción eran trozos de corazón de dragón, y algún bromista había cambiado el corazón por hígado. El hígado reaccionaba mal con esta poción en particular, convirtiéndola en algo digno del talento de Seamus Finnigan. Lo peor no era la broma en sí, sino que reconoció al fondo del estante de ingredientes un frasco que no debería haber estado ahí. Formaba parte del equipo de pociones de Harry.

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Habían pasado un par de semanas y las "bromas" no pararon, desde pociones, transformaciones, hasta el campo de quidditch, ninguna clase se había salvado. Había bromas desde leves hasta algunas a un paso de ser motivo de expulsión inmediata. Y aunque varias de las evidencias apuntaban a Harry, hasta el momento, ningún profesor considero que eso fuera ni remotamente posible. Todos conocían a Harry desde pequeño, parecía una conspiración, incluso los gemelos Weasley, dijeron que ellos no habían "educado" a Harry así. Lo cual también hizo que Severus considerara el comportamiento casi Slytherin de los gemelos en cuanto a las bromas.