Capítulo 63

209 11 3
                                    

Narra Andreu:
Estamos a miércoles. Ha pasado una semana y tres días desde el domingo que Berto y yo discutimos. No hemos hablado, solo cuando viene a su sección pero aún así la sección la hemos con Ana, ha pedido a los guionistas que no salga a solas conmigo. Me lo comunicaron el lunes pasado cuando comenzábamos la semana. Me cayó como un rayo, me dolió muchísimo pero mi orgullo me impedía derrumbarme ante ellos como ya hice en casa de mi madre. Me desplomé en las escaleras mientras me echaba a llorar. Me di en la cabeza contra el escalón y tuve que ponerme puntos, el golpe fue importante... pero eso él no lo sabe.
Sus secciones han ido bien, tensas sobre todo cuando yo hablaba pero entonces salía Ana y relajaba el ambiente.

Siempre estaba muy serio y reía con alguna gracia mía, supongo que por guión

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Siempre estaba muy serio y reía con alguna gracia mía, supongo que por guión. Siempre miraba a Ana y cuando me tocaba hablarle a él me ponía nervioso, me miraba, sí pero su mirada no desprendía nada, solo tristeza y eso me producía una sensación muy extraña y mis compañeros cámaras tenían que avisarme de que dijera algo pero a pesar de todo él no me quitaba la mirada hasta que oía mi voz, tragaba saliva y decía alguna gracia. Por un momento volvía a ser él cuando el público le demostraba lo que valía con aplausos y risas. Cuando le miraba, yo sonreía como un bobo y Ana me hacía gestos para que volviese en mí. Eran momentos muy bonitos hasta que se terminana el programa, me dirigía a él, me esquivaba y se iba con algún compañero sin mirarme, día tras día. En esos momentos me siento vacío y sin saber qué hacer. También en esos momentos, se acerca Silvia e intenta animarme como mejor puede pero no consigue nada. Le doy leves sonrisas para que se vaya tranquila pero en realidad no me siento mejor.
Como ya he dicho, estamos a miércoles. Estoy en mi despacho dibujando sin un objetivo, trazos al aire pero sin darme cuenta consigo hacer una silueta. En ese momento, tocan la puerta.
-"Adelante..."
-"Hola, tío."
-"Hola, Edu. ¿Necesitas algo?"
-"Sí..."
-"Dime, siéntate."- se acerca despacio y se sienta.
-"¿Cómo estás?"- no me sorprende mucho pero sonrío por lo directo que es a veces.
-"Claro... sí, sí estoy bien. ¿Y tú, nene?"
-"Yo bien... pero no hablemos de mí, no desvíes el tema. ¿Cómo te encuentras de verdad? Ha pasado una semana y media ya.."
-"Lo sé, lo sé... estoy un poco nervioso..."
-"¿Por?"- me pregunta extrañado. Sonrío.
-"Le he dejado una cosa a Berto en su camerino. Debe de estar viéndolo ahora..."
-"¿Y por qué no vas a ver su reacción?"
-"No sé"
-"Vamos tío. Ve"- me sonríe y me levanto de golpe.
Salgo del camerino y me dirijo lentamente al suyo. Está delante de su puerta de espaldas a mí. Me me muevo un poco para verle de perfil y está leyendo la nota con una sonrisa en su boca. Me encanta verle así. Me sale una sonrisa a mí también y es entonces cuando él se vuelve y me mira. No sé la reacción que va a tener, así que me pongo serio aunque mi corazón da botes de alegría. Me quedo paralizado por su reacción: sigue siendo la misma. Me sonríe sin quitarme la mirada. Me sale una sonrisa leve que se ve bastante y él, sin dejar de sonreírme, entra en su camerino, se da la vuelta y antes de cerrar, me mira fijamente y me vuelve a sonreír. Cierra despacio y me quedo solo en el pasillo nervioso y sonriendo como un tonto. Se acerca alguien por detrás y pone su mano en mi hombro.
-"¿Qué le has puesto en la nota que sonríe tanto?"- es Edu.
-"Cosas..."- río suave.
-"Guau... cuando te haces el interesante eres irritante"
-"Gracias"- digo dándome la vuelta y sonriéndole.
-"Nada, tío. Para eso estoy"- se va riendo.
No me puedo contener y me acerco a su camerino. No toco la puerta, solo me quedo delante de la puerta. Entonces, escucho su voz:
-"¿Qué voy a hacer contigo, Andreu? Me lo pones muy difícil"
Sonrío Por un momento he creído que me lo decía a mí de verdad. Acaricio la puerta y decido dejarle otro mensaje.

"Te echo de menos"

La meto por debajo de la puerta y Berto vuelve a hablar.
-"¿Y esto?"- oigo que se acerca a la puerta y suspira.-"Andreu..."- se me encoge el estómago al volver a escuchar mi nombre de su boca después de tantos días. Se me dibuja una pequeña sonrisa. No oigo que se haya ido y me siento valiente... le hablo.
-"Te echo de menos..."-le hablo en un susurro. Espero unos segundos pero no me llega respuesta. Vuelvo a acariciar la puerta y me despego de ella para irme cuando vuelvo a escuchar su voz también en un susurro.
-"Yo también..."- siento que mi corazón vuelve a latir con fuerza y sonrío. Pruebo suerte otra vez.
-"Déjame susurrarte al oído todo lo que te quiero..."
Lo oigo suspirar.
-"Déjame hacerlo..."- espero unos segundos, sin respuesta y entonces escucho unos pasos alejándose de mí. Suspiro. Vuelvo a mi despacho y vuelvo a mi trabajo: dibujar. Dibujarle a él que sin querer me salieron sus ojos... y desde ahí ya no pude hacer nada para pararlo...

Y de repente... nosotros|| ANDREU & BERTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora