La princesa perdida (pausada)

PERDIDA

Esa noche el reino de Miraculous estaba alterado. Se sentía la tensión en el ambiente y tanto los ciudadanos como las criaturas que allí vivían se sentían asustadas. Tikki, el kwami de la princesa recién nacida volaba desesperadamente buscando a los reyes. Atravesó decenas de puertas hasta que por fín dio con ellos.

- Majestades, tienen que irse.

El rey Tom y la reina Sabine se miraron confundidos.

- ¿Qué ocurre Tikki? ¿Cuál es motivo por el que debemos dejar nuestro reino? - el rey confiaba en la criatura pero sabía que no podía dejar a su país de un momento a otro.

- Mi rey, ha surgido una fuerza oscura cerca al palacio y viene por la niña. Como su protectora y guardiana no estoy dispuesta a dejar que corra ningún riesgo. Deben irse, la familia real está en peligro.

- ¿Pero a dónde iríamos? No tenemos un lugar dónde llegar si nos vamos en este momento... - la reina cogió a su pequeña hija en brazos y la miró preocupada.

- Eso no es cierto: en Paris se encuentra el kwami que me complementa, se llama Plagg. No es necesario que lo busquen, le avisaré ya mismo de su llegada.

- Pero debemos preparar nuestra partida, ¿cómo nos iremos? ¿Un avión? ¿El jet real? - Tom soltaba opciones mientras recogía algunas cosas de su esposa y su hija para meterlas en una maleta, pero la criatura roja se posó sobre sus manos evitando que cogiera más cosas.

- No se preocupe por eso majestad. Yo me encargaré de mandarlos hasta allí. No hay tiempo.

Tikki le indicó a los reyes dónde ubicarse y se preparó para transportarlos hasta la capital francesa.

- Antes de que lo olvide: rey Tom, reina Sabine, no pueden decirle nada a su hija sobre el reino y su título como futura monarca de esta tierra hasta que estemos seguros de qué es lo que sucede. No nos buscarán. Plagg será su intermediario. Ambos estaremos en contacto pero no puedo arriesgarme a que hablemos directamente, es peligroso para todos. Informarán a Plagg de cada decisión que tomen y él les informará todo lo que averigüemos. Tengan cuidado.

La pequeña hizo una reverencia y los miró a los tres. Sonrió y con sus pequeñas manitas invocó una fuerza tan poderosa que hizo temblar todo lo que se encontraba en la habitación.

- Hasta pronto, Marinette.

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Hola chic@s!! Espero que les haya enganchado este pequeño prólogo :)

Quiero saber TODO lo que piensen de este fanfic. Voten y/o comenten, no saben lo importante que es para mí saber si les gusta o no están muy cómodos con el desarrollo de la historia. Así que sin miedo, ¡digan todo lo que quieran!

Abrazoooos :*