MIRACULOUS

486 17 0
                                    

El viaje fue exageradamente rápido. Que Tikki y Plagg nos transporten de esa forma es increíble, en un pestañear ya me encontraba en una habitación enorme iluminada por pequeñas luces amarillas. Los muebles eran enormes, creo que esta habitación es más grande que toda mi casa en París. Lo primero que hago al llegar a este lugar es acercarme a la ventana, y no esperaba encontrarme con todo esto: ríos de personas y criaturas que creía nunca vería elevaban estandartes y banderas y coreaban todos juntos una canción que nunca había oído. La algarabía rodeaba el castillo y parecía que nos fuera a atacar en cualquier momento.

- No tienes de qué angustiarte Marinette, - mi madre puso su mano en mi hombro - sólo están muy emocionados de saber que llegaste, llevaban 18 años esperando saber si estabas con vida y por fin saben que su destino no es incierto. Desde que supieron tu nombre se encendió en ellos una luz de esperanza hija mía.

Los miré por un largo rato hasta que Tikki me dijo que debía mostrarme el palacio para familiarizarme con él.

Pasillo tras pasillo aparecían un sin fin de puertas, salones o más corredores, el comedor, la biblioteca, el salón, las habitaciones, todo era enorme, no podría terminar de conocer este lugar en toda la semana.

Fuimos de vuelta a mi habitación y me di cuenta que ya no se oía nada, pero era imposible que todos se marcharan tan pronto, eran demasiados... en ese momento una luz pasó rápidamente frente a la puerta del balcón y corrí como pude hasta la puerta de vidrio y la abrí con brusquedad, en cierto punto creí que estaba loca pero al elevar mi vista al cielo entendí que mis ojos no me mentían. Cientos de luces danzaban alrededor del Palacio y con sus bellos alos de luz tejían una especie de red. Una pequeña chica apareció ante mí de la nada, asustándome y trayendo de vuelta a la torpe Marinette que se cae ante cualquier sorpresa.

- ¡Marinette! ¿Te encuentras bien? - Tikki voló hasta mí rápidamente al verme en el suelo - ¿Qué ocurrió? ¿viste cualquier... ? Ah ya entiendo todo. Comandante Trixie, es todo un honor volverte a ver.

- El gusto es mío, mi colorada amiga. Majestad, lamento haberla asustado. Mi nombre es Trixie, soy la comandante del escuadrón de magia.

Miré a la pequeña joven con una curiosidad casi grosera. Esperaba muchas cosas pero esto ya es otro extremo.

- Ho-hola Trixie, es todo un honor...

- Está confundida princesa, se nota en su rostro. ¿Puedo ayudarla en algo?

- Bueno es que en realidad no estoy segura de si eres...

- ¿Un hada? Si, lo es, Mari. Ella dirige al ejército de hadas, encargadas de velar por la protección de la familia real. - Tikki me explicó con ternura y algo de diversión.

- ¿Un ejército sólo para nosotros? Y ¿qué pasa con todos los demás?

- Todos los ciudadanos de Miraculous están bajo el cuidado y la protección de otras criaturas mágicas: ogros, gigantes y dragones son los encargados de luchar junto a la realeza para protegerlos a todos.

- Ve un poco más lento Tikki. No entiendo, ¿yo tengo qué...?

- ¿Pelear? Si Alteza. Pero eso es algo que no le podemos contar nosotras, vaya a descansar y mañana el maestro le contará todo.

- Trixie tiene razón. Es mejor que vayas adentro y duermas, mañana será un día muy largo.

Me dejé guiar por ellas nuevamente hacia adentro pero sentía algo extraño, tenía la sensación de estar siendo vigilada. Entré a mi habitación y cerré la puerta transparente algo desconfiada. Sentía que alguien o algo me miraba desde hacía rato y no me sentía cómoda. Cuando estaba dispuesta a correr las cortinas, mi kwami me detuvo.

- Voy a empezar desde ya a enseñarte algunas cosas nuevas de este mundo Mari. No vas a cerrar las cortinas usando tus manos.

- ¿Cómo quieres que mueva algo sin usar mis manos, Tikki?

- Aquí no eres cualquier persona, Marinette, eres una princesa y tienes magia, puedes hacer cualquier cosa con ella, como cerrar las cortinas, por ejemplo.

La miré en silencio mientras procesaba sus palabras.

- Lección número 1: mover cosas sin tocarlas, en tu caso, correr las cortinas. - Podía notar de lejos el entusiasmo de mi pequeña amiga. Me empujó con suavidad y quedé casi a cinco metros de la puerta-ventana. - Muy bien. Entonces, ¿qué clases tuviste en París?

- Mis padres me inscribieron en piano, ballet, pintura y artes marciales.

- ¿Sólo eso? Tus padres me contaron que hacías más cosas...

- Está bien, me obligaron a aprender violín, piano y clarinete; sé ballet, ritmos latinos y danzas orientales; aprendí a dibujar, pintar y esculpir; manejo las artes marciales y algo de boxeo aunque no lo domino bien. ¿Feliz?

Tikki estaba cruzada de brazos mirándome con satisfacción.

- Por supuesto, tengo mucho con qué trabajar, pero primero... - voló hasta una puerta y la atravesó. De repente se abrió y me di cuenta que era un armario enorme. Encontré mi lugar favorito en el palacio. Tikki salió con un conjunto rosa claro y me lo entregó. - Ponte esto. Ya. Te espero aquí en dos minutos. ¡YA! ¡YA! ¡YA! ¡YA! ¡¿YA ESTÁS DE VUELTA?! ¡NO VEO QUE TE MUEVAS!

- ¡Ay, ya voy! Cálmate...

- ¡NO ME DIGAS QUE ME CALME, JOVENCITA! ESTO ES UN ENTRENAMIENTO, NO VACACIONES, ASÍ QUE ¡CORRE!

- Oye si eres así siendo miniatura no te quiero imaginar con forma humana, has de ser insoportable.

- Te retractas y vas a cambiarte o me transformo en dragón ahora mismo.

- No eres capaz de hacerlo.

- Uno...

- Apuesto a que no siquiera puedes hacerlo.

- Dos...

- ¿Trixxie?

- Mejor corre.

- ¡Ya me voy!

Si el entrenamiento va a ser dirigido por una Tikki mandona y gritona, perderé la paciencia.

_______________

- ¿Cuándo le dirás que en realidad no puedes hacer eso?

Una pequeña kwami se encogió de hombros.

- Es probable que nunca lo sepa.

Lo que ellas tampoco nunca sabrían, es que fueron observadas toda la noche desde las sombras.

_________________________________


Holaaaa

Lo mejor está por llegar. Pronto habrán capítulos desde el punto de vista de Adrien y por qué no, un próximo encuentro. 

Besoooos 

La princesa perdida (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora