La princesa perdida (pausada)

MARINETTE DUPAIN-CHENG, PRINCESA REAL

Adrien estaba desanimado. Aunque dos de sus mejores amigos iban a estar con él esa noche, la verdadera razón por la que quería ir no asistiría. Se arregló despacio y miraba su celular constantemente, esperando que Marinette hubiera cambiado de opinión y fuera con él... ellos.

Nino y Alya llegaron a su mansión temprano, iban muy elegantes. "Nino tiene mucha suerte" pensó Adrien, pues el vestido naranja de su amiga la hacia ver realmente hermosa. Nino lucía muy bien en traje, era la primera vez que lo veía así.

- Te ves bien hermano - le dijo Nino cuando chocaron puños.

- Si Adrien, te tomaré una foto y se la mandaré a Mari - Alya le sonrió de forma malévola y antes de que él se diera cuenta ya le había mandado la foto a su mejor amiga. - Es una lástima que no venga con nosotros.

En el hotel

Los invitados fueron llegando poco a poco, pasaban por una alfombra roja donde los esperaban un sinfín de fotógrafos.
Los chicos llegaron y se acomodaron en una de las tantas mesas, el Sr Agreste los dejó solos para ir a hablar con un par de socios de su empresa. A la hora de haber dado por iniciada la velada, el alcalde se paró en la parte más alta de las escaleras opuestas a la entrada del salón.
- Su atención por favor - dijo frente a un micrófono mientras golpeaba una copa. - Para todos es bien sabido que esta noche se hará un anuncio de importancia internacional, y para acabar de una vez con la intriga, les contaré de qué se trata. Todos conocemos lo que sucedió hace 18 años en el reino de Miraculous, ¿no es cierto?

Un murmullo afirmaba que la mayoría sabía del tema.

- Los reyes ese mismo año pidieron que no se publicara ninguna noticia relevante de su reino por motivos de seguridad. Ahora, no alargaré más la espera. Damas y caballeros, su Alteza Real, el rey Tom y su esposa, la reina Sabine.

La sorpresa entre los asistentes no se hizo esperar. Cuando apareció la pareja todos los invitados hicieron una reverencia ante los monarcas desaparecidos hacía 18 años. Fue inevitable que los políticos importantes allí presentes empezaran a aplaudir.

- Buenas noches, para todos...

Alya había notado algo que Adrien y Nino habían pasado por alto.

- Tom y Sabine... un momento, ¡son los padres de Marinette!

- Esta noche es un momento especial para nosotros y decisivo para nuestro reino. Como bien saben, tuvimos que desaparecer por varios años por nuestra seguridad y lo más importante, la seguridad de nuestra hija.

- Si ellos son reyes eso significa...

- Con mi esposa y un par de pequeños consejeros tomamos la decisión hace poco de contarle la verdad a ella y a todos. No fue fácil en un principio que lo asimilara, pues enterarse después de 18 años quién era en realidad fue algo duro, pero al final aceptó su papel y su deber con mucha madurez. Sin más preámbulos, tenemos el honor de presentarles a la princesa del reino Miraculous, nuestra hija Marinette Dupain-Cheng.

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Escuchaba hablar a mi padre mientras Plagg y Tikki trataban de calmarme. Estaba terriblemente nerviosa y no sabía que hacer para calmarme. Lo único que lograba reconfortarme era saber que mis mejores amigos estaban allí abajo, aunque no supieran que yo estaba allí. Alya me había mandado una foto de Adrien en traje y si antes creía que era hermoso, era porque no lo había visto así. No podía esperar a verlo en persona.

-... nuestra hija Marinette Dupain-Cheng.

Tikki y Plagg se acomodaron a mi lado, me sonrieron y me indicaron que debía salir ya. Cerré los ojos, tome aire, lo solté y sonreí.