BOSS | Camren

Capítulo 23.

N/A: ¡Capítulo largo! Porque las he hecho esperar mucho. ¿Quieren maratón? Espero les guste, las adoro. Gracias por leer. NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR, ES GRATIS ;3

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El resto de la tarde, Lauren me hizo reír con sus locuras y tonterías hasta que el chico Marco, se sentó con nosotras tras el cierre del restaurante. Los chistes iban y venían al igual que las copas y para cuando nos dimos cuenta, dos botellas de vino yacían vacías en la mesa mientras Lauren lloraba de la risa. —C-Creo que tenemos que irnos. —Dijo aún riendo mientras miraba la pantalla de su teléfono.

—Es bastante tarde. —Dije notando que eran pasada la medianoche, por lo que me levanté y Lauren me tendió su abrigo por sobre los hombros mientras se despedía de Marco. —Fue un gusto. —Besó mis mejillas y me regaló una sonrisa.

—Cuando desees, estaré disponible para prepararles una rica comida. —Me guiñó el ojo y asentí riendo. —Espero verlas pronto. —Miró la puerta y besó las mejillas de Lauren, un chico de chaqueta de cuero y rostro de estrella de rock se posaba bajo el marco de la puerta mirando al chef. —Vinieron por mi, espero les vaya bien en su viaje. —Nos acompañó a la salida y subimos a la camioneta mientras él cerraba las puertas. De camino al hotel me quedaba dormida por segundos en el hombro de Lauren hasta que ya no pude más y mis ojos se cerraron por completo.

Al amanecer, estiré mi brazo para apagar mi alarma justo antes de que sonara, la ojiverde me abrazaba mientras las sábanas nos cubrían a ambas, me pareció la imagen más adorable que podía ver así que me levanté con sumo cuidado, tomé la cámara y capturé su hermoso cuerpo dormido, escondiendo la imagen en un lugar donde ella no pudiera encontrarla.

Pedí servicio a la habitación desde el balcón para no despertarla, me vestí con algo simple y comencé a recoger todo nuestro equipaje antes de tomar una ducha y lavarme los dientes, me vestí y dejé las maletas a un lado de la cama mientras abría la puerta en espera del desayuno. Para cuando llegó, me aseguré de que la ojiverde continuara dormida, tomé un par de tostadas y llevé una a mi boca mientras sujetaba el café, caminé hasta el balcón de nuevo y me deleité con la hermosa vista que me ofrecía Río de Janeiro.

Sentí el viento helado del amanecer rozar mi rostro mientras el calor del café calentaba mi garganta, sinceramente era un paisaje y un sentimiento que valía la pena vivir. Tomé una bocanada de aire y suspiré terminando mis tostadas con ánimo, iré mi cabeza en busca de Lauren y me di cuenta de que no estaba en la cama por lo que me levanté, caminé hasta adentro de la habitación y la encontré merodeando el carrito de comida.

—¿Te han dicho que tienes un apetito poco normal? —La abracé por la espalda y ella soltó una risita mientras mordía una tostada, la hice girar y le di un corto beso en los labios. —Buenos días. —Saludé sonriente, ella me miraba algo distinto y no sabía por qué.

—Buenos días. —Me abrazó ocultando su rostro en mi cuello. —Me gusta que al despertar estés en la cama, sino, siento que te fuiste. —Me alejé un poco abrumada por su confesión pero solo asentí. —Veo que ya preparaste todo, así que me ducharé, daremos una última vuelta y el taxi nos llevará al aeropuerto en dos horas.

Miramos el equipaje listo y nos dimos una breve mirada antes de sonreír, Lauren entró a la ducha y yo me dispuse a recostarme en la cama mientras veía mi Twitter en mi teléfono, miraba la hora y hasta colocaba un canal de música en la TV, me estaba aburriendo totalmente mientras la ojiverde parecía darse una ducha de un siglo.

Para cuando salió, suspiré aliviada y de todas formas tuve que esperar otros quince minutos porque se vistiera, ella parecía hacerlo a propósito. —Sé que estás apresurada por volver, pero el avión igual tardará. —Trató de alentarme y eso no hizo más que dejarme ansiosa. —Creo que ahora es peor. —Terminó de vestirse y tomó el equipaje para sacarlo, un chico lo subía al carro de equipaje y lo llevaba al ascensor.