Capítulo 40: Parte II.

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"Hace menos de un año comencé esta novela y a medida que fui avanzando aprendí mucho con ustedes, hemos logrado cosas que yo consideraba inalcanzables y no puedo estar más agradecida por eso. Decidí que quiero dedicarles a todas y cada una de mis lectoras este último capítulo, gracias por ayudarme a crecer, gracias por el apoyo y por cada segundo que me han regalado, espero les guste. "

When I Was Your Man — Boyce Avenue feat. Fifth Harmony (Cover)

Espero les guste, gracias por leer🙈. NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR, ES GRATIS😍😉

***

Las luces azules y rojizas inundaban la habitación mientras todo se movía en cámara lenta y mi vida se desmoronaba con el paso de cada luz. Sentí como el oficial me levantaba por los brazos y el cuerpo de Camila se alejaba de mi visión. Policías con linternas entraron por cada puerta y aseguraron el lugar mientras mis lágrimas de frustración se hacían presente.

Por un segundo desvié la mirada hacia la mujer que se hacía llamar mi madre mientras pasaba a su lado, un oficial la entrevistaba y la tomaban del brazo al igual que a mí, con la libertad de no tener esposas. Por un segundo sentí un odio tan gigante que me sacudí con fuerza al intentar zafarme del agarre del policía y fallar. —¡Señorita! —Escuchaba la voz del oficial como un susurro tan alejado de mí que confundía. —¡Contrólese!

—¡¿Lograste lo que querías?! —Pregunté de cara a la mujer que se había hecho cargo de dañar mi vida y ella soltó una risita falsa.

—Sólo quise tu seguridad, no pensé que estuvieras tan loca como para asesinar a dos personas. —Dijo espantada con un falso tono de miedo antes de darme una mirada triunfante y se acercó a mí mientras el oficial se encargaba de mantenernos quietas. —Nos vemos en la corte, hijita...

—Vamos. —Escuché un llamado y el oficial me arrastró con fuerza fuera de la habitación mientras Clara temblaba con falsedad y cubrían los cuerpos de Angie y Camila. Suspiré resignada cuando fui empujada a las afueras del edificio abandonado en medio de una multitud de patrullas y sirenas ensordecedoras. —Tiene derecho a un abogado y... —Cada vez mis oídos captaban menos el sonido de la escena y por un segundo pensé que había perdido la audición.

El oficial abrió la puerta de una patrulla y sin ningún pudor me arrojó adentro como una simple criminal más, aunque no estuviera comprobado un veredicto. Maldije cuando mi rodilla impactó con el asiento frente a mí y traté de controlarme, saldría de esto. Miré al oficial de mala gana y parecía estar esperando una respuesta de mi parte, elevó las cejas y no supe qué decir. —¿Puede dejar la ventana abajo?

El hombre escupió y bajó la ventana un poco antes de azotar la puerta contra el auto para cerrarla. —Tomaré eso como un si. —Miró a los lados. —Le recomiendo que pida un abogado, tenemos todas las pruebas detrás de usted. —Otro oficial se acercó a la patrulla, le susurró un par de cosas al que me hablaba y ambos me miraron. —Vienes de una buena familia, pero estoy seguro... —Volvió a escupir con una sonrisa macábra. —Que aquí no tendrás los mismos beneficios. —El otro oficial subió a la patrulla en el asiento de conductor y encendió el auto. Miré hacia la salida y sacaban una camilla con el cuerpo de Angie mientras cerraban la bolsa con cierre y mis manos esposadas en mi espalda impidieron poder cubrir mi boca para evitar sollozar.

—Quiero un abogado. —Fueron mis últimas palabras ante el oficial antes de que el cuerpo de Camila saliera en otra bolsa, sollocé con fuerza. —¡Sáquenme de aquí, ahora! —Grité desesperada al ver al amor de mi vida perderse entre un pedazo de plástico cuando lo que ella merecía era seda. Miré que detrás de los forenses venía aquella mujer a la que odiaba, con pequeñas gotas de maquillaje corrido. Una oficial la llevaba a otra patrulla mientras yo me alejaba con rapidez de la escena.

BOSS | Camren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora