Capítulo 16

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Cada semana me prometo que voy a ponerme con la historia y editarla, y cada semana fallo en hacerlo. Lo siento mucho porque tenéis que aguantar los errores y que las escenas están lejos de ser perfectas, pero el tiempo no me permite, por ahora, prestarle más atención. Sé que le faltan muchas revisiones y aprecio que seguís leyéndola en estas condiciones.Besitos

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Noviembre 2013 —Íria

 Tenía pruebas de que era la única alma en esta zona, hacía casi una hora que no me había cruzado con otro vehículo. Los faros de mi coche alumbraban la carretera vacía y el proceso de conducir resultaba tan automático que mis pensamientos pedían mucha más atención.

Deseé que tuviera el equivalente de esta luz dentro de mi cabeza, un faro que iluminara mi camino espiritual y que me enseñara el final. Por desgracia seguía nadando en las profundidades de la misma niebla esponjosa y oscura sin conseguir salir a la superficie.

Había salido del pueblo tres días atrás para conseguir los materiales que necesitaba para acabar el proyecto de Jared. Desde el fin de semana que habíamos pasado en el monasterio habían transcurrido unos diez días sin señales de vida de su parte. No contaba la experiencia en el hospital y después no me había topado con él cuando había visitado a su abuela. Le había enviado un correo electrónico y avisado de mis planes, pero había servido de nada. Tampoco las había dado después de mi anuncio. Jared no entendía una pequeña sugestión. Bueno, en mi caso era el equivalente de un grito, pero la idea era la misma.

Mi coeficiente de inteligencia me chillaba a cada rato que era una estúpida. Jared no me quería cerca y yo no figuraba en el retrato de su futuro. Mi corazón se empeñaba en latir conteniendo el gramo justo de esperanza para seguir manteniéndome viva.

En el monasterio había sido amistoso y relativamente abierto. En el hospital pensaba que habíamos vuelto a ser amigos. Pero iba a finalizar el contrato con él en muy poco tiempo sin tener señales de que algo iba a cambiar. Era cuestión de horas y sentía el soplo helado de la desesperación en mi nuca…

El silencio interrumpió el hilo de mis pensamientos. ¿Cómo era posible que el silencio interrumpa? Pues mira que lo era. Un segundo estaba consciente del ronroneo del motor, de las sombras que veía por el rabillo del ojo en los lados de la carretera, de la luz… Por el infierno, ¿dónde estaba la luz? Más cosas pasaron a la vez: me di cuenta que los faros no funcionaban, que el coche iba a velocidad de tortuga y que el motor estaba apagado. Dirigí el volante hacia el arcén, posicionando el vehículo afuera de la carretera antes de intentar encenderlo. El coche se detuvo después de rodar unos metros más, como si fuera una abuelita que se había quedado sin soplo al subir una pendiente.

Metí la llave varias veces, sin éxito. Desorientada, comprobé mis opciones. No sabía nada de coches, pero aun así, volví a intentar revivirlo hasta que la llave dejó marcas en mis dedos. Bajé y miré bajo el capo, descubriendo a la luz de la pantalla de mi móvil una multitud de tubos y cordones.

Ya, no tenía ni idea de lo que buscaba, ni de lo que hacía, aparte de congelarme, pensé tamboreando el suelo con los pies. El pánico contractó mi garganta. ¡Iba a morir! Iba a congelarme en el medio de la nada, en una noche más oscura que el fondo del caldero de infierno y… nadie iba a echarme de menos. El pensamiento fue horroroso y sacudí los hombros, alejándolo con el movimiento. Claro que había gente que iba a echarme de menos. Lo que me molestaba era que no sabía si Jared iba a hacerlo. Eran las últimas horas de mi vida. Podría llamarle para preguntarle y morir tranquila. ¡Pero cómo podría ser tan idiota! Tenía teléfono y funcionaba.

Me metí tiritando en el coche y busqué el número de Jared. Nop. No podría llamarlo. Iba a pensar que tenía algún plan maquiavélico para atraerle en mi red de pescar hombres indefensos ante mis encantos. En cambio y de mala leche, llamé a Cedric que me aseguró de su ayuda.

Sencillamente perfecto (SIN EDITAR) - TERMINADAWhere stories live. Discover now