16. Pesadillas.

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16.

Nathaniel.

     Cuando entramos y cerramos la puerta me sorprendí por el interior, era extraordinariamente grande, a mi izquierda la sala inmensa, a la derecha una gran puerta que conduce a la cocina y enfrente mía unas escaleras que llegaban al segundo puso, Dios.

—Jesica, ¿mis padres saben de mi llegada?— pregunta Castiel.

—No joven, ellos están en una junta de negocios en Inglaterra, no volverán hasta dentro de dos meses— noto que Jesica no me quita la mirada de encima, le sonrío.

Castiel suspira, —Ya veo, gracias te puedes retirar.

—Si señor— Jesica me echa una última mirada antes de desaparecer por la cocina.

Castiel me mira, —¡Hey! Idiota, despierta de una vez.

—¿Que?

—Al parecer te gustó Jesica, no te culpo, es un bombón, esas curvas le sientan bien— sonríe.

—No no, solo que no puedo creer que vivas aquí.

—No es mía, es de mis padres. La mía esta en otra ciudad— Dice serio.

—¡Te han consentido mucho, he!

—Cierra la boca, vamos a dejar las maletas.

     Subimos las maletas hasta llegar a un largo pasillo, pasamos puertas hasta llegar a la tercera habitación, Castiel abre y entra.

—Así que éste es tu cuarto.

     El cuarto de Castiel era como me lo esperaba, él piso cubierto de una alfombra negra, las paredes rojas, ropa por todos lados, una guitarra al lado de la cama, sí, éste es el estilo de Castiel.

—Y por allá esta el baño— va hacia una puerta y la abre.

—Es amplio.

—Si, no me gustan las cosas cerradas, me ponen loco. ¿Te vas a bañar ahora?

Arqueo una ceja, —¿De qué hablas?

—De que ya empiezas a oler a calcetines sudados.

Mis mejillas arden, —¡Eso no es cierto!

Castiel ríe, —Vete a bañar mientras yo saco las cosas y las pongo en el closet.

     Asiento, agarro mi toalla y me entro al baño, es inmenso y si exagero diría que me podría perder acá. Luego de una ducha reparadora salgo y al hacerlo me encuentro a Castiel con una pantaloneta y sin camisa.

—¿No te pondrás camisa para dormir?— dije ya cambiado.

—¿Para dormir? No señor, sé que hace frio y todo el show pero no me gusta dormir con camisa, es incómodo.

—Te morirás de frío— le echo una mirada aburrida.

—Para eso te tengo a ti para que compartas calor.

—Ridículo.

—¿Ah no?

     Con un movimiento brusco, Castiel me agarra de la cintura y me tira en su cama boca arriba. Pega sus labios a los míos dandome un beso desesperado. Siento su lengua jugar con la mía y me empiezo a calentar.

—Castiel.— digo sin repuesta, sigue besándome.

     Rodeo su cuello con mis brazos acercando mas sus labios a los míos, Dios que calor hace.

     Empiezo a sentir la mano de Castiel pasar por mi camisa y lo detengo, me separo.

—Hey hey, relajate un poco, no vamos a hacer nada.

—Ayy, ¿por qué siempre me quieres dejar con las malditas ganas Nathaniel? Justo cuando voy a conseguir lo que quiero.

Abro los ojos, —¿Y qué es lo que exactamente quieres idiota?

Castiel se acerca a mi oreja y susurra, —Pues hacerte mío hasta que no quieras que la saque.

Le susurro, —Pues te quedaras con las ganas- agarro fuerza y lo empujo.

     Me acomodo en la cama para dormir, lo único que pude sentir fue la mano de Castiel posándose en mi cintura para luego dormirnos al instante.

""

     Me levanté sobresaltado, como odio las pesadillas, y siempre es la misma joder. Siento una mano en mi hombro y me vuelvo a asustar.

—Hey hey, tranquilo soy yo— dice Castiel con la voz ronca.

     Y sin pensarlo dos veces le pegué un puñetazo en la cara haciendo que cayera al piso, estoy muerto.

—Mierda, eso dolió,— se levanta del piso —¿Nathaniel qué pasa?

—¡Lo siento! No quería.. ¡No quería hacerte daño!

—Hey hey,— se sienta a mi lado —respira ondo, relajate. ¿Tan horrible fue la pesadilla?

—Es que, no puedo dejar de pensar.

—¿Pensar en qué?

—Yo, mis padres, muchos golpes, moretones.

Castiel suspira, —Ya dilo de una vez.

—Mis padres me agredían físicamente.

—¿¡Qué!?

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Lo que dicta el Corazón  ✅ ~CastielxNathaniel~Where stories live. Discover now