21. Malos momentos.

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21.

Castiel.

     ¿Qué se supone que haga ahora? ¿Paseo a Demonio? ¿Escribo una canción? ¿Voy a caminar al parque? Como que esa obcion no está tan mal. Me dispongo a alistarme y bajo las escaleras, me encuentro con Jesica.

—¿Saldrá joven Castiel?- me pregunta.

Me detengo en la puerta, —Sí, llegaré mas tarde, iré a caminar al parque.

Me sonríe, —De acuerdo, cuidese mucho.

     Le devuelvo la sonrisa y salgo de la casa.

"

     Al llegar al parque noto que hay mucha gente hoy, me aproximo a sentarme en el césped debajo de un árbol y acostarme. Respire hondo, me siento tan tranquilo, podía eacuchar el viento pasar por mi cabello alborotandolo y las hojas de los arboles moverse por la brisa, cierro mis ojos por un momento y siento algo pegado a mi rostro, en especial a mis labios, vuelvo a abrir los ojos y me encuentro con Debrah besándome, levanto mi torso sin separarme tratando de entender la situación. Ella al no ver que me oponga opta por subirse a mis piernas rodeando mi cadera con las suyas, al sentir el tacto de nuestras entrepiernas la empujo y me levanto bruscamente.

Me paso la manga por la boca, —Debra, ¿¡qué estás haciendo!?

Ella sonríe y se levanta, —¿Qué? ¿No te puedo saludar?

—¡Te dije que me dejaras de seguir!

—Ay Gatito,— su voz cambia a seductora -aún te amo demasiado, lo que viste fue un accidente.

Dejo salir una risa sarcástica, —Sí, un puto accidente, que te llevó a estar encima de él besándolo, medio desnuda.

Entorna los ojos, —Tú siempre tan exagerado, solo me quitaba algo que jamas visto en mi espalda y despuea vio algo en mis dientes.

—¿Nunca dejarás de ser una perra?

—Ay vamos mi amor,— se me acerca y pones sus manos en mi nuca —no me puedes negar que aún me deseas, darme duro en cada rincón de tu casa.— antes de que pudiera decir alguna palabra, Debrah me tumbó en el cesped y se subió en mi volviendo a sentir muestras entrepiernas rosarce.

—¡Deja de decir tonterías! ¡Quitate de encima!— aunque no lo crean, esta mujer tiene una agarre fuerte que me impedía levantarme o empujarla otra vez.

Ella sonríe, —Y si no, ¿qué?— empieza a mover sus caderas, haciendo que cierta parte de mi cuerpo reaccionara de la manera que ella quería.

—Te mandaré a la verg....

     No pude terminar, Debrah empezó a besarme, yo sin reaccionar sentí el jugueteo de nuestras lenguas y su movimiento de cadera que cada vez aceleraba y presionaba.

La aparto y vuelvo a levantarme, —Te dije que no, Debrah— dije serio. —Yo ya tengo a alguien en mi vida, que me puede dar lo que tú nunca me diste.

Ella se levanta molesta, —¿Y qué es?

—Amor del verdadero, confianza, excitación verdadera, no como tú que solo eres un microondas mezclado con un piano.

Arrugó su nariz, —¿Ah sí? ¿Y quién es esa persona?

Sonreí, —Eso no es de tu inconvencia. Lo que te debe de quedar claro es que tú y yo JAMÁS volveremos.— me di la vuelta y empecé a alejarme.

     Mierda, lo único que sabe hacer es exitar, mejor me voy a casa, necesito llegar pronto así que iré por un callejón para acortar camino.
Me encontraba caminando tranquilamente por el callejón hasta que alguien me agarró de la muñeca, me jaló y pegó contra la pared, al verle el rostro supe que éste no era mi día. Lysandro me tenía agarrado de las muñecas sin dejarme moverlas.

—¿En serio? ¿Ahora tú?— pregunté. —¡Sueltame!

—No Castiel, tú me vas a escuchar.

Suspiré, —A ver, dilo rápido, no tengo toda la mañana para esta idiotez.

—Castiel, yo no quería que todo ésto pasara,— su voz suena entrecortada.

—¿Y qué es "todo esto"?

—Que me dejaras, que te molestaras conmigo y te fueras con una basura.

Me solté de su agarre, —¡Hey, hey, hey! Cuida tus palabras, Nathaniel no es ninguna basura. Él si aprecia lo que hago para poder estar con él, no como tú que estabas poniéndole los cuernoa a tu chico conmigo.

—Castiel, sabes muy bien que Kentin y yo siempre estabamos discutiendo y lo resolviamos teniendo sexo.

—Y muy bien que les sirvió— dije cruzandome de brazos.

—Pero no me bastaba,— prosiguió —yo quería senrir cómo era hacerlo con otra persona, pero no sabía que nos descubriría al haber terminado.

—Bueno, asume las consecuencias. Ve y consiguete a otro que te lama los huevos, que yo ya no quiero verte— me doy la vuelta y empiezo a caminar.

Lysandro me agarra de nuevo, —¡Espera! No te irás.

—Maldita sea, ¡sueltame!

     Lysandro se abalanza sobre mi y me besa agarrando mis manos con una de las suyas y la otra la posiciona en mi entrepierna. Con mi mano libre logro empujarlo tan fuerte que casi se cae.

—¡Pero qué mierda haces!— grité.

—Lo que debí de hacer cuando no me quisiste escuchar en el campus.

—¡Dejame en paz Lysandro! ¡Tú y Debrah se pueden ir a la mierda!— empecé a gritar mas fuerte —olvidate de mi, de nosotros, ¡de todo!

     Esta vez, empiezo a caminar e ignoro a Lysandro por completo, salgo del callejón y me dirijo a mi casa.

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Lo que dicta el Corazón  ✅ ~CastielxNathaniel~Where stories live. Discover now