Perfectly Disagree [PAUSADO]

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Capítulo veintinueve.

Abrí un poco más mis ojos al notar luz de día en ellos.

Di un largo bostezo y me incorporé en el lugar de inmediato.

Miré a mis dos lados y me di cuenta de que estaba sola.

—¿Tyler? — susurré, mágicamente logró escucharme.

—Estoy aquí. — escuché.

—Si me dices específicamente dónde estás se me facilitaría la cosa.

Se escuchó su risa ronca. —En la cocina.

Me levanté del sofá, y el frío comenzaba a apoderarse de mí.

—Mierda. —exclamé creyendo que fue inaudible.

Esa espalda, por Dios.

Se volteó al escucharme.

—Buen día, nena.

—Buen día. — repetí nerviosa.

—¿Cómo dormiste?

—¿En serio quieres que te conteste eso?

Con el ceño fruncido respondió. —Mejor no. — sabía que iba a usar sarcasmo.

Dejó unas galletas de chocolate en la mesada, acompañado de dos tazas de café.

Nos sentamos y el silencio nos invadió a los dos.

—¿Piensas arreglar las cosas con, éste chico, Shawn? — dijo tomando en mano una galleta.

Cerré mis ojos con fuerza. —¿En serio quieres empezar la mañana así? — soné molesta

Levanto sus manos en forma de que me calme.

—Yo... Sólo hice una pregunta.

—Oye no, lo siento. - suspiré. — Perdón por este mal humor de mi parte, sólo, odio las mañanas.

Sonrió de costado. —No lo noté igual. — sonó con sarcasmo. —Oye, come algo. — ordenó.

—N-No me gusta desayunar, en serio, luego me agarran náuseas.

—¿Segura? — parecía no creerme.

Sólo asentí con la cabeza y quedé con mi mirada fija al piso.

El timbre nos desveló de cualquier cosa tensa del momento.

—Que raro, nadie me dijo que vendría. — se incorporó y se acercó hasta la puerta, sin menos preguntar quien era abrió la puerta.

Dejándome ver a quien menos necesitaba en estos momentos ver.

—¿Qué haces acá? — sonó molesto.

—Vine a buscar a Emily, ¿Puedes llamarla?

—Ella ya no est...

—Dejalo así, Ty. — interrumpí apareciendo entre los dos.

—Emily, en serio me preocupaste.

—¿Qué necesita?

Quedó observándome por unos segundos eternos.

—¿Q-Qué hago? Pues venirte a buscar, para llevarte a casa.

—Bueno, vuelve por donde viniste, porque contigo no iré. — dije adentrándome un poco más a la casa.

—Emily, por más que quieras o no, debes hacerlo, tus padres se preocuparán.

—¿Crees que eso me importa? — volteé a verlo.