En el nombre de la Justicia

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—¡¡¡Déjalo ir!!!

Al darse vuelta, el extraño que sujetaba al príncipe recibió un fuerte golpe en la cabeza que lo aturdió, y luego un segundo golpe más contundente que le hizo caer de espaldas. Alexander logró zafarse y comenzó a gritar.

—¡Kazimir! ¡Kazimir!

Micah, se dio vuelta y vio al hombre incorporándose furioso que sacó un cuchillo e iba hacía los niños; pero antes de siquiera poner su mano en su espada, alguien puso su brazo debajo de su cuello y trataba de sujetarlo.

—¡Quieto, muchacho! ¡No intentes resistirte! —Le dijo el hombre que le tenía.

Este vio que su compañero aún no lograba capturar a los niños, ya que Yrian sostenía una especie de palo a modo de garrote; pero el merodeador logró sujetar el palo atrayendo al rubio y capturándolo.

—¿Te gusta jugar rudo, mocoso? ¡Pues ahora te desollaré como a una liebre!

—¡NO!

El príncipe al ver que el hombre apuñalaría a su amigo, sujetó su brazo; pero mientras forcejeaba, escuchó el ruido de un golpe, como el de una piedra al chocar contra un muro. Al ver el rostro del merodeador vio el cuchillo clavado en su frente, y un hilo de sangre que bajaba por su nariz hasta su boca. Yrian le empujó y este se desplomó sin vida al suelo. Por su parte, el otro hombre vio horrorizado como había caído su compañero y antes de poder hacer algo sintió el filo de una daga en su nuca.

—¡Suelta al mozo! ¡O perecerás de forma semejante!

Soltó entonces a Micah, y el joven sacó su espada y le confrontó. El Merodeador cayó de rodilla y puso sus manos detrás de su cabeza en señal de sumisión.

—¡No me mate! ¡Estoy desarmado!

Kassius Terzo, que era quien le detuvo le hizo una señal a Micah para que lo vigilara.

—¿Desarmado? Vamos a ver si nos dices la verdad...—El anciano se puso a frente y metió su mano entre sus ropas para revisarle.

Entretanto, Kazimir se acercó a los niños y estos corrieron muy asustados hacía él y le sujetaron. El caballero les abrazó para calmarlos.

—¿Están bien?

—¡Sí! ¡Lo mataste! ¡Nos salvaste! —Le gritó el príncipe quien aún temblaba en sus brazos.

—¡Tranquilos! Ya todo pasó. Están seguros.

Kazimir se incorporó y se acercó al hombre que había matado. Se inclinó a este para sacar el afilado cuchillo que había clavado en su frente. De reojo vio el cadáver de la mujer casi oculto entre los arbustos y decidió acercarse a ella.

—Está muerta. Él dijo que la mató. —comentó el príncipe con pesar.

El caballero revisó el cadáver de la mujer. Al voltearla notó las claras señales que había sido abusada por estos hombres y la mataron a puñaladas. Su piel aun preservaba algo de tibieza al tocarla, por lo que era muy fácil presumir que la habían asesinado un par de horas antes. Los niños se acercaron con curiosidad y observaron cuando el caballero cerraba los ojos de la joven.

—Era muy joven. —exclamó Yrian.

—¿Dónde está su familia? —preguntó Alexander al caballero.

—Cerca, quizás...

Kazimir se levantó y se dirigió hasta donde Kassius y Micah mantenían al asaltante. Este al reconocer la armadura y el símbolo de la orden, palideció.

"El Príncipe Bastardo"Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang