Capítulo 11. |Inútil e insignificante.

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Leah.

No he podido cerrar un ojo en toda la noche, y mucho menos en toda la mañana, estoy en un estado de alerta. Es como si fuera una horrible pesadilla que sigue alargándose y que no va a parar hasta que mucha gente siga siendo lastimada, y lo malo de todo esto, es que esa gente es mi familia.

Esa gente va detrás de mi sombra, a quien quieren hacerle daño y eliminar del mapa es a mí, pero no van a hacerlo tan sencillo, y según Aaron todo esto es por que yo significo mucho para él. Suelto un suspiro y me hago una bola en el sofá de la sala de espera de la clínica. Precisamente ayer, que decido abrirme y buscar a Aaron para resolver todos nuestros problemas ocurre ésta desgracia, y ahora no sé en qué punto estamos; si vamos a volver a estar juntos o si estamos en la misma situación.

Steven, mi pequeño campeón. No puedo creer que esté en coma, esto es horrible. Me lanzo a llorar como lo he estado haciendo desde la noche anterior, todo esto es una desastrosa jugada de la vida, Steven no se merece estar en esa situación. Por Dios, es un niño de diez años que apenas está comenzando a vivir. Aún no ha dado su primer beso, aún no se ha enamorado, aún no ha jugado en su primer partido de fútbol, aún hay cosas que él sueña hacer y no es justo que una vida con tanta luz se apague. No otro Jenner, no mi pequeño campeón por favor.

Mi vida parece ser parte de una película de completo horror. Apenas estaba empezando a procesar que el amor de mi vida es un pandillero y que me ha confesado como empezó en ese mundo hasta la parte de que una de las pandillas más viejas y grandes de todo Beverly Hills está detrás de mí y de mi familia, para luego tener que vivir el horrible momento de ver a mi hermano menor casi muerto en la acera de una calle. Necesito verlo, necesito tener la esperanza de que va a salvarse, necesito que mi pequeño campeón vuelva a estar bien.

El sonido de mi celular me hace salir de mis pensamientos y al ver el nombre de Lucas espandirse por la pantalla recuerdo inmediatamente que no he avisado que no llegaré a Manchester.

Contesto.

—Hola Lucas, vas a querer matarme.

—¡Leah, válgame Dios! He estado preocupado por ti. Estoy en el aeropuerto y resulta que tu vuelo acaba de llegar y que tú no venías en ese avión. ¿Qué pasó? ¿Dónde estás?

Respiro unas tres veces antes de hablar.

—Estoy en Beverly Hills, no iré a Manchester.

Del otro lado de la línea se escucha el murmullo de la gente del aeropuerto y la respiración de Lucas que se ha quedado en silencio.

—Dios Leah, no me digas eso. ¿Qué ha pasado?

Me levanto del sofá y camino un poco por la sala de espera.

—Mi hermano menor recibió un disparo en el pecho en la tarde de ayer y está en un estado de coma. —Digo con poca voz. —Como ves, no puedo irme y dejar a mi familia en un momento como este.

—¡Por Jesucristo! ¡Qué terrible noticia! El pequeño Steven, no puede ser.

—Sé que debí llamar a la academia y avisar, pero te juro que no he tenido cabeza para pensar en nada más que no sea mi hermano.

—Pero por supuesto preciosa, entiendo perfectamente, no te preocupes, hablaré con mi madre acerca de porqué no llegarás, pero espérame mañana a primera hora en Beverly Hills, voy a tomar el primer vuelo que vaya hacia Estados Unidos ésta noche.

Frunzo el ceño.

—No es necesario Lucas, no quiero hacerte venir desde tan lejos.

—Shhh, guarda silencio tonta, claro que sí, eres mi amiga del alma y estos son momentos en los que necesitas el apoyo de todos tus amigos, así que nos vemos en la mañana Señorita Jenner.

Mi Salvación #2Where stories live. Discover now