Capítulo 12.|Una sola pandilla.

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Aaron.

Es que cuando uno intenta sacudir el cajón de los recuerdos, son los recuerdos que lo terminan sacudiendo a uno. Nuestras fotos, todas ellas guardan más que amor y esos momentos tan intensos y maravillosos que pasamos juntos por más que necesite borrarlos no se irán nunca.

La noche anterior Leah me llamó en un estado de trance diciendo que había visto a Luke, y realmente se escuchaba mal. De alguna u otra manera, aunque todos me digan que no es así, yo tengo la culpa de todo esto. Quise ir a buscarla, le dije que volviera a la clínica y que la iría a recoger pero se negó, y eso no hizo más que sentirme aún más triste si es posible.

No voy a descansar hasta encontrar a Luke y a Gregory, y terminar con su miserable y sucia existencia de una buena vez, para así tener a salvo a mi Chaparra y a toda su familia. Un recuerdo de ayer me llega a la cabeza y sonrío inconscientemente. Leah y yo somos un dilema difícil de entender. No estamos juntos, pero sé que ella sigue amándome como yo la sigo amando a ella y es que eso es algo que nunca va a ponerse en duda. Me dio coraje al ver a Ethan llegar a la clínica y llamar su atención, él dice no tener interés en ella, y que sólo quería hacernos probar un punto, pero me cae mal, muy mal.

Paso mis manos por mi rostro, estoy desesperado. Desesperado por encontrar a esos Tiburones y acabar con ellos. Desesperado por volver a tener a Leah conmigo y que esta vez, sea para siempre. Desesperado por hacerle el amor, desesperado por perderme en ella y no tener que encontrar la salida nunca. Pero todo es un caos, un caos que no sólo lo he ocasionado yo, también ella.

Cuando estuvimos en ese ascensor juntos la sangre dentro de mí se calentó y tuve que luchar con todas mis fuerzas para no arrinconarla y perderme en ella de una buena vez, tuve que luchar contra mi autocontrol, cosa que no había hecho en mucho tiempo. Está claro que esta abstinencia me tiene mal, está claro que necesito sexo urgentemente, pero también está claro que sólo lo necesito de Leah, y ahí es donde me doy cuenta el problema tan grande que tengo en mi cabeza. Y no sé porqué, pero por primera vez en mi vida pensar en tocar a otra mujer que no sea Leah me parece repugnante.

Me levanto y me doy un baño para ir directo a la clínica, necesito ir a hablar con Leah sobre lo qué pasó ayer. Luke y Gregory siguen por ahí vigilando a Leah y a su familia, y saber que Leah tuvo un encuentro con Luke aunque sea de lejos me pone paranoico. Luke es un imbecil bueno para nada, un cobarde de lo peor y Gregory sabe eso con certeza, por eso me ha parecido extraño que Gregory le esté dejando todo el trabajo a su hermano inepto.

Bajo las escaleras y me detengo unos segundos. Cada rincón de este apartamento me recuerda a ella también. Las fotos que colgué de ella en las paredes y en la mesa de centro iluminan desde mi lugar, y es que no podría quitarlas. El sofá, las veces que vimos películas y nos acurrucamos juntitos allí. Que horrible es separarte de una persona a la que aún sigues amando con cada célula de tu cuerpo, ahora entiendo cuando me decían que él amor apesta, que él amor duele demasiado. Camino hacia la puerta y antes de salir recibo una llamada de Alice.

—Hey rubia, a ti iba a llamarte. —Le respondo en cuanto contesto. —¿Cómo está todo por la clínica?

La escucho suspirar.

—Igual. El pequeño Steven sigue sin reaccionar y toda la familia Jenner se encuentra aquí. Esta mañana llegaron los abuelos de Leah, y la pobre ha estado de un lado para el otro tratando de mantener la mente ocupada en el trabajo, hoy volvió a su puesto.

Sonrío sin que Alice se de cuenta. Leah no se va a Inglaterra, y aunque la razón por la que no se va no nos alegra a ninguno, el que se quede me llena de una paz increíble.

—Me alegra escuchar que Leah está de vuelta en el trabajo, y estoy deseando que Steven realmente reaccione. Voy camino a la clínica, necesito hablar con ella.

Mi Salvación #2Where stories live. Discover now