Capítulo 18

771 88 44
                                    

Eddie se encontraba tirado en una habitación blanca. No había sofá, no había una mesa, tampoco cuadros, ni siquiera un piso. Era más bien como un vacío. Desde el fondo de la nada se escuchaba una voz que decía "Eddie, perdóname", "Eddie, perdóname por favor". Eddie no distinguía la voz, se le hizo tan familiar pero era imposible reconocerla directamente. Eddie estaba perdido.

-Eddie, me gustas. -se escuchó una última voz-

-Richie... -Eddie suspiró inconciente-

Y de pronto se escuchó como si fuera un trueno.

Eddie se había despertado. 

Al principio no logró distinguir muy bien el lugar. Minutos despues, volvió a la escena.

Era una noche fría y lluviosa, lluvias que incluso dolía al hacer contacto con puntos sensibles de la piel, producto de la altura de donde venía. Eddie estaba haciendo un esfuerzo por sostenerse, caminó rápido y logró pasar el oscuro callejón donde había sido atacado.
Lo primero que vió al salir fue la casa de su amigo.
Tocó el timbre y alguien le abrió la puerta.

-Richie... -dijo Eddie antes de desvanecerse-

-¿Eddie qué te pasó? ¿Eddie? ¡Eddie Espaguetti reacciona!

Rápidamente, la mamá de Richard se acomodó a la escena y colocaron al mejor amigo de su hijo en un diván color blanco. Richie podía ver el bonito perfil de su amigo. Era tan bonito, que se le había olvidado por completo el desplante que Eddie le hizo horas antes.
No sabía que le pasaba, estaba triste y con ganas de llorar.

-Mamá, ¿dime qué le sucede a Eddie?

-Tranquilo, cupcake. Solo está inconciente, tal parece que fue golpeado y simplemente se desvaneció. -dijo la señora Tozier- Se pondrá bien, te lo prometo. -finalizó su mamá-

-Creo saber quien fue... -dijo Richie y suspiró con una cara de ira-

-No digas tonterías, bebé. -constestó la más gorda- Ven, anda pásame ese pañuelo. Se lo pasaré por su frente y limpiaré sua heridas con alcohol- terminó la oración.

-Pero mamá...

-Pero nada, eso no importa ahora. ¿No ves el estado de tu amigo?

-Fue Henry Bowers mamá, fue Henry y juro que lo mataré por pegalón y abusador. -gritó pastelito-

-No ha pasado mucho tiempo desde que nos mudamos y nunca te ví tan preocupado por alguien.

-Somos amigos, mamá.

-¿Seguro que sólo eso?

-Sí, sólo eso.

-Ahora sé la razón del porqué tu nariz se deforma cada día más.

-¿QUÉ? ¡OYEEE! -Richie gritó-

-Te gusta Eddie, ¿No es así?

-Mamá, yo...

-Tranquilo, mi corazón. Que me perdone Dios si estoy confundida y trato de insinuarte algo que no es, pero no puedo evitar ver cómo te brillan los ojos cada vez que lo ves. Mírate ahora, ¿acaso no tienes ganas de llorar? -dijo la mamá de Richie- No creo que los amigos comunes tengan este tipo de amistad, y si lo tienen, lo entenderé y me acostumbraré, así sabré que vivo en un tiempo diferente, pero mírate nuevamente, Richie, incluso cuando acusaste a ese tal Henry, no pude quitarme tu cara de rabia que tenías cuando hablabas de él.

-Nunca te había escuchado antes eso decir.

-¿Te gusta tu amigo el Eddie?

-Creo que sí. -dijo Richie-

-No, nada de creo. Ten los huevos bien puestos para afirmarlo, así como los tienes para jalarte la piringa cada vez que estas en tu cuarto.

-¿QUÉ? ¿QUÉ? ¿QUÉ? ¡MAMÁ! -Richie gritó igual que en un orgasmo-

-Ese sonido, así gritas cada vez que terminas de hacer tus cochinadas.

-😲

-¿Holi?

-Creo que debería tener más cuidado con mis cosas.

-No es que te espíe, hijito. Me lo enseñaron en la escuela, es todo.

-Sisi, como tú digas. -dijo el de lentes en tono sarcástico-

En un momento de risas, Eddie se había empezado a despertar. Richie moría de ternura cuando vió que hacía un intento por abrir sus ojitos y volver en sí. Hasta que por fín reaccionó.

-¿En dónde estoy?

-En mi casa. -dijo Richie el parlachín-

-¡Si serás! Nuevamente disculpa a mi hijo, Eddie. -dijo la más grande- Te ayudamos apenas tocaste la puerta de nuestra casa. Estabas todo empapado y con frío. Podías haber agarrado un resfriado y no te íbamos a dejar afuera.

-Es usted muy amable, señora.

Eddie dió gracias.

-Agradece a mi hijo, él fue quien te recibió. Quién sabe que pudo haberte pasado si ninguno de los dos hubiera estado en casa.

-Gracias, Richie.

Eddie miró a Richie de manera sensible. Quería pedirle perdón a su amigo por haberle ignorado en toda la clase, no era su momento y sentía que debía dar una explicación. Por otro lado, Richie se perdía en aquella mirada que otorgaban unos bonitos y grandes ojos almendrados color caramelo. Richie quería besarlo, pero tenía miedo porqie estaba su mamá. Que importa si le había dado o no su bendición.

-Lo mejor será que te quedes a dormir aquí, aún estas delicado. -autorizó madam Tozier-

-¿Dónde está mi mamá? Se preocupará -dijo Eddie-

-Le hablaré por el teléfono, descuida. En tan poco tiempo se ha ganado mi confianza, así como tú con Richie.

-Mami, ¿y dónde dormirá Eddie?

-En tu cama.

Todos subieron al segundo piso que es donde dormían. La señora se fue a su cuarto, y Richie... Richie estaba haciendo la cama para Eddie. Las sábanas ya no estaban de esperma como aquella vez, ahora olían a algodón, algodón de azúcar y vainilla. Era completamente perfecto.

Richie le frotó un Vick Vaporub a Eddie en su pecho y este último se quedó dormido. Richie sentado a un costado de su cama aprovechó para tomarle fotos y ponerlas como fondo de pantalla.
Ahora lo hacía tranquilo, clara razón despues de lo que le dijo su mami.

🌹

Al día siguiente, Eddie se despertó y vió a Richie de la manera más linda que lo pudo haber visto.
El niño de lentes se había quedado dormido en la silla, babeando y tomando la mano de su mejor amigo.

Loser Reddie (IT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora