Capítulo 21

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Había sido una revoltosa tarde. Todos los chicos ya se habían ido a su casa. La cena familiar que Stanley le prometió a Ben nunca se dió. El pobre aún trataba de asimilar lo que Eddie le contó sobre su hermano. Definitivamente ya no lo podía mirar con los mismos ojos de siempre.

El tonto de cupcake llevó al espárrago a su casa, no encontraron el rostro de su mamá al hacer Toc Toc, pero por suerte, Richie siempre cargaba unas llaves.

-Anda, pasa. Mi casa es tu casa. -dijo el más alto-

Enseguida, Richie procedió a cerrar la puerta de su casa. Ambos se tomaron un tiempo para admirar los pequeños detalles que tenía la sala. Eddie veía algunas muñecas de porcelana y pequeñas bailarinas de Ballet.

Despues de dicho momento, se quitaron los grandes abrigos que les dió su mamá para el invierno, quedando con prendas completamente ligeras, hasta que nuevamente Richie rompió el hielo.

-Ven, vamos a mi cuarto. Te daré ropa más cómoda.

Ambos chicos subieron las escaleras con tanta rapidez que parecía que tropezarían en cualquier momento.

-¿Qué es ese olor? -preguntó Eddie-

-Sí, ¿qué es ese olor? -continuó Richie- ¡Wakala!

-Richie, ¡estas sudado!

-¿Qué? ¿Yo? Yo no estoy sudado. 😠

-Jaja, también estoy sudado. Tal parece ser que se armó un ambiente de bochorno en la casa de Bill. -dijo Eddie- Seguro los chicos no se bañaron y nos contagiaron su peste.

-¡Qué haces! -Eddie gritó peor que en un orgasmo-

-Richie se había quitado su camiseta.

-Es sólo que... Tenemos que bañarnos. No nos podemos quedar oliendo así, al menos yo no...

-Me bañaré primero, detesto esperar por la ducha. Vuelvo enseguida, Richie.

Eddie se había marchado a la velocidad de la luz, evitando completamente cualquier habladuría que tenía su mejor amigo para él.

Richie sólo se tomó un tiempo para analizar la situación y asintió. Se quedó sentado en una silla con la vista de la puerta en frente y cuando iba a tirar la cabeza para abajo, vió la cara de Eddie.

-¿En donde se encuentra el baño?

-Es al fondo a la derecha.

Eddie se fue y Richie hizo un gesto de aburrimiento, no hasta entonces que descubrió lo apretado que le quedaban sus pantalones.

-Demonios, ¡ahora no!

Cinco minutos despues y la puta erección no se bajaba.

-¿Qué estará haciendo Eddie? -pensó-

Afortunadamente el baño principal tenía una puerta corrediza de vidrio, pero desafortunadamente el vidrio era demasiado grueso, y la textura sólo hacía que la imagen se viera algo distorcionada.

Richie no paró en descubrir qué estaba haciendo Eddie en ese momento, sólo lo miro de una esquina. Los sonidos se escuchaban perfectamente y su erección se hacía presente.

-Que esperas para meterte a la ducha. -dijo Richie en voz baja-

Eddie estaba de espaldas, apenas comenzaba a quitarse sus prendas. Primero se quitó la playera negra que traía, dejando al descubierto su pálida y fina cintura que Richie atesoraba. Siguió con los pantalones, estaba algo complicado, pero ahí mismo, parado y con demasiadas fricciones, logró quitarselos.
Eddie estaba en interiores rojos.

Por supuesto que también se los tenía que quitar, no abandonó el ritmo y se agachó para quitárselos hasta tener su bóxer enrrollado en sus pies. Había dejado al descubierto su redondo y blanco trasero hacia la vista de Richie, su erección crecía cada vez más. Él solo trataba de calmarlo, frotándose aún con la ropa puesta, y por último, mordiéndose los labios.

Eddie al fín estaba en la ducha. Había dado un saltito por el contacto del agua caliente con su piel pero luego logró acostumbrarse.

Para la mala suerte de Richie, el agua caliente generaba vapor, y todo ese vapor opacaba la buena vista que tenía el muchacho de ligeros rizos.

-En momentos como este, ¿por qué no fuí un baño? -se cuestionó-

Estaba enfadado y muy frustrado, pero pasado los tres segundos, Richie ya no pensaba con la cabeza de arriba, sino con la de abajo.

Richie deslizó la puerta corrediza de vidrio grueso cuidando que su mejor amigo no se diera cuenta, y entonces, se podría decir que ahora ambos estaban dentro del baño. No se permitió hacer algún sonido, no quería que lo descubrieran y así fue.

El sonido de la ducha opacaba los ligeros movimientos y algunos sonidos que salían de la boca de Richie.

Eddie ya se había aplicado el champú, era uno de manzanilla con vainilla. Deleitaba el momento tranquilo.
Richie sólo se excitaba.

Eddie seguía de espaldas, pero ahora con el jabón en manos y con la ducha abierta. El pequeño masajeaba su trasero a la par que lo hacía con sus piernas y sus brazos, no se percató de sus acciones cuando el jabón resbaló de sus manos.

Richie se emocionó.

El de lentes veía cómo el agua caliente recorría la entrada rosada de Eddie mientras este se agachada para recoger el jabón. Richie no podía consigo mismo, su pene esta tan duro como una roca despues de ver como la espuma rodeaba el ano de su amigo.

-Mierda... -dijo Richie en voz baja-

El más pequeño recuperó su postura habitual, pero Richie no lo hacía. Tenía el pene afuera desde hace mucho tiempo y sólo se estaba masturbando cuando de pronto escuchó un grito.

-¡Richieee, pásame una toalla!

-Mierda, mierda, mierda. -dijo Richie en su mente- ¿Ahora qué hago?

Eddie seguía en la misma posición, su amigo estaba alborotado. De lo que su erección estaba tan dura como roca, ahora se había convertido en un slime rosa. Richie tenía miedo de que lo descubrieran. El tonto no hizo más que subirse sus pantalones e irse en completo silencio.
Agradeció a Dios, a la virgen y a la hormiga con quien se tropezó horas antes de que había salido victorioso y encima ganándose tal espectáculo completamente gratis.

-Cosas así no se ven ni en el porno. -dijo Richie-

-Richieeee, apúrate. ¡Tengo frío! -ordenó nuevamente Eddie-

Lo único que Richie pensaba en ese momento aparte del bonito trasero de su amigo era: "Gracias, mamaita".

Loser Reddie (IT)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant