El autobús

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Al día siguiente decidí ir en autobús porque quería comprobar si podía ver a ese imbécil y darle las gracias por no dejarme decir ''te quiero'', aunque él no lo iba a entender.

Cuando entré en el autobús le vi atrás del todo con los cascos puestos. Me acerqué a él y me senté a su lado. Para que me notase le quité los cascos y se los coloqué en el cuello.

-Hola.

-Hola.- Su tono era indiferente. Se volvió a colocar los cascos y yo se los volví a quitar.

-Gracias.- Dije.

-De nada. Sabía que te ayudaría esa cosa que hice, pero... ¿qué hice?- Frunció el ceño.

-No dejarme decir ''te quiero''- Hice las comillas con los dedos al decirlo.

Me arrepentí justo después de haberlo dicho. ¿Y si se lo tomaba mal? ¿Y si hacia preguntas?

-Vale. De nada. ¿Algo más?- Preguntó.

-No.

-¿Quién es?- Cantó. Entendí que quería que le siguiese.

-Soy yo.- Canté.

-¿Qué vienes a buscar?

-¿Tengo que seguir?

-Sí. Solo un poco más, porfa.

-A ti.-Canté de nuevo.

-Pues ahora soy yo quien quiere estar sin ti.- Dijo y me empujó del asiento.

Yo caí al suelo sin miramientos. Después de eso se me borró la visión y no recuerdo nada más hasta el momento en que me desperté en clase, específicamente en la de matemáticas. La clase estaba más oscura de lo habitual y tardé en darme cuenta de que era porque tenía puestas unas gafas de sol. Me las quité y miré a mi alrededor. Identifiqué al nuevo a mi lado.

-¿Y esto?- Le pregunté señalando las gafas y en voz baja para que la profesora no me escuchara.

-Para que no notasen que estabas desmayada.-Dijo-¡No te enfades demasiado!

-¿Cuánto llevo desmayada?- Seguí tratando de no escandalizarme.

-Desde que te tiré del asiento del autobús.- Apretó los labios.

-¿Qué? ¿Me tiraste?- Hablé demasiado alto y la profesora me mandó callar.

-Sí.- Respondió él.- Si te soy sincero no te quería allí. Quería que te fueses.- Aun tenía los labios apretados.

-Yo igualmente solo quería darte las gracias, no quería nada más.

-Pues deberías haberte ido después de dármelas. Estamos de acuerdo en que es culpa tuya.

-Yo no diría eso , fuiste tú quien empezó a cantar la canción.

-Porque te quería echar de manera artística.- Explicó.- Por cierto. En tus dos clases anteriores te han puesto dos negativos por no contestar a un profesor. No pude hacer nada.

-¿¡Qué!?

Justo en ese momento tocó la campana para el recreo.

-Adiós.- Se levantó, me quitó las gafas de la mano y se fue tranquilo como siempre.

-Salvado por la campana.- Me dije mirando cómo se marchaba.

La Enfermedad de CristalTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon