Tecnología

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La siguiente clase era tecnología. Todos íbamos a continuar con los proyectos y justo metieron al nuevo en mi grupo.

-Ten cuidado.- Le dije justo después de que el nuevo me quemase por sexta vez con la pistola de silicona. Él me cogió la mano y me sopló la zona quemada después de limpiarme la silicona.

-Perdón. Otro puede sujetar el proyecto mientras yo le pongo silicona sí quieres, no tienes por qué ser tú.

-Sí, mejor.- Me fui a buscar a Pilar, que era parte del grupo y la única sentada limitándose a vernos trabajar a los demás. - ¿Puedes sujetar tú el proyecto ahora?

-No puedo, voy a hacer otra cosa, sorry.- Supe que mentía, pero no merecía la pena pelear.

Volví con el nuevo y se lo dije.

-Nadie puede.

-Lo siento por ti en ese caso.

-¿Me dejas a mí utilizar la pistola de silicona, porfi?

-No.-Respondió rotundo.

Al decirme eso, acerqué mi mano a la suya, le saqué los dedos de la pistola y me la quedé. Cuando fui a echar silicona no salió y yo giré la cabeza para mirar al nuevo. Había desenchufado la pistola y me miraba con ojos entrecerrados. Como no hubo otro remedio, se la tuve que dar.

-Me alegro de que hayas entrado en razón.- Dijo sonriendo con la pistola en una mano y enchufándola otra vez con la otra.

Volví a sujetar otra vez el proyecto y él siguió echando silicona. Una de las veces en las que pulsó para que saliese la silicona salió demasiada. Iba a caer todo el chorretón ardiendo en mi mano, pero él puso la suya.

-¡Iiiiiiii!- Después de gritar salió corriendo de la clase, supuse que al baño.

Decidí ir a ayudarle y fui al baño de los chicos pero él no estaba allí. Con lo despistado que sabía que era se me paso por la cabeza que quizás se había metido en el baño de las chicas, así que fui y, efectivamente, allí estaba.

-¿Qué haces aquí?-Le pregunté.

-Lavarme la herida.- Estaba serio y no me miraba.

-Me refiero a en el baño de las chicas.

Entonces me miró ceñudo con los ojos muy abiertos y me dijo: -Ya decía yo que era todo muy rosa.- No pude evitar soltar una risita y poner cara de asco.

-¿Volvemos a clase?

-Bueno, vale, pero sóplame la herida.- Al ver que no me acercaba a él para hacerlo volvió a hablar.-Porfa. -Añadió con carita triste.

Rendida me acerqué a él, le cogí la mano y empecé a soplarle la herida.

-¿Contento?

-Contento no sé, pero ahora estoy más a gusto. Gracias.- Y se fue.

Fui a clase de tecnología, pero no lo vi por ninguna parte y me pregunté si se habría equivocado de clase. Salí otra vez y me dio por mirar en la clase de biología, la clase más cercana. No me equivoqué, pero al parecer nadie se había dado cuenta de que él estaba allí.

-¿Qué quieres?- Me preguntó la profesora.

-Ehm... venía a por...

El nuevo estaba sentado en una esquina pidiéndome con gestos que no dijese nada.

-Perdón, me he equivocado de clase.- Mientras yo respondía él se escurría entre mis piernas fuera de clase sin ser visto mientras, gracias a Dios, todos seguían concentrados en el examen que estaban haciendo. Luego cerré la puerta otra vez.

La Enfermedad de CristalWhere stories live. Discover now