Capitulo 06

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     Olympia se encuentra caminando por los alrededores del castillo junto a Daymon, ambos están manteniendo una divertida conversación ajenos a todo lo que les rodea. Las vistas son preciosas, se encuentran rodeados por vegetación y, gracias a los grandes muros, apenas entra ruido del exterior.

Terminan caminando hacia el invernadero.

La risa de la chica se puede escuchar desde la lejanía cuando Daymon le hace una broma y acaba llegando hasta los oídos de Rune, el cual se encontraba alejado hablando con dos guardias reales sobre la seguridad del castillo.

- Seguiremos hablando más tarde – anuncia el rey antes de alejarse de ellos.

Camina entre los árboles hasta llegar al invernadero de su madre, donde se encuentran un montón de flores coloridas y únicas, difíciles de encontrar en otra parte del reino, su madre siempre amó la jardinería, y cuida y adora ese jardín.

Se queda parado en la entrada observando a los dos amigos hablando entretenidos sobre cosas que no entiende, se fija en la forma en que ella se mueve y actúa alrededor de él.

Olympia se mueve de forma natural, riendo sin esconder su sonrisa y tampoco bajando el tono de su risa, no duda en pegarle juguetonamente y ambos bromean el uno con el otro.

Rune, desde el momento en que los vio, pensó que Daymon era un chico silencioso y callado, pero verle tan hablador y sonriente junto a Olympia le hace cambiar de opinión, ya no considera que sea callado, ya solo cree que es únicamente callado con aquellos que no son ella.

Puede llegar a ver que tiene más confianza y complicidad con el moreno que con el castaño.

Es muy consciente de los sentimientos que tiene Alexander por Olympia, todo el mundo se ha percatado de ello, pero es muy notable que ella se siente más cómoda y natural cuando se encuentra con Daymon a solas, como si fuesen más que amigos, como si realmente les uniese un fuerte vínculo de hermandad.

- Ya echaba de menos esa sonrisa – escucha a Daymon confesarle con expresión seria. Nota a Olympia deteniendo su risa y mirarle detenidamente – nunca deberías dejar de sonreír.

- Me sorprende que seas tú quien me dice esto y no Alexander – ríe suavemente antes de inclinarse para oler una rosa roja – no puedo estar sonriendo y feliz cuando recuerdo todo lo que... - suspira – ya sabes...

Daymon se agacha a su lado y pasa un brazo por encima de sus hombros. Olympia cierra sus ojos y se arrima a él para abrazarse a su pecho.

- Si pudiese cambiar todo lo que sucedió para hacerte feliz, lo haría. Sabes eso, ¿verdad?

Besa con cariño su frente y luego acaricia su pelo cuando Olympia se aferra más a la camisa del chico. No emite ningún ruido que delate su silencioso llanto, pero Rune sabe que debe de estar destrozada y no la culparía por romper a llorar, apenas ha escuchado unos de los pocos rumores que circulan, y está deseando que sea ella quien le cuente más, pero si lo que se escucha es cierto, él mismo lloraría como bebé si estuviese en su lugar.

- Lo sé – alza la cabeza y le da una pequeña sonrisa – gracias por seguir a mi lado y nunca abandonarme. No sé qué sería de mi si no os tuviese a vosotros a mi lado. Os conozco desde que nací y ahora no puedo vivir sin teneros en mi vida, sois aquellos hermanos que nunca tuve, pero lo sois.

Daymon sonríe ampliamente visiblemente encantado con las dulces palabras de la castaña.

Rune se tensa cuando escucha ruidos a su espalda, se gira alarmado para descubrir como Alexander se incorpora, sin darse cuenta, él llevaba todo el rato sentado en la puerta vigilando quien entraba al invernadero mientras dejaba a sus amigos caminar y explorar el lugar, sabía que Olympia tenía que hablar a solas con Daymon para desahogarse y lo ha cumplido.

Lucha de coronasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora