PROLOGO:
Enfunda su espada dentro de su cinturón al mismo tiempo que mueve su cabeza para apartarse el pelo del rostro. Frente a ella se encuentra todo el pueblo haer, observando con intensidad y emoción como es coronada reina de todos aquellos que buscan una salvación.
Por unos segundos siente su pecho contraerse tras darse cuenta de que falta alguien allí reunido. Rune huyó del poblado hace una semana y desde entonces ha estado extrañándole, aunque eso no le será ningún impedimento para todo lo que quiere lograr.
Por encima de sus propios sentimientos, del mismísimo amor que puede llegar a desarrollar por el joven, está su misión. No hay nada que supere el motivo de por el cual se encuentra allí, de pie, frente a todas esas personas.
Rune puede esperar, su pueblo no.
Alza su barbilla, trata de eliminar todos los pensamientos de su cabeza y sus ojos se enfocan en los de su padre. Está determinada a continuar.
Su lucha aun no ha terminado, se encuentra más dispuesta que nunca a continuar.
Dorian se acerca luciendo orgulloso de la mujer que tiene frente a sus ojos.
Frente a él hay una joven que perdió a su familia, a personas cercanas a ella y aun sigue con la barbilla en alto, observando el horizonte y preparada para enfrentar su futuro, uno cuyo pronostico es oscuro y aterrador para todo aquel que se atreva a imaginarlo.
Con cariño coloca el cabello de su hija por encima de sus hombros, dejando a la luz hermosos mechones castaños. El recuerdo de su amante cruza su mente, logrando que esboce una sonrisa de ternura y añoranza.
Olympia se siente más determinada que nunca, más cercana a su objetivo, aquel que determinará todo su futuro y el de su reino. No duda en trasmitírselo a su padre con tan solo una mirada.
- Felicidades por tu coronación, hija - besa delicadamente la frente de su hija preso de la emoción latiente dentro de su pecho - tus padres estarían orgullosos de ti.
Olympia esboza una amplia sonrisa.
Sabe que estarían orgullosos de ella por luchar por aquello que cree fervientemente, sin embargo, no duda en que tampoco les gustaría la idea de que sea contra su hermano.
- Lo sé, gracias - mira hacia todos los haers allí reunidos, da dos pasos al frente y, tras tomar una profunda respiración, comienza a dirigirse a ellos - gracias por seguirme hasta ahora, a partir de hoy todo se volverá mucho más difícil que antes, sin embargo, de forma egoísta os ruego que sigáis acompañándome como hasta ahora, os necesito en mi lucha. Soy yo la que debe ponerse de rodillas ante vosotros y pedir vuestra lealtad hasta el final.
Todos los presentes se llevan la mano a su corazón y gritan al unísono, jurándole lealtad hasta el final.
La guerra tan solo acaba de comenzar.
Las palabras de su madre continúan haciendo eco en su cabeza.
Desde que era niña, gracias a las palabras de su madre, supo que podía confiar en este maravilloso pueblo, uno que la ha recibido con los brazos abiertos a pesar de saber de donde previene y su enemistad con sus antepasados.
Ahora más que nunca tiene claros sus orígenes. Y la hermosa unión de ambos pueblos que formaron sus padres.
Un magico cosquilleo recorre su cuerpo cuando su padre le coloca sobre la cabeza la corona, que alguna vez poseyeron sus antepasadas.
Su objetivo es simple, unir ambos pueblos. Entrelazar sus coronas.
****
PERDÓN POR NO HABER PODIDO CONTINUARLA HASTA AHORA. CUANDO ESTUDIAS Y TRABAJAS AL MISMO TIEMPO APENAS TE QUEDA MUCHO TIEMPO PARA ESCRIBIR.
LO SIENTO.
EN COMPENSACIÓN VOY A SUBIR DOS CAPITULOS SEGUIDOS. ESPERO QUE LOS DISFRUTEIS :3
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Lucha de coronas
FantasyA veces aquellos en los que más confiamos, son los primeros en traicionarnos. Eso es algo que aprendió Olympia cuando menos lo esperaba y eso le marcó todo su futuro. Su vida entera. Odiada por el rey de su reino, su propio hermano, tiene que tomar...
