¡Quiero un gordito para Llevar!

Un amor "secreto"

—¿Y esa cara? Pensé que la mía ya era trágica.

—No me dieron el empleo. Y no entiendo por qué, cumplía con todos los parámetros, el director de arte me dijo que era "perfecto" para la campaña publicitaria y de pronto hoy me rechazan. ¿En qué estuve mal?

—Quizás esto es la causa...

Ian y Scott se encontraron en el la feria de comida del Centro Comercial para almorzar juntos. Este le extendió a su amigo la sección de "sociales" del periódico local, justo donde salían las fotos de ambos celebrando en el Raimbow y todo lo que esa nota decía sobre ellos. Scott se quedó boquiabierto mientras leía.

—¡Hijos de puta! ¿Cómo se atreven a publicar estas cosas sobre nosotros? Bueno, que algunas cosas sobre mí son ciertas, pero... ¡No es para que las expongan de esa forma!

—Mi madre está a un tris de cancelar mi contrato. Dice que se siente "sumamente avergonzada de mi orientación sexual y mi promiscuidad", y que los ejecutivos de Verchi podrían tomar medidas legales contra mí por ser la imagen de su marca.

—¡Mierda! ¡Ya uno no puede ni putear en paz en esta vida! Ian yo necesito trabajar, tengo que pagar la renta de mi departamento, las facturas del seguro del carro, tengo que enviarle dinero a mis padres, y de paso cubrir todos mis gatos de alimentación, la mensualidad del gym y otras cosas más. ¡No pueden exponer nuestra vida de esta forma! ¡Eso nos perjudica profesionalmente! Esto es un caso de "outing", ¡deberíamos demandar a este diario!

—¡O quizás no debimos enloquecer en el Rainbow! El señor Smith me detesta, piensa que sólo estaba jugando con él, que soy alguna clase de "casanova" gay, no sé...

—¡Ian! ¡Deje de decir tonterías! No hicimos nada malo, sólo celebrábamos. Si hubiésemos estado rodeado de "chicas", ni siquiera hubiese sido noticia, todo el escandalo es porque somos homosexuales, como si eso fuera un pecado mortal. Ves a miles de celebridades heterosexuales yéndose de fiesta los fines de semana y desmadrándose, ¡Es normal! ¡A nadie le importa! Nos ven a nosotros con un par de chicos y resulta que casi nos lanzan al mismo infierno. ¿Y qué tiene que ver esto con mi trabajo? Siempre he sido alguien puntual, responsable, me tomo muy profesionalmente mi trabajo. ¿Por qué tiene que ser un problema mi orientación sexual?

—Mi madre dice que representamos la masculinidad y para algunas personas ser gay ya te hace menos hombre que los demás. Se supone que el hombre Magnet debe ser el "El que todas las mujeres desean y que todos los hombres desean ser" y allí no tiene cabida mi homosexualidad.

—¡No me jodas! Sabes muy bien que esos son prejuicios.

—Pero existen, podemos o no estar de acuerdo con ello, pero es lo que ahora amenaza nuestra carrera profesional.

—¡Yo no pienso resignarme a quedarme sin trabajo por tontos prejuicios! Nunca he estado metido en un "closet" y no voy a meterme en uno después de viejo, sólo porque la gente es ignorante. Y en cuanto a ese periodicucho amarillista lo voy a demandar. ¡Y tú quita esa cara de perro remojado! Ni Charlotte ni Verchi pueden prescindir de tu contrato sólo porque salga a la luz pública tu orientación sexual. Es como si me dijeras que Ricky Martín ya no es una celebridad importante porque es gay. ¡Por el contrario! Ahora no sólo sueñan con él las mujeres, sino los hombres. Y en cuanto a tu gordo...

—Si...ya sé, me vas a decir que no debería sufrir por él, que más bien debería olvidarlo... ¡Y Blah, blah, blah!

—En realidad, no sé qué decirte.

—¿Qué has dicho? ¿Escuché bien?

—No, no escuchaste mal, idiota. Creo que estaba equivocado, no deberías rendirte si en verdad lo amas. Deberías luchar por él.