School days [Chensung, Noren]

Regreso

Jisung miró con nerviosismo a su recién nombrado novio, a punto de allanar propiedad privada.

-Creo que debemos avisar primero- dijo cuando escuchó el ligero sonido de la liberación del seguro.

-Si avisamos no sería sorpresa- le respondió en voz baja empujando lentamente la puerta.

Vio a Chenle entrar y quedarse inmóvil, por pura curiosidad se acercó para ver que había impedido que el mayor lanzara uno de sus acostumbrados gritos de felicidad.

Renjun se encontraba en una de las camas, acostado, con la camisa ligeramente levantada y su compañero de habitación entre las piernas desabrochando su pantalón. Por la impresión lanzó un pequeño ruido que provocó que fuera notado.

Si le preguntasen a cualquiera de los cuatro chicos en esa habitación sobre el momento más vergonzoso de su vida seguramente dirían que ese.

Renjun lanzó un grito agudo y corto mientras empujaba a Jeno lejos de su cuerpo y se bajaba la camisa, todo en cuestión de segundos; hubiese sido gracioso en otra situación, cualquier otra situación.

-No es lo que parece- se justificó Renjun poniéndose de pie, totalmente sonrojado.

Claro que era lo que parecía, Jeno bufó con sorna ante la virginal actitud de su novio.

-Lo siento, vendremos después- dijo Chenle saliendo de su estupor, -solo pasaba a saludar, sigan con lo suyo- tomó a Jisung de la muñeca y se lo llevó cerrando la puerta con más fuerza de la esperada.

Caminaron hasta las escaleras, solo había un piso de distancia a sus propias habitaciones y esperar el ascensor era innecesario.

-Hagamos cómo si esto nunca ocurrió- dijo Chenle aun sin hacer contacto visual.

Jisung aceptó, el también estaba avergonzado, nunca se imaginó que esos dos salieran. Acababan de regresar del feriado, ¿Acaso no podían hacer esas cosas antes de volver?

La imagen mental tardaría en salir de su mente.

-Eso fue tan vergonzoso- se quejó Renjun cuando los menores se fueron -¿Y si los acabamos de traumar?

-Dudo que no hayan visto antes a dos personas besándose.

-No teníamos un inocente beso.

-Renjun- le dijo tomándolo del rostro. -Te prometo que no hemos corrompido la mente de esos dos, deja de preocuparte.

Jeno lo besó dulcemente para calmarlo, pero luego de unos segundos la inocencia del acto desapareció y volvían a intentar quitarse la ropa el uno al otro.

Desde que habían tenido sexo por primera vez no podían estar demasiado tiempo solos en una habitación sin hacerlo, era tarde y al día siguiente empezaban clases, pero cualquier pensamiento racional se iba con la ropa.

😴

Tarde pero llegué, los extrañé.

Pobre Chenle, sus inocentes ojos ya no son tan inocentes