2.10 Primeras Advertencias

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Emma dormía en el césped al lado de TJ, ambos se daban la espalda. Eran custodiados por Barricade y Megatron sobrevolaba por la costa esperando que no haya ninguna señal, estaban sumergidos en el profundos sueño y los decepticons se aseguraban de que nadie les hiciera daño. La rubia se movía constantemente en la cama improvisada debido a algunas pesadillas que la estaban atormentado. Nadie podía percatarse de lo mal que la estaba pasando la rubia en esos momentos y es que los decepticons no se molestaban en acercarse a ella para despertarla, Ted estaba profundamente dormido, casi roncando debido al cansancio.

En esas pesadillas, Emma podía ver una nave saliendo debajo del mar, elevándose hasta el cielo. Tenía forma del amuleto que la rubia logró tener en sus manos pero era algo tan grande que se quería unir con una especie de planeta metálico. Los ojos grises de la rubia se se percataron de que ese podría ser el mencionado planeta del que ellos decían: su hogar, Cybertron. Se vio dentro de ese lugar, donde pudo observar a una femme que levitaba, con unos enormes y bellos ópticos azules.

Ella sostenía el cetro en sus manos.

Ella mandaba en el famoso Optimus Prime y había algo que no concordaba, sus ópticos. Éstos eran morados, cuando Emma los vio tan sólo podía sentir algo de miedo, nervios y ganas de escapar. Dio pasos atrás ante la atención del Prime sobre ella.

-¿Buscabas esto?-

La voz de la femme, sus ópticos azules tan fríos estaban sobre Emma. Ella tenía a Mia, la tomaba del cuello, su hermana temblaba asustada. Emma quería acercarse pero Prime amenazaba con lastimarla con su espada en dado caso de que se acercara.

-Megatron y los tuyos caerán, la traición se paga con energon y sangre...justo como tu hermana lo pagó-

La femme había atravesado la espalda de Mia provocando el fuerte grito de ella, Emma gritó aterrada, mucho más cuando esa malvada femme había lanzado el cuerpo de Mia al vacío. Pudo escuchar la risa de ella, como la carcajada le helaba hasta los huesos y Emma no dejaba de gritar, sentía que su garganta se desgarraba poco a poco.

Emma despertó aún gritando, la oscuridad no le permitía ver pero si le obligó a levantarse y correr como si eso le quitara el miedo. TJ logró despertarse y vio a Emma alejarse.

-¡Mia, Mia, Mia!-gritó Emma.-¡¿MIA, DONDE ESTÁS?!-

De vez en cuando caía de rodillas pero volvía levantarse, TJ le gritaba que se detuviera pues no alcanzaba a ver donde estaba la orilla del acantilado. Barricade encendió sus luces y avanzó lentamente para que ambos pudiesen ver el suelo. Emma estaba en una especie de paranoia causada por la pesadilla, buscaba a su hermana de manera desesperada. Esa femme, ella tenía a su servicio a Optimus Prime y él no lucía del bando autobot, su apariencia era como si deseara atacar a quien se le pusiera enfrente.

Emma resbalo a pocos centímetros del acantilado, miró hacía abajo. Tan sólo podía escuchar las olas golpeando en las rocas, miró hacía atrás y la misma escena de sus sueños apareció, esa femme y Optimus queriendo acercarse. La rubia sólo podía escapar si saltaba por lo que se armó de valor y lo hizo. 

Afortunadamente, Megatron había llegado justo a tiempo atrapándola con su mano.

Ella sacudió la cabeza y después miró al líder decepticon pero pronto cayó desmayada.

...

La luz del día la hizo reaccionar de nuevo, unos rayos del astro rey lograban filtrarse a través de una cortina rasgada. Al mirar a su alrededor pudo darse cuenta que estaba en una habitación con paredes y suelo de madera pero estaba en una cama, claro, también desgastada. La ventana sin vidrio le hizo ver que el horizonte estaba lleno de vegetación, además de algunos árboles. Se levantó y caminó aturdida a la otra habitación la cual era amplia, solamente una mesa con dos sillas; ni siquiera un sofá o una televisión descompuesta.

Y no había puerta principal.

Emma salió abrazándose a si misma, miró en ambas direcciones y ni siquiera un vehículo. Bajó los escalones del pequeño pórtico techado, la madera crujió bajo sus zapatos, la suave brisa frisa y el olor a frescura inundó sus fosas nasales, incluso, el clima lograba calmarla un poco.

El leve temblor bajo sus pies le hizo darse cuenta de que no estaba sola, eran pasos que iban acercándose a sus espaldas. Emma intentó recordar lo que pasó anoche pero todo era tan confuso y borroso, los ópticos azules fríos se hicieron presentes en su mente por lo que la rubia sacudió su cabeza.

-¿Estás bien?-

-Megatron-Emma lo miró y se giró. El decepticon gris cayó de sentón sobre el suelo, apoyó sus antebrazos sobre sus rodillas flexionabas mientras Emma se acercaba, bajó la palma de su mano y ella se sentó para subirla hasta su hombro..-¿Qué pasó?-

-¿No recuerdas nada?-

-Muy poco...-Ella lo miró.-¿Qué pasó?-

-No estoy muy seguro, te escuché gritar y de pronto vi que saltaste por el acantilado-Megatron ladeó su cabeza para verla.-¿Por qué lo hiciste?-

-Ella estaba aquí-

-¿Quién?-

-Esa...esa mujer de metal...la de los ópticos azules fríos, la que controla a Optimus-

-¿Qué?-Megatron tomó con cuidado a Emma para tenerla frente a su rostro.-¿De qué hablas?-

-No estoy segura.-la rubia se pasó los dedos por su cabellera alborotada.-Tenía a Mia en sus manos, le atravesó la espalda e intenté acercarme pero ella controlaba a Optimus. Dios...dijo que los nuestros y tú caerán...-

Megatron nunca olvidaba advertencias ni promesas, desgraciadamente, lo primero siempre se quedaba tan grabado como las abolladuras en su metal. Sabía quien había dicho esa advertencia, podía recordarlo cuando aún era Galvatron, cuando ella atrapó su cuerpo y lo modificó...ella le dijo lo que necesitaba y que si no cumplía con su deseo, los aliados de Megatron junto con él caerían. gruñó molesto, ella lo sabía. Maldita sea, sabía cuan engachado estaba ahora con Emma y la mataría, la torturaría y había comenzado justo esa noche.  

-¿Megatron?-la voz de Emma le despertó. Éste la dejó sobre su rodilla derecha y la miró.

-Se llama Quintessa, es la diosa de la creación...la "madre" de, nosotros, los cybertronianos-el decepticon gris miró el horizonte.-Me dio este cuerpo, a cambio de darle el amuleto y ella haría que mi mundo volviese-

-¿Por qué se me apareció a mí?-

-Porque sabe que eres mi debilidad, Em, va a destruirme...usándote a ti-

-¿Qué podemos hacer?-

-No lo sé, no faltará mucho para que traiga lo que queda de Cybertron...que su mundo viva-Megatron miró el cielo y Emma lo imitó.-Estaré listo para enfrentarla-

-Yo estoy contigo-Emma apretó el puño y ambos se miraron.-Cuando tengas a esa perra loca, entonces tu la aplastarás-

-Dije que te mantendría con vida...-

-Se cuidarme sola-Emma se cruzó de brazos.-¿Estamos en ésto o tengo que irme con TRF?-

-Ésta bien, tu ganas-

-Perfecto, acepta que estamos juntos o muertos. Necesitamos más bots, así que...esto es muy estúpido pero necesitamos aliarnos con los malditos autobots-

-Ya lo había pensado, Emma, y tuve la misma reacción-

Emma estaba decidida a llevar esa carga en sus hombro. Quizás estaba cometiendo los mismos errores que su hermana menor pero no podía dejar que Quintessa les quitara su mundo, una alianza era importante. Tragarse el orgullo y el pasado para que las dos especies sobrevivieran. Megatron lo hacía por Emma, la mantendría viva costara lo que costara.

De eso estaba demasiado seguro.

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Me siento tan bien que ya tengo el rumbo listo de este fic. Ahora si verán más actualizaciones seguidas.

Gracias por leer!

Quédate Conmigo |Transformers|Where stories live. Discover now