Quédate Conmigo |Transformers|

2.12 Contra Emma

En las lejanías del universo, en aquellos puntos que aún no eran descubiertos por la tecnología humana, entre aquella oscuridad llena de estrellas es que Cybertron se movía con la ayuda de la Diosa Quintessa, sabía que era cuestión de tiempo para que el planeta llegara y lo que más le regocijaba en esos momentos es que Nemesis Prime podría traerle lo que tanto deseaba, aquella joya que los caballeros legendarios le arrebataron en un intento por mantener una paz en un planeta al que solamente fueron a refugiarse. Cybertron debía de volver a levantarse pero para eso debía de abastecerse de los recursos de un planeta...y ese planeta era la Tierra.

Supervivencia del más fuerte.

...

-¿Qué es esto?-

Emma estaba sentada sobre la rodilla de Megatron, Seth le había lanzado un artefacto similar a un teléfono. La rubia lo miraba una y otra vez para ver que era lo que era, lucía como un teléfono pero no lo era, tenía unos símbolos extraños. El decepticon líder la miraba en silencio pues necesitaba que ella se diera cuenta de lo que era o al menos que preguntara para poder explicarle.

-Mia lo usó, es una armadura especial-explicó Seth.-Impenetrable, desgraciadamente, tu hermana murió porque se la quitó antes de...-

-Entiendo-la rubia lo interrumpió.-Gracias-

-Que tu super novio gigante te lo explique-

-Seth-regañó Emma más el castaño solamente se dio la media vuelta y se retiró.

La rivalidad entre Megatron y Seth parecía no tener fin, lo que más le reconfortaba era que Megatron no le haría daño al castaño, quizás porque era el mejor amigo de su hermana o por que también era un elemento importante para la destrucción de Quintessa. Se acomodó con cuidado para no caerse y poder ver a Megatron de frente.

-Entonces, mi hermana si peleo con robots-

-Si ¿Pensaste que era una broma?-

-Es que es algo increíble, sólo eso-Emma miró al decepticon.-¿Qué haremos después?-

-No lo sé, Em, quizás regresaremos a Cybertron-

-Quédate conmigo-

¿Dónde quedó esa chica que quería matarlo? ¿Dónde quedó esa mujer despechada por la muerte de su hermana? Aquella que había jurado exterminarlos a todos para que su odio se terminara. Ahora, solo había una pobre mujer que tan sólo estaba pidiendo que el mayor homicida del mundo se quedara con ella, porque quizás él era el consuelo que ella necesitaba. Ese apoyo que no pudo percibir por sus compañeros de TRF. Aunque ellos le decían que lo mejor era matar al causante...tan sólo TJ era el único que le decía que todo se solucionaría. 

Emma miró a su derecha y vio a Barricade caminando, en su hombro, iba el filipino que reía a carcajadas. Al parecer, ellos habían congeniado tan bien con el primer vistazo ¿Emma y Megatron? Habían tenido sus dificultades y aunque ahora no quería que se fuera, era muy difícil expresarse como su hermana lo hubiese hecho.

-Veríamos las razones-Megatron acarició su mejilla con la punta de sus garras siendo cuidadoso de no lastimarla.-Mi prioridad, ahora, es mantenerte a salvo-

-Y lo has hecho bien-

-Sólo lo elemental, no evite un secuestro y eso habla mal de mi capacidad por protegerte-

-Oye, grandote, te lo tomas muy a pecho-rió Emma.

Megatron la tomó entre sus manos y la acercó a su rostro por lo que ella le dio un pequeño beso en medio de sus ópticos. Emma solía ser demasiado ruda cuando se lo proponía pero hasta con Megatron podría ser diferente.