D i e z

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"Ho-hola" murmuró Christy sin saber que más decir.

"¿Es esa la manera de saludar a una de tus mejores amigas?" Preguntó de nuevo la voz de la chica.

Connie. Había sido por mucho tiempo una de sus mejores amigas junto con Angie y Paula. Sin embargo al estar lejos no se hablaron mucho. Además Constanza escondía muchos secretos tontos de sus supuestas amigas. Nunca fue una amiga abnegada, todo lo contrario. Ella esperaba que otras hicieran todo por ella, cosa que terminó hartando a Christina y la hizo desistir de una amistad de años.

A eso le debían agregar su secreta y larga relación con Gerardo.

Gerardo también había sido un gran amigo de Christina, pero después de secundaria él se empezó a alejar de ella y se empezó a juntar con niñas muy diferentes a ella. Podían compartir el mismo salón de clases pero no hablarse en días.

No terminaron su amistad mal. Siempre habían sido amistosos el uno con el otro, simplemente dejaron de coincidir y su amistad se fue enfriando poco a poco hasta volverse una nada. Eran extraños el uno del otro.

Al final de su penúltimo año en la escuela, Christina se percató que ellos seguían siendo muy amigos. Muchas veces había visto el celular de Connie y siempre tenía un nuevo mensaje de Gerardo. Ella hasta ese momento no se hacía ni una idea de lo que pasaba entre ellos.

Habían tenido una historia cuando aún eran unos mocosos, pero nada serio que terminó más rápido de lo que comenzó. Luego Connie había salido con un chico bastante mayor que ella y Gerardo con una chica también mayor.

Ninguna de las relaciones terminó bien.

Constanza terminó con el corazón desecho. Todo el mundo le había advertido que su amorcito era un patán, pero ella nunca lo creyó. Sin embargo solo faltó el rumor que circulaba por los pasillos de la escuela para darse cuenta que el idiota volvía ha hacer lo mismo una vez más.

La había engañado descaradamente con una compañera. Elisa era una chica de reputación dudosa, con la mente avanzada y el cinismo encarnado en mujer. Había vivido más de lo que una niña normal a su edad debería. No le resultó difícil caer en el juego del chico grande. Pronto se había convertido en la otra.

Y lo más ridículo era que apenas estaban en noveno u octavo de secundaria. Para ese entonces Christy apenas y leía libros de romance y fantasía.

Al final el chico las terminó dejando a las dos. Elisa no había sufrido tanto más que aumentar su mala reputación, pero Constanza había quedado desecha y triste. Por lo que no volvió a estar con nadie. O por lo menos eso era lo que ella decía.

Por su lado Gerardo había salido con Natalia, una chica mucho mayor que él. Él al ser un chico apuesto había conseguido muy buena fama, lo que lo hizo muy famoso no sólo con las más chicas pero hasta las mayores como lo eran las de último año de escuela, justo donde Natalia estaba.

Su romance fue tórrido, lleno de besos acalorados y palabras bonitas. Pero como todas sus relaciones, está también le aburrió. Por lo que la dejó. Bueno, la verdad que aún no se sabía quién dejó a quien. Lo que sí se tenía por certero es que ya no quedaba ninguna pequeña posibilidad de que volvieran.

Y así pasaron los años, hasta que a principio de su último año, Angie y Christina empezaron a ver cosas extrañas en el comportamiento de su amiga.

Cuando salía de viaje le traía recuerditos a Gerardo, pero se los daba a escondidas. Se miraban cuando creía que nadie los veía. Hablaban como en secreto. Siempre se mandaban mensajitos. Se ponían celosos el uno del otro. Pasaban tiempo juntos a espaldas de los demás...

Cásate Conmigo. Where stories live. Discover now