T r e i n t a y c i n c o

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Antes de empezar solo quería decirles que lo lamento mucho. Lamento haber tardado tanto en actualizar. Yo sé que muchos han estado esperando con ansias el capítulo, me lo han dejado muy claro con los comentarios que han dejado en capítulos anteriores, y les quería agradecer por ellos, por la preocupación de algunos, por apoyarme y por seguir leyendo mi historia aunque deje de actualizar por mucho tiempo.

La universidad ha sido de locos, y han pasado muchas cosas desde la ultima vez que escribí.e he tomado un par de semanas libres, para despejar la mente y bueno, ahora creo estar lista para darles muchos capítulos antes de entrar de nuevo a la horrible universidad.

De nuevo muchas gracias por el apoyo. No se les olvide comentar, votar y compartir. Pronto se vienen muchas cosas muy buenas!

"Está bien, haré una excepción con usted, esperando no equivocarme." Murmuró el doctor no muy convencido de hacerla pasar, pero al final sería mejor tener a alguien que tuviese contacto con la familia. "Sígame."

Ella enseguida empezó a caminar hacia donde el doctor la llevaba, sin ni siquiera explicarle nada a su familia, que al oír la afirmación de su noviazgo con alguien que ni siquiera conocían se habían quedado atónitos.

Pero ella ni siquiera pensó en eso, solo podía pensar en saber en que condiciones se encontraba Iñigo. Si estaba bien, o si estaba en peligro. Pronto llegaron al consultorio del doctor, y el señor se sentó en su escritorio, pidiéndole a Christina que se sentara.

"El señor Montenegro se encuentra estable. Aunque aún no hemos descartado la posibilidad de algunos daños internos. Justo en este momento esta sedado, se ha roto un par de costillas, parece haber sufrido un golpe duro en la cabeza y tuvimos que inmovilizar una de sus piernas. Como le he mencionado antes aún seguimos supervisando su actividad cerebral y corporal en general. Es mejor estar listos para cualquier cosa que estar descuidados." Afirmó el médico mientras observaba la reacción de Christina.

"Pe-pero ha dicho que está bien..." Susurró muy suavemente sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.

"He dicho que está estable, señorita. Aunque no creo yo que las cosas se compliquen, no puedo asegurar nada. Por eso es importante contactar a la familia, si en dado caso necesitamos tomar decisiones importantes, la familia deberá estar presente."

"Sí, sí... yo me contactaré con sus padres." Asintió la chica mientras se limpiaba los ojos con disimulo. "¿Puedo verlo?" Murmuró la chica.

"Supongo que sí. Necesitará hablar con el señor una ves pase el efecto de la droga. Como hospital requerimos de un permiso legal que la acredite como una persona legalmente responsable. Así se evitaría lo de la familia, y que tenga problemas para verlo cuando así lo desee."

"Está bien... haremos todo lo que sea necesario, le prometo que no se meterá en ningún problema por dejarme ver a Iñigo."

"Okay, puede seguirme, la guiare hasta la habitación del señor." Asintió el doctor mientras se paraba de su escritorio y salía del consultorio con Christina pisándole los talones.

La llevo a un área alejada a la caótica entrada, y pronto se detuvieron frente a una puerta en un lugar alejado y silencioso. Parecía como si nadie estuviese ahí más que ellos. El doctor abrió la puerta y dejó que Christina pasara, y cuando ella lo hizo se quedó paralizada al ver a Iñigo en la cama del hospital. Estaba conectado a un par de máquinas, y como el doctor lo había afirmado, estaba inconsciente. Christina se acercó muy lentamente a la cama, mientras sus ojos se llenaron de lágrimas por enésima ves esa noche. Iñigo se veía pálido, incluso débil,!y a Christy parecía que se le rompía el corazón verlo de esa manera.

Cásate Conmigo. Où les histoires vivent. Découvrez maintenant