T r e i n t a y o c h o

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Feliz san Valentín pequeñuelos. Pues quise comenzar con nota de autor porque pues, quería aclarar un par de cosas 😅.
Primero que nada les quería agradecer a las personitas que siguen aquí, leyendo mi historia. En verdad es muy reconfortante saber que les gusta la historia y están ansiosos por actualizaciones.
De nuevo, les aseguro que si no publico es por que en verdad no puedo. Tengo muchas responsabilidades y como se los dije la última vez, intento lo mejor que puedo pero no siempre funciona.
Escribiré en la descripción de la historia que las actualizaciones suelen tardar, o algo por el estilo. Por qué he visto a mucha gente un poco decepcionada de la historia por lo mismo. Y aunque quisiera, no puedo prometer que las cosas cambiarán. Así que lo único que les pido es que me sigan apoyando con sus comentarios y votos, si es que en verdad piensan que mi historia vale la pena la espera. Y si no pueden esperar a que termine la historia para leerla completa y no desanimarse. De cualquier forma son bienvenidos. ☺️❤️

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Hoods fue muy puntual, y estuvo en el hospital por al menos dos horas, mientras Christina se arreglaba en su casa y regresaba con un par de cambios de ropa al hospital. El doctor aún no había hablado de darle de alta, por lo que la chica pensó qué tal vez tendrían que quedarse algunos días en la clínica. Mejor iría preparada, esperando cualquier cosa.

Cuando regreso, Iñigo estaba despierto y hablando con Hood de la empresa. Cosa que a Christina no le gusto mucho. Él debía descansar, y no estresarse con nada, y parecía que el señor no lo estaba entendiendo. Sin embargo permaneció callada en la esquina de la habitación mientras revisaba su correo, en busca de cosas importantes que contestar.

No se acercó a saludar a Iñigo cuando entró, se limitó a sentarse en donde aún seguía mientras escuchaba la conversación de los hombres. Y luego de una eterna hora, Hoods por fin se había ido. Ella despidió cordialmente al ingeniero mientras le prometía que lo llamaría si algo pasaba. Y una vez estuvieron solos ella volvió a la esquina sin hablar nada.

"No sé porque presiento que estás molesta..."

"No lo estoy." Espetó cortante.

"Pues dile lo mismo a tu cara. Parece que no piensa de igual manera."

"No lo estoy." Respondió secamente de nuevo.

"Okay, no lo estas entonces."

No respondió nada a eso. En cambio regresó su atención al celular, pero Iñigo no pudo quedarse callado. Se sentía incómodo. Habían estado bien hacía menos de veinticuatro horas, y ahora parecía que volvía a su misma actitud de siempre.

"¿Por que estas enojada ahora? Y no digas que por nada, porque ambos sabemos que no es verdad."

"Pues si, no es verdad. Si estoy molesta. Deberías estar descansando no trabajando. Tienes menos de veinticuatro horas de haber tenido un accidente grave y ya estas hablando de trabajo." Contestó mirándolo de mal modo a lo que Iñigo solo rió por lo bajo.

"Me asustaste bebé." Murmuró mientras Christina se ponía roja al escuchar su apodo cariñoso "Esta bien, no trabajaré más, pero debes saber que no me puedo quedar mucho tiempo quieto. Necesito hacer algo, así que será mejor que empieces a pensar en como distraerme."

"¿Como se supone que haga eso?" Dijo Christina mientras se reía.

"Pues si no hayas una manera de hacerlo nos podemos besar toda la hora. No me molestaría para nada." Bromeó el hombre mientras veía a Christina ponerse más roja aún.

"No juegues con eso."

"Ven" pidió Iñigo extendiendo sus brazos.

Christina con duda se acercó a Iñigo. Él tomó su rostro en sus manos y le plantó un pequeño beso en los labios. Mientras sonreía radiante.

Cásate Conmigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora