SEVENTH

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Tú y yo sabemos lo que es ser expulsado, obligado a luchar. Pero está noche estamos bien, así que mantén tus luces, dejalo brillar.




Advertencias:
Capítulo altamente explícito, leer está bajo tu responsabilidad.


Bruno besa sus labios como si necesitará de ellos para vivir, muerde y succiona su pequeña boca, dientes chocando y lenguas anciosas.

Los labios de Ross estan rojos y maltratados, sin dudas Bruno no está siendo cariñoso está vez. Cada beso la deja sin aliento.

Sus bocas tienen el ligero sabor del pollo en adobo y vino, que recientemente habían degustado. Bruno cocino todo y la cena fue tranquila. Hasta hace un par de minutos que terminaron de cenar, Lavaron los platos y su padre la tomó rudamente de las caderas, pegando su espalda a su pecho mientras le susurraba al oido: "En la oficina te comportaste de una manera que ni tu, te creiste la falsa amabilidad hacia Jessica, ¿Qué te traes entré manos?".

Ross sólo soltó una amarga risa antes de contestar "¿No has oído la frase, si no puedes con el enemigo únete a él?. Pues eso haré exactamente, he llegado a la conclusión de que las dos podemos convivir sanamente, mientras cada una toma su turno para ser follada por ti".

Esas palabras bastaron para enceder más el libido de Bruno, quien con rudeza, dio vuelta al pequeño cuerpo de su hija para tomarla en brazos y llevarla a la sala y depositarla duramente sobre el sofá. Ella sólo gemia, no de dolor si no de excitación, le ponía tanto la faceta ruda de su padre, lo hacía ver más masculino de lo que es.

Sus bocas se funden en una sola, mientras sus lenguas luchan por el dominio y liderazgo del beso. Bruno separa sus bocas y estas hacen un sonido sucio, la chica suelta un gemido, sin dudas su boca se siente punzante, los dientes de Bruno marcaron territorio en sus labios dejándolos lastimados.

"Quiero destrozarte, hacerte llorar y gemir al mismo tiempo, oh bebé no sabes lo que te espera por tener una mano tan larga y traviesa". Toma los muslos de su hija y la hace rodear su cintura, la levanta del sofá, caminando escaleras arriba y Ross se aferra al cuello de su padre con sus brazos.

"Te mirabas tan sexy leyendo esos papeles que no me pude resistir". Mordió los labios del moreno mientras sus manos se aferran a los rizos de su cabeza.

Un gruñido escapa de su garganta y estampa una de sus manos en el trasero de su hija, está echa la cabeza hacia atrás sin dudas disfrutando el golpe. La espalda de Rossie choca contra la madera de la puerta y sus labios son atacados una vez más por los de Bruno.

A como puede, el moreno abre la puerta de su habitación y entra con su hija en brazos. Una vez dentro la baja de su cuerpo, dejandola parada unos pasos lejos de la cama.

Sonrie, antes de quitarse el cinturón el cuál sujeta sus pantalones, lo toma entre sus manos y lo dobla en dos, haciendo chocar la piel entré ellos, creando un sonido lastimoso. Sonrie mirando de arriba abajo el pequeño cuerpo de su hija, está aferra sus puños a su falda, mientras frota sus piernas entré sí. Los ojos de su pequeña viajan del cinturón a su boca. Ahí donde la sonrisa maniaca adorna su bello rostro.

El de cabello rizado se sienta en el borde de la cama, tomandose el tiempo de acomodarse en la mejor manera posible. Una vez está satisfecho mira a su hija, la cuál muerde su labio inferior con fuerza.

"Deja de morder tu labio, te harás daño". Demanda con voz autoritaria Ross inmediatamente obedece, soltando su labio de entre sus dientes.

"Buena chica, ven aquí bebé". Señala su rodilla izquierda con el dedo índice, para después volver a tomar el cinturón y hacer de nuevo el mismo sonido al chocarlo entre sí.

Daddy Brunz Where stories live. Discover now