Parte 1 prologo

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No entendía como todo se había dañado en tan poco tiempo hacia menos de dos horas en que su vida se volvería perfecta, junto a su amado esposo y su pequeño hijo en brazos y ahora solo quedaban sueños vacios y un corazón rotos, per debía mantenerse fuerte, seguir en pie hasta él volviera, porque estaba seguro de que volverían a estar juntos, por eso se encontraba ahí de pie con la cabeza en alto, frente a aquellos que juraron seguirle hasta la muerte de ser necesario.

Parado frente a los mortifagos que le eran fieles, después de todo la caída el señor tenebrosos esparció como los nogmos en el jardín, muy pocos fueron los desertores pero no había tiempo para ocuparse de ellos cuando el orden se restableciera ya buscarían como encargarse de eso, el silencio de la sala de aquella gran mansión solo era roto por el ocasional sollozo que las mascaras no lograban rebelar.

Vestido con una túnica interna negra con detalles en verde oscuro colocados de tal forma que asemejaban al andar de una serpiente alrededor de su cuerpo que se reflejaban cuando le daba la luz, una sobre capa con los bordes decorados con hilos de plata y los escudos de la casa de Slytherin en el pecho y una máscara estética y femenina plateada con adorno en verdes remarcando los labios dando una apariencia andrógina, escoltado por una enorme serpiente mágica parecida a una boa constrictor per altamente venenosa, como guardián y acompañante que evitaría cualquier ataque.

- Sé que este es un momento para todos – por fin rompió el silencio el príncipe oscuro – hemos perdido el cuerpo físico de nuestro señor, pero el volverá no duden de ello, mientras tanto resguarden el conocimiento adquirido – movió su mano derecha en alto llevándola de izquierda hasta su posición original, ocultando así las marcas tenebrosas de todos los ahí presentes – no delaten a nadie por nada del mundo, no traicionen nuestras creencias y sigan a delante – dirigió su vista a su lado derecho a un mortifago el más fiel y uno de los primeros en recibir la marca – nuestra mano derecha mi más fiel mortifago, tú no puedes caer en Azkaban sin ti todo lo construido hasta el omento se caería a pedazos, no importa l que digas o hagas no caigas en la cárcel.

Por respuesta solo recibió una marcada reverencia hacia su persona, dado que había aceptado, claro que todo es era ceremonial pues la mayoría de los presentes sabia de quien se trataba.

- Para todos lo demás – continuo hablando – cuídense hermanos míos y no olviden el porqué luchamos y seguiremos luchando cuando el momento sea idóneo – como si fuera la señal esperada todos los presentes salieron dejando una estela de humo negra detrás de sí, a resguardarse de la venidera casería que se aproximaba.

Fijándose a su alrededor solo quedaba un mortifago en la gran sala esperándolo, su mano derecha y más fiel amigo tanto suyo como el de su esposo, quien se acerco lentamente como con miedo a espantarlo retirándose la máscara revelando a Lucius Malfoy un hombre de tez blanca con el cabello plateado, compañero de estudios en Hogwarts y guardia personal que realmente no necesitaba.

- Lo perdí todo Lucius – dijo lanzando la máscara al suelo con impotencia la cual se hizo añicos en el suelo, llevando sus manos al cabello para tirar de ellos frustrado – ya no tengo fuerzas para continuar.

Se rebeló un hombre joven, cuyo rostro no daba muestras de su verdadera edad con la piel pálida como una muñeca de porcelana fina, con los cabellos largos hasta los hombros negro brillante enmarcando su rostro con los ojos negros profundos como el abano, y unos labios de un rosa pálido que llamaba a besarlos con devoción, seria la criatura más hermosa que se podía apreciar comparada con los ángeles muggles si no fuera por su demacrada apariencia que en ese momento tenía sus ojos rojos por el llanto y el cansancio reflejado en sus pronunciadas ojeras, debido a todo por lo que estaba atravesando en el momento.

- El volverá – aseguro su amigo para darle ánimos – tu lo acabas de decir, además no estás solo, aun estoy yo, cissa y Draco, nosotros te apoyaremos saldrás adelante hasta que vuelva.

- Lo tenía en mis brazos Lucius fue un dulce momento – dijo llorando refiriéndose al pequeño – pero llegaron muy rápido no me dejaron tiempo de hacer nada, solo cargarlo un instante y lloro cuando lo deje nuevamente en su cuna, me partía el alma verlo ahí con los brazos extendidos pidiendo que lo cargara otra vez.

- Los recuperaras, te lo aseguro – dijo ayudando a levantar del suelo – vamos quédate en mi mansión por el momento o al menos hasta que te estabilices.

- Gracias lucius, muchas gracias – susurro espacio cediendo al cansancio.

Cayo dormido en los brazos del mayor fue un día muyduro para él, solo quería dormir hasta que su esposo volviera a su lado, aunquetenía que despertar aun tenía algo que proteger y solo eso le daba las fuerzasnecesarias para seguir adelante, pero por el momento solo se quedaría ahí adejar descansar sus heridas, ya depuse tendría fuerzas para continuar.          

Harry Estefan Riddle PrinceWhere stories live. Discover now