Porque aprendí.

20 1 0
                                    

Ya, lo sé, lo sé. He tardado tiempo en volverte a hablar pero debes entender por qué. O al menos tener una idea, ¿no?

Estuve pensando la forma de aparecer sin que fuera vergonzoso. Agradezco que no podamos vernos, porque probablemente, me hubiera tomado mucho mas tiempo prepararme para un camino de verguenza en el que tus ojos me observarían con critica.

Tuve un momento de debilidad, eso es todo. Fue mi orgullo el que me impidió hablarte pero lo he vencido. Al final, creo, solamente creo, que he desarrollado una especie de dependencia contigo

De todos modos, no puedes juzgarme o ¿si?. Quiero decir, todos hemos tenido un momento en el hemos sido vulnerable. No lo puedes negar.

Lo que sea, no te has perdido gran cosa.  Yo pintando, Chris soñando y Morgado siendo Morgado...Bueno si, te has perdido algo. De repente siento un poco mas de simpatia por ella. Es posible que tenga algo que ver el saber que ella también tiene un pasado y que tiene algo en común conmigo. Ella también fue herida por amor.

No, no te confundas. Eso no quiere decir que le haya hecho más fácil el camino. Sigue siendo mi enemiga. No me importa que pienses que ella no es mala o que no quiere hacerme daño.

-Troya.

Hablando de la reina de Roma, aún sigo detestando cuando aparece porque eso significa otra estúpida sesión. De verdad, ¿por qué los cuerdos no os dais por vencidos en guerras que  sabeis que no podeis ganar? Masocas.

-¿Qué?

-Vamos.

-Ya sé el camino a tu despacho, no tienes porqué venir a buscarme.

Falso, casi todos los días tiene que venir a buscarme porque sencillamente no me apetece aparecer allí por mi misma. 

-Hoy no vamos al despacho.

¿Eh? Lo reconozco eso me ha sorprendido. Quizá a ti no pero tu no estas aquí. Con ellos todo tiene un patrón, una rutina que no se rompe fácilmente.

-¿Y dónde vamos?

-Al patio.

¿Lo puedes creer? Quiere estar mi zona. No puede hacer eso. Si piensa que porque este en un lugar cómodo para mi va a ser más fácil todo conmigo esta bastante equivocada. ¿Qué? No lo hago díficl. Lo hago imposible. ¿De verdad quieres que una mente defectuosa como la mía ande por tu mundo? Y yo que pensaba que la loca era yo...

Para cuando quiero responder ya ha salido por la puerta. ¿Lo ves? La insoportable es ella. Ni protestar a gusto puedo ya. Echo de menos al cabezón, con él era todo más fácil. 

En venganza he tardado en llegar mucho más de lo que debería pero para mi mala suerte ella no parece enfadada, ni siquiera molesta. Bah. No me importa.

-¿Que hacemos aquí?

-Estar aquí.

-Que graciosa. 

-No, eso es todo lo que hacemos. Estar aquí. Si quieres puedes hablar si no, no importa. 

Será vaga. Se supone que yo soy su trabajo y simplemente se sienta  a pasar el tiempo aquí. Y aún así le pagan ¿tú lo ves justo? Porque yo no. Pero increiblemente hoy no tengo ganas de formar ninguna. Estoy tranquila y así quiero permanecer. Puedo estar una hora y media sin hablar. Claro que puedo.

No, no puedo. Han pasado 20 minutos y he necesitado de casi toda mi fuerza de voluntad para no hablar pero ya no puedo. Odio que tenga esa apariencia de imperturbable que tiene ahora, lo odio, porque sé que tiene muchas preguntas que hacerme.

-¿No vas a decir nada?

-Yo no tengo nada que decir. Aquí la que tiene una historia eres tu.

-Tu no la tienes porque eres un robot hecho especialmente para tratar con locos, ¿no?

Ella ríe ante mi sarcasmo y de nuevo queda en silencio. ¿Por qué tiene que ser tan insoportable?

-Tu también tienes una historia. Eres humana.

-¿Y porque sea una humana tengo que tener forzosamente historia?

-Si.

-¿Ah si?

-Si. Todos tenemos una historia aunque ni siquiera hayamos nacido aún porque cuando lo hagamos nos espera un bolígrafo para derramar su tinta en nuestra mente.

-¿Nuestra historia esta en nuestra mente?

-Si. 

-¿No esta en nuestra alma?

-No, en nuestra alma estan las consecuencias de la misma. Pero los hechos están ahí arriba, en el cerebro.

-¿Y qué pasa si mi historia es aburrida, si no tiene nada emocionante?

-Sigue siendo una historia. Y sigue siendo importante porque es tuya. La historia de una persona es su vida y ninguna vida es desechable.

-¿Segura de que estas loca?

-No sé, dimelo tu que eres la doctora. 

-Ya te lo dije hace mucho tiempo, no creo que estes loca. Creo que esta era la salida mas fácil y segura para ti.

-Si eso quieres creer...los cuerdos soñais mucho.

-¿Estas diciendo que los locos no soñais?

-No, los locos deliramos. Por eso somos mas felices que vosotros, porque nuestros sueños se sienten reales, muy reales.

-¿Y que pasa cuando no son sueños si no pesadillas?

La pregunta correcta, en el momento correcto, a la persona incorrecta. Sé que ha leído algo en mi porque no puedo evitar observar el brillo sagaz que hay en su mirada y porque no he podido evitar a tiempo mi reacción.

-Cuando son pesadillas ya no somos personas, somos animales acorralados y con pánico. Queremos huir lo mas lejos pero no podemos, nunca podemos. Porque cuando las pesadillas llegan también llega el encierro. Con miles de cerrojos bloqueando tu salida lo unico que queda es agazaparse y esperar que los monstruos no nos vean. Pero lo hacen, siempre lo hacen. Y vosotros, los cuerdos, nos teméis porque veis nuestras pesadillas reflejadas en nuestros ojos y quereis acabar con ellas como sea. Y la forma mas fácil es con drogas. Drogas que nos saquen de nuestra mente, que nos dejen vivos pero muertos para que vosotros podáis estar tranquilos, para que no os muerda la conciencia. Creeis que nos habeis salvado pero lo único que hacéis es condenarnos en un limbo en el que no se siente nada. Absolutamente nada. Nos dejáis vacíos.

-¿Por eso odias la medicina Troya? ¿Porque crees que tu padre es tu pesadilla? ¿Deliras cuando lo ves?

-Cuando lo veo, veo mi pasado. Ojalá delirara porque así no puede hacerme daño.

-¿Crees que si prohibiera sus visitas tú podrías mejorar?

Ilusa.

-¿Y tu crees que tienes el poder para hacerlo? Sal de tu sueño Morgado.

Ella ha ganado esta vez. Solo esta vez. No puedo descuidarme más porque soy consciente de que le he dado armas, armas para curarme. Y yo no puedo perder mi locura porque es lo único que me mantiene viva, lo único que me queda. 

Me levanto del banco y camino hacia mi habitación sin mirar atrás. No me importa que quedara tiempo de sesión, no me importa la falta de respeto que he cometido ni me importa su mirada de confusión. Ella sigue intentado entrar en mi mente, se merece cosas peores.

Pero el día que consiga entrar en ella ahí encontrará su castigo. 

Demente defectuosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora