XIV.

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trevor & pansy parkinson

Diana despertó, al día siguiente, con una extraña sensación en la mano.

Al abrir los ojos, le fue evidente que los hechos del día anterior habían sido reales, y no creación de su imaginación.

Los colores verdes y plateados de las cortinas de su cuarto le revelaron que, de veras, era una Slytherin.

Miró a las cuatro camas que tenía al lado. Pansy Parkinson, como se había presentado la que dormía en la cama de al lado, seguía con los ojos cerrados, al igual que las gemelas que ocupaban las otras dos. Diana supuso que era temprano. Se encontró agradecida, entonces, hacia Pansy, que le había dejado compartir habitación a pesar de haber dejado claro en la cena que no apreciaba la compañía de la pelirroja, comentario en el que Draco Malfoy había estado de acuerdo.

Menos mal que aquel chico mayor, Lucian Boyle (hijo de muggles y aún así Slytherin) había saltado a defenderla.

Diana suspiró al recordar la cena. Viendo a los de Gryffindor cantar la canción de Hogwarts sin ella le había entristecido de manera estratosférica. Aunque le entristeció aún más ver a Fred y George, los que normalmente estarían gritando cada palabra a pleno pulmón, hablando preocupados y dirigiéndole miradas a ella.

Después se habían acercado a decirle que no pasaba nada, que hablarían con Dumbledore. Diana agradecía el gesto, pero sabía que no había de qué hablar. Diana ya era una Slytherin y no había solución.

Esperaba que lo hubiesen intentado, de todos modos, y que hubiesen cumplido su promesa de no contarle lo ocurrido a sus padres.

De repente, aquella sensación se mudó de su mano a su cara, y Diana se sobresaltó, dejando que sus instintos hiciesen lo suyo, y tirando lo que la provocaba a la cama de un manotazo. Se sorprendió al oír una voz:

—¿Qué narices es eso?

Se trataba de Pansy, que se frotaba los ojos, habiendo sido despertada por un grito involuntario que había escapado de la garganta de Diana.

Diana frunció el ceño, fijándose en el objeto mientras se rascaba la nuca.

—Creo que es el sapo de Neville.

—¿Qué es un Neville?

Diana no respondió, pero extendió las manos para hacerse con el animal y mimarlo, en recompensa por haberle tirado a su cama sin querer (Diana se intentó convencer de que fue defensa propia, para no sentirse tan mal).

—¿Qué haces? ¡No lo toques! —chilló Pansy en un susurro.

—¡Es la mascota de mi amigo! —explicó Diana en el mismo tono.

—Necesitas nuevos amigos.

—¿Te ofreces?

—Ya quisieras.

Diana rió, buscando con la mirada su uniforme, para ponérselo y salir a la aventura, en su primer día oficial como alumna en Hogwarts.

Sonaba a un sueño de la Diana Weasley de cinco años, y parecía mentira que solo el color de la corbata que llevaría alrededor del cuello fuese a estropearlo.

❛i. venomous❜ harry potterWhere stories live. Discover now