XLIII.

2.8K 412 31
                                    

pociones

En las habitaciones de Gryffindor, la intrusa se dio cuenta de lo cómodo que era estudiar allí en comparación con en las de Slytherin.

Diana supuso que se trataba de la luz que salía de las ventanas del castillo, que no existían en las mazmorras de las serpientes, porque los colores más brillantes no podían tener nada que ver con ello.

El libro de pociones que había estado repasando desde antes de las vacaciones de pascua, se encontraba abierto de par en par sobre la cama de Fred Weasley, que seguramente no estaría muy contento de saber que su hermana estaba planeando en mezclar unos ingredientes que, si no eran puestos de manera correcta, podían tener una consecuencia muy poco agradable sobre el mueble en el que se tumbaba todas las noches, o al menos en las que no estaba haciendo trastadas con George.

Es decir, los gemelos eran conscientes de que Diana estaba allí haciendo de las suyas, ya que la pelirroja se había aparecido frente a la puerta de su cuarto (habiendo llegado allí de alguna manera desconocida para ellos), y les había pedido quedarse ella sola cuando ellos le dijeron que tenían entrenamiento de quidditch.

Al principio no estuvieron muy por la labor, pero al escuchar que el motivo era que le había pegado a Draco Malfoy y que trataba de esquivarlo por miedo a que se vengase, cedieron.

Diana, en realidad, no le tenía ningún miedo a Malfoy, pero sabía que si le veía querría pedirle perdón de inmediato, y quería evitar tener que hacer eso en la medida de lo posible.

Por eso se había esforzado en pasar tiempo por la biblioteca pero, como el día anterior creyó haber escuchado su voz, aquella mañana había decidido no arriesgarse.

Así había acabado mezclando ingredientes en una pequeña botella en la habitación de sus hermanos.

Diana había seguido la receta para la poción ignífuga que trataba de conseguir, así que no había ningún motivo para que el elixir no funcionase. El resto no habían funcionado, eso era cierto, pero Diana estaba segura de que esta vez saldría. Creyó notar que, a diferencia del resto de recetas, la de este libro le había pedido que escachase un ingrediente, en vez de cortarlo.

Seguramente, había sido ese cambio el que provocó que la chica, al tirar el bote a una bufanda de Gryffindor que sus hermanos echarían de menos más tarde, presenciase como la tela se reducía a cenizas. Por suerte, después de su breve momento de shock en el que sus ojos se abrieron excesivamente, mientras se formaba una sonrisa en su rostro, Diana fue capaz de correr a por agua para apagar aquel accidente antes de que se extendiese.

Y, aunque el sentimiento que la recorría debería haber sido el de tensión, la pelirroja no pudo evitar que una carcajada se escapase de sus labios.

Casi inmediatamente, se encontró recogiendo todas sus cosas y corriendo por la Sala Común de Gryffindor en dirección a la puerta, en busca del profesor Snape.

Por fin, la chica tendría una buena noticia que darle. Diana se preguntó si se sentiría orgulloso.

***

Tio, si shippeasen a Ron con Diana sería #TeamRiana AJAJASJJA

❛i. venomous❜ harry potterDove le storie prendono vita. Scoprilo ora