XXVI.

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magia

En el día de Halloween, Diana, Ron y Harry entraron en la clase de Flitwick quizás un poco demasiado emocionados. El profesor había anunciado que pensaba que estaban preparados para probar un verdadero encantamiento, y Diana no podía estar más nerviosa.

Cuando la vio entrando, Hermione parecía emocionadísima, como cuando Snape había preguntado aquellas cosas imposibles en la primera clase de Pociones pero ella sabía todas las respuestas. Se preguntó si también había practicado hechizos, pero la respuesta le resultó obvia una vez recordó cómo había abierto una puerta cerrada con llave la noche del supuesto duelo.

El profesor Flitwick les puso por parejas para practicar. A Harry le tocó con ¿Seamus? ¿Dean?, a Ron con Hermione (cosa que no hizo muy feliz al pelirrojo), pero la peor pareja le tocó a Diana. Se trataba de Goyle, quien, Diana estaba segura, era un incompetente.

—Y ahora no os olvidéis de ese bonito movimiento de muñeca que hemos estado practicando -dijo con voz aguda el profesor; subido a sus libros, como de costumbre—. Agitar y golpear; recordad, agitar y golpear. Y pronunciar las palabras mágicas correctamente es muy importante también, no os olvidéis nunca del mago Baruffio, que dijo «ese» en lugar de «efe» y se encontró tirado en el suelo con un búfalo en el pecho.

Diana frunció el ceño ante la historia, y se apuntó el nombre de aquel mago torpe. Eso debería servir como insulto más adelante, seguro.

Diana apoyó su barbilla en su hombro, mientras esperaba que el "Amigo 2" de Malfoy lograse decir el encantamiento correctamente y la pluma que les había entregado el profesor flotase frente a ellos. Diana se encontró deseando que pronunciase algo mal y le pasase como al mago Baruffio. ¿Veis? Servía.

No fue así, sin embargo, y, minutos después, Goyle salió victorioso. Diana aplaudió sin ganas y le sonrió, animándole.

Entonces, le llegó el turno a ella. Sacó su varita y siguió las instrucciones del pequeño profesor. Agitar y golpear. Agitar y golpear.

Después se esforzó por recordar cada una de las sílabas y de pronunciarlas correctamente.

—Wingardium Leviosa.

Diana casi pudo sentir la magia recorrer su cuerpo, salir de su corazón y recorrer sus venas hasta la palma de su mano, donde se conectaría con su varita y haría flotar el ligero objeto, con gracia y sutileza.

Pero eso no fue lo que pasó. Aquella sensación nunca pasó al objeto mágico que sostenía. Sin embargo, se quedó en la palma de su mano, en la yema de sus dedos, acumulándose hasta el punto de que dolía.

Diana siseó, soltando la varita rápidamente, que cayó al suelo con un golpe seco. Con su mano izquierda, se cubrió la otra, trayéndola muy cerca de su pecho mientras se quejaba del dolor.

—¿Señorita Weasley?

—Yo... —trató de explicar. Ya muchos de la clase la miraban entre extrañados y preocupados, así que sus miradas la siguieron hasta la puerta mientras decía— ¡tengo que ir al lavabo! —explicó rápidamente, y se perdió entre los pasillos, en busca del baño.

Cuando lo encontró, se apresuró por dirigirse a el lavamanos y abrir el grifo. Metió la mano, que le dejó de arder un poco al contactar con el agua. No fue hasta que se miró en el espejo, cuando Diana se dio cuenta de que el dolor había provocado que par de lágrimas se le escapasen.

Se apresuró a limpiarlas, pero al sacar su mano del agua, el ardor continuó. Entonces, la volvió a meter bajo en chorro, y permaneció allí, demasiado asustada como para sacarla, hasta que alguien le hizo compañía poco después.

***

Eso no lo habías visto venir jjsjsj


❛i. venomous❜ harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora