XVII.

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fred & george weasley

Días después, Diana recibió una carta a la hora del desayuno, mientras comía, de nuevo, sola en la enorme mesa de su casa que decoraba el Gran Comedor.

La leyó, sonriendo.

Querida Diana,

Nos hemos enterado de la selección de tu casa, y estamos más que contentos.

Nos preocupa que creas que el hecho los colores que lleves en tu uniforme sean colores diferentes a los que llevábamos nosotros o llevan tus hermanos, vaya a cambiar nuestra relación

Ya era hora de un cambio, de todas maneras.

Queremos que sepas que, a pesar de todo, te queremos.

Att: Papá y mamá.

La carta era así de simple y así de bonita, y le encantaba.

Pero entonces, Diana releyó la última oración una vez. Luego dos veces. Después, una tercera.

Y cuanto más leía, más la odiaba.

A pesar de todo.

Solo esas cuatro palabras significaban que pasaba algo. Que no era como el resto de sus hermanos.

Ya no era, te queremos. Era; eres una Slytherin, pero te queremos. Eres diferente, pero te queremos. No eres como esperábamos, pero te queremos. No eres como deseábamos, pero te queremos.

Y, de repente, Diana estaba roja; más que enfadada.

Se levantó rápidamente, y buscó con la mirada en la mesa de Gryffindor, en la que ya habían par de grupos de estudiantes disfrutando de la comida y de la compañía de los otros. Diana olvidó los celos hacía los que tenían con quién compartir la hora del desayuno cuando encontró a sus hermanos. Caminó hacia ellos, mientras creaba una bola de papel con la carta tan dulce que sus padres se habían esforzado en hacer.

Cuando Fred y George fueron avisados por Lee Jordan y otros de sus amigos de quién se les acercaba, se dieron la vuelta, para ser recibidos con un papel lanzado en su dirección y una mirada asesina.

Por la actitud de su hermanita pequeña, les sorprendió la voz tan calmada que utilizó con ellos.

—Prometisteis no decir nada hasta que os dejase —reprochó Diana, cruzándose de brazos.

Los gemelos se miraron entre ellos.

—Diana, lo sentimos, es que... —empezó Fred.

—¡Mentisteis!

—¡No mentimos! —contestó George.

—Veamos, me dijisteis algo e hicisteis lo contrario.

—Bueno, mentimos ¡pero no planeamos que fuese una mentira!

—¿Qué narices quiere decir eso, George?

—Que preguntaron, ¡no les íbamos a mentir a ellos!

Diana abrió la boca para reprochar, pero la cerró al procesar lo que Fred había dicho.

—¿Preguntaron? —los gemelos asintieron, y Diana casi rió— Mentís otra vez. ¿Por qué iban a preguntar? ¡Siempre acabamos en Gryffindor!

—No lo sabemos, pero preguntaron, ¿vale? Específicamente por ti, además —suspiró George.

—No, no vale. No vale que no pueda confiar en mi propia familia.

—¡Puedes confiar en nosotros! Diana...

Pero a Fred se le quedaron las palabras en la boca, por que la pequeña Weasley ya se marchaba.

Antes no lo sabía, porque no solía tener problemas, pero poco a poco, a medida que más conflictos se le presentaban, Diana aprendió que aquello era lo que mejor se le daba; darle la espalda a los problemas y caminar lejos de ellos.

Pronto, tendría que aprender a cambiar aquello, si no quería que sus problemas la comiesen viva. O quizás, cuando se diese cuenta, sería demasiado tarde.

***

Diana la drama queen la llamaban.

❛i. venomous❜ harry potterWhere stories live. Discover now