17. Jugando con fuego || Pt. 1

148 9 5
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Explicarles a los hermanos Benton que tenía algo importante que hacer con la amiga del mayor de ellos, no fue fácil. Al principio ninguno se tragó nada de lo que salía de la boca de Aurora, incluso si para ella las excusas y mentiras que salieron de su boca fueron bastante aceptables.

La gemela de Kiera —de la cual aún ni sabía el nombre— se abstuvo de responder, solo pasaba su mirada de uno a uno con aquel inexpresión que alteraba a Aurora. Finalmente, ambas pudieron irse luego de estar seguras que serían su coartada si la madre de Auri llegaba a llamar o preguntar. Ninguno de ellos sospechaba de lo que pasaba, o al menos de la magnitud de lo que pasaba y, para Aurora, ya no sabía si eso era una ventaja o una desventaja.

A diferencia de la vez pasada, no se dirigieron a las afueras de la ciudad, más bien, se quedaron en ella, yendo hacia el centro. Miró por la ventana tratando de recordar el camino en caso de que lo necesitara más adelante.

Agradeció el silencio que había entre ambas, ella no parecía dispuesta a decir nada y Aurora tampoco quería tener que forzar una conversación que ninguna quería tener. Era bastante obvio que no se agradaban y no estaba dispuesta a tentar la paciencia que la otra chica tenía, tampoco.

Pensaba que, en ese espacio de viaje, podría calmar sus nervios, pero la verdad era que, mientras más se acercaban, se incrementaban aún más. Llevaba unos días sintiendo aquello cuando se encontraba cerca a cualquiera de ellos y supuso que se debía a una reacción ocasionada por su sentido común para alejarse de ello cuando más pudiese.

Estaba segura que otra persona hubiera dado media vuelta e irse, sin involucrarse, pero cada vez que veía en los ojos de ellos sentía que ella ya estaba involucrada antes de saber algo relacionada al tema.

El auto se detuvo frente a un edificio que no reconocía de nada. Entre tanto divague había olvidado seguir el último tramo de camino y no tardó en darse cuenta que se encontraba en una parte de la ciudad que no había antes.

La ojigris bajó del auto sin decirle una palabra y no tuvo que hacerlo, ella sabía que habían llegado.

No le gustó para nada el lugar en donde se encontraban. Era sombrío y fúnebre como aquellos escenarios donde se cometían asesinatos en las películas de acción. Le daba la impresión de que el hecho de que no hubiera tanta luz no se trataba de una mera coincidencia.

Definitivamente no se encontraban en un barrio bajo —se notaba por los grandes edificios en un buen estado— pero sí en uno donde no pasaría ni por casualidad.

La pelinegra caminó hasta el edificio que tenían frente a ellas, el más alto y en mejor estado de todos los que estaban cerca, y entró en él sin más. Aurora se apresuró a seguirle el pasó, susurrando improperios ante el poco tacto de la chica.

Por dentro tampoco era la gran cosa, pero sí era mejor de lo que esperaba de un lugar como aquel. Se adentraron al elevador y subieron hasta el quinto piso de la estructura, el último.

Doble Error.Where stories live. Discover now