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Todo había comenzando cuando los VK's habían salido de Auradon. Después de cruzar el páramo y enfrentarse a todo aquello que sus padres cruzaron algo había cambiado en la relación que tenían Mal y Evie. Mal había comenzando a sentir un poco de amistad por ella, el rencor había quedado atrás y Evie comenzó a sentir algo más fuerte.

Pero, ¿Porque no se atrevía a decir ni una palabra?, Miedo. Era lo que sentía cuando le declarará a Mal todo aquello que sentía cuando prefirió dar su por ella antes de tocar el poderoso cetro de Maléfica, la llegada a Estados Unidos de Auradon no había cambiado absolutamente nada, no para Evie. Recordaba las palabras que su madre le decía:

Trae un príncipe a casa

Pero, ¿Porque no una villana?

[...]

El reino ya no era gobernado por el rey Bestia, Adam, ahora reinaba su primogénito, Ben y su lado estaba la dama de la corte Mal. Aquella tarde que había caído por los cielos de Auradon Evie estaba ajustando los vestidos que las princesas le habían pedido a chillidos, no solo era la consejera real si no también era la que se encargaba de hacer los vestidos para relucir a todas, pero, no más que ella.

— ¡Evie! — Tocó la puerta pero la peliazul prefirió ignorar — ¡E, ábreme! — Y fue cuando su corazón se detuvo al oír ese único sobrenombre que solo ella le decía. No demoró nada y le abrió topandose con esa mirada de paranoia

— ¿M? —

— ¡Hoy! Una cena en Charmington y no tengo nada, necesito tu ayuda —

No sé negaría jamás, dejo todo aquello para ayudarla a su amada fresa.

— Bien, bien, no demoró nada en hacerte algo que te haga relucir... Hermosa — Dijo mientras que la hacía pasar cerrando la puerta, la subió a aquel pequeño foro para comenzar a medirla, su parte favorita era tocarle la fría y pálida piel que tenía

Mal estaba mirando el televisor, lo de siempre y lo típico: La futura reina de Auradon deslumbró esta noche con su prometido

— Lo mismo de siempre — Farfullo en bajo mirando el anillo de bestia

— M, eres la mejor, lo sabes — Dijo mientras que le ponía encima una tela fina de color coral, como aquel vestido manchado de Agrabah.

— Nunca me mientes, siempre tienes la razón — Pasó un mechón rebelde de su morado cabello hacia detrás de su oreja

Evie tocaba pero de inmediato quitaba, pasó la aguja pero le dio un pinchazo. — ¡Evs! — Gimoteo de dolor, pero, para Evie fue lo contrario y sintió sus mejillas hervir

— Lo siento, lo siento — Repitió, se sentía torpe cuando la tenía de frente, una hora más tarde Mal estaba lista.

Un precioso vestido de color coral, unas zapatillas del mismo color un par de pulseras. Pues aunque ella detestara vestir así, siempre le gustaba recibir halagos

— ¡Listo! — Aplaudio Evie con una sonrisa de oreja a oreja, Mal miró su reloj y abrió sus ojos como platos

— ¡Voy tarde, gracias Evs! — Dijo saliendo por la puerta había dejado esa deliciosa fragancia de fresas que a Evie le encantaría oler por largas horas de su joven vida

Relamio sus labios y sonrió, nuevamente se dedicó a hacer los vestidos pero, ¿Porque se atontaba cuando ella se encontraba cerca o pasaba a su lado?, Nuevamente escucho la puerta y corrió a abrir con la esperanza de que fuera ella pero no, no era

Oh, Hola Doug


¡Aquí el primer capítulo?
Espero les guste como a mí ❤️.

𝙄𝙩 𝙬𝙞𝙡𝙡 𝙗𝙚 𝙤𝙪𝙧 𝙨𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩.| 𝘔𝘦𝘷𝘪𝘦 𝘧𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯Where stories live. Discover now