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Evie salío corriendo ganándose miradas y susurros de las princesas primorosas de Auradon. Se detuvo en uno de los baños mientras que entró en el cubículo para tapar su boca aguantado aquel nudo en su garganta que estaba gritando salir, nadie lloraba en la isla, claro, tampoco lo haría en Auradon

Me arrepiento de haberle dado ese beso a Evie. Aquello fue como una bala al corazón debilitando cualquier posibilidad que tuviera con su mejor amiga, la chica que le robó el sueño y que alegraba su vida en su lugar soñado; todo era perfecto si Mal estaba cerca de ella
Unos pequeños sollozos y susurros de culpabilidad atacaban repentinamente su cabeza; ¿Que pudo hacer mal?
Sentía su maquillaje corrido y las lágrimas cayendo al suelo maldiciendose, se había ensuciado llorando recordando las palabras de su madre.

“Pequeña manzanita nunca haz de llorar por un hombre, tú vida no depende de ellos si no de ti misma. Eres hermosa y cualquiera daría su corazón en una caja por ti”.

Su madre por más loca que fuera hablándole a un espejo roto y sin vida tenía razón, era como un enigma lleno de sabiduría que si lo armabas te llevarías una lección.

— ¿Evie? — Escucho la voz de Mal que la hizo tragar en seco y se limpio, nuevamente se maldijo por tirar todas sus cosas saliendo como un bebé llorón

— Estoy en el baño, M —

— Me doy cuenta — Escucho esa voz seca pero burlona de su ‘mejor amiga’ salió para así mirarse en el espejo era un desastre — ¿Y tú maquillaje? — Se admiraba las uñas, esos aires de superioridad ante Evie jamás se quitarían

— Si, corrí un maratón — Excuso

— ¿Tirando tus cosas? — La había descubierto, Evie cargaba piedras en su maleta o eso era lo que Mal llegaba a pensar

— Si, querían asaltarme — Retocaba sus labios y trataba de evitar mirarla o se daría cuenta de sus ojos rojos.

Mala excusa Grimhilde. Pensó Mal

— Vaya, no creí que en el lugar de rosa y lleno de princesas pudieran asaltar —

— Lo hacen — Delineó sus labios y la esquivo llevándose una mala mirada de Mal. Hizo una mueca y solamente escucho la puerta cerrarse

[...]

— ¿Hacer qué? — Los piratas estaban reunidos en el restaurante de Úrsula donde Uma aún estaba herida y decepcionada de sí misma para darle la cara a Mal. Por segunda vez la traidora de la isla se había llegado todo a su favor, todo.

— CJ no es más que un trabajo sencillo y rápido — La voz de Uma sonaba tan arrogante y demandante mientras que fruncia el entrecejo

— Enamorar a la manzana y bueno hacer que se ponga en contra de su novia — Harry hablo haciendo un énfasis en esa última palabra, uno muy dolido.

— Si, mapache me dí cuenta no soy tan estúpida como tú — CJ era la menor de los hijos de el capitán Hook pero ella tenía más agallas que Harriet

— El punto es..— Interrumpió Uma — Si nos ganamos a Evie tenemos a Mal en nuestras garras no hay nada que no haría por ella — Todos miraban atentos a su capitana. — El tonto rey no tarda en llevarse más de aquí y tendremos que ocultar que eres una pirata ya que tiene cierto odio...— La morena miró a Harry pues el hostigamiento al rey había cargado un ladrillo más a su condena en la isla  — Y dirás qué eres hija de Gothel o de el Claude Frollo —

La rubia no sabía los motivos del porque estaba apoyando la idea, antiguamente miraba a Evie recorrer los pasillos y mordía sus labios con tan fuerza que podría hacerlos sangrar. Pero aceptaría, quería salir de la isla donde todo era una mierda y todo era un color grisáceo. Cualquier oportunidad para salir era buena aunque no fuera efectiva y segura

— Acepto — Su respuesta fue como un ronroneo que se ganó una sonrisa de su hermano mayor, una muy sádica

[...]

— Entonces dices que la escuchaste decir que fue un error besarte — Carlos se cruzó de brazos haciendo una mueca, no creía sus palabras aún, circulaba lentamente

— No soy sorda, Carlos —

— Estás paranoica nunca te dijeron que te quedes hasta que alguien salga por la puerta, ¡Tú nunca vez las películas! —

— Evidentemente no soy una chismosa —

El menor paso una mano por su peliblanco cabello y negó frustrado, ¿Mal alguna vez se arrepentía?, Eso era poco creíble y más cuando se trataba de dañar su orgullo, aquel día que la salvo ni siquiera le pidió perdón y aún estando en Auradon es costoso oírla decir Gracias o Por favor

— Pero aún así tienes que hablar con ella, tú secreto no siempre puede ser guardado y no puedes llevártelo a la tumba —

— Que tal si mi destino no es estar con alguien comprometida — Gruño.

— ¿Ahora crees en el destino? Vamos Evie que falta. ¿Una estrella? Espera como la llama el rey Naveen o si... ¡Evangeline! — Grito exasperado

— ¡Carlos! Ella siempre será mi secreto —

𝙄𝙩 𝙬𝙞𝙡𝙡 𝙗𝙚 𝙤𝙪𝙧 𝙨𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩.| 𝘔𝘦𝘷𝘪𝘦 𝘧𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora