𝙄𝙩 𝙬𝙞𝙡𝙡 𝙗𝙚 𝙤𝙪𝙧 𝙨𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩.| 𝘔𝘦𝘷𝘪𝘦 𝘧𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯

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— ¡Enserio!, ¿Cuando le dirás tú secreto? — Carlos parecía que estaba más frustrado que Evie. Claro, el era más apegado a ella como Jay a Mal — ¡Ella apunto de casarse y tú con medio corazón roto! —

— ¡Acaso no lo entiendes! — Entonces fue cuando Evie había roto en llanto — Ella está amando a alguien más justo ahora... — Sus labios temblaban, esos labios carnosos con un labial rosado estaban temblando por primera vez después de el armario de Cruella

— ¿Y? — Pregunto — ¡Puede amarte! Pero jamás te haz atrevido desde que no te dejo tocar el cetro. Ella te salvo —

— No, por primera vez tuvo remordimiento y solamente fuí su primer amiga —

— No, su amiga desde un principio antes que tú, antes que Jay y antes que yo fue Uma pero esa es otra historia que dejaremos para cuando todos estemos viejos apunto de morir en algún asilo de Auradon. Evie tú la amas —

Evie sentía su corazón salirse, recordaba como su amiga le había echado a el clóset como supuesta prueba pero fue extraña.

— ¿Que es esto? — Pregunto, cientos de pieles estaban casi sobre ella y dio un estornudo por el polvo que se había adentrado por su nariz — ¿Prueba? Más bien trampa — Rodó los ojos comenzando a moverse pero sentía cosas moverse, ¿Las pieles podían cobrar vida? Entre tanta piel, escombro y posibles insectos que habitaban los abrigos escucho la puerta abrirse y cerrarse en un santiamén

— ¡Fuera, fuera! Juro que no fuí yo...— Oscuridad era lo que sus orbes azulados veían pero sintió unas manos recorrer sus pómulos que se ponían rojos, el calor estaba presente y los nervios igual — ¡Si me tocas....! — Entonces fue callada. ¿Un beso?

— ¡Evie! — Grito Carlos, por primera vez el más pequeño de ellos mostraba su típico pánico y preocupación

— Carlos, ella ama a alguien más... Y yo solamente la amo en secreto —

[...]

Mal iba de un lado a otro, sus tacones resonaban y miraba la televisión.

;— Lady Mal y el Rey Ben están por casarse —;

La noticia por supuesto que había recorrido todo Auradon, sacudiendo de Agrabah hasta la ciudad imperial. ¿Una villana con un rey?, Mordía sus labios como su tic nervioso entonces alguien entro en su habitación.

— ¿Mal? — Escucho la dulce voz de Ben detrás de ella haciéndola voltear — Mi futura esposa...—

Mal no pudo evitar esa sonrisa que estaba amenazando con salir y que había ganado. Escuchar esa palabra le hacía tener los pelos de punta y que recorriera cada extremo de su ser aunque algo vagaba por su mente

— ¿Y qué tal los tratos con Merlín y los enanitos? — Evadió ese tema que su mente le insistía en recordar

— Gruñón siempre pone un pero, pero algo que ya me he acostumbrado a escuchar y bueno Merlín sigue diciendo que quiere ver cómo Yen Sid ha progresado estando en la isla sin magia alguna —

— Uh, difícil...— Recordaba al único mago que fue enviado por petición propia a la isla, ¿Cómo alguien que tenía posibilidades de vivir en Auradon prefirió la isla de los desperdicios?, Tal vez Mal se había salvado de todo lo primoroso, encantador y con modales teniendo algo como basura, moho y mala conducta. Ben y ella siempre serían polos opuestos

— ¿Y tú? — La saco de sus pensamientos de siempre — ¿Qué tal tu vestido de novia, haz visto a Evie? Creo que me gustaría que me hiciera mi traje —

— No, no la he visto desde la madrugada creo que tiene algo... — Alzó sus hombros haciendo una ligera mueca

— ¿Crees que tenga algo que ver contigo? — Cuestionó el casi rubio

— Lo dudo —

[...]

Mal sentía el remordimiento, su corazón latía y raramente sentía más raro que cuando le había tirado una cubeta con camarones frescos a Uma haciéndole apestar su cabello coronando su apodo de:

“ Camarón Uma ”

Pero, cuando la gente se distrajo entro a aquel clóset como buen » reptil « que era. Aunque sólo permitía que así le llamará Jay. Escucho aquello de Evie

— ¡Si me tocas...! — Su voz era tan suave, tan femenina y algo aguda. Si evitarlo como si pudiera ver atraves de la oscuridad que reinaba en aquel lugar se acercó a unir sus labios en un suave beso. ¿Que hacía?

No era la primera vez que Mal Igna besaba a alguien, pero, esta vez lo había sentido tan diferente.

No como los labios de Harry Hook
O los labios perfumados de Anthony Tremaine
No, esto era completamente distinto.

Eran suaves, eran carnosos que podría morder y eran perfectos.