16- Amenazas

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#Inuyasha

Paro el motor y apoyo mi cabeza en el volante. No me quedo tranquilo dejando sola a Kagome en su casa. Entiendo que debe estar rodeada de su entorno y está con su familia, pero no termino de calmarme. Tengo un mal presentimiento desde esta tarde y eso no me ayuda en absoluto. Enciendo el móvil por cuarta vez para ver si me ha enviado un mensaje; no hay cobertura. Miro el dispositivo una vez más, extrañado. No lo entiendo, se supone que no debería haber ningún problema. Salgo del coche y recorro un par de metros por la zona. Nada.

- Qué poco me gusta esto- me digo en voz baja.

Intento ser optimista y cojo mis cosas antes de entrar en casa, puede tratarse de un inconveniente...,¿no?

Son las diez de la noche, no creo despertar a nadie, suelen acostarse mucho más tarde. Consigo meter la llave en la cerradura y entro. Me encuentro a mi hermano en la sala sentado con el ordenador sobre las piernas.

- Ah, ya llegaste. Oye, ¿puedes mirar si tienes cobertura? Hace un rato que llevo intentando conectarme a internet pero no hay forma.

- Eso mismo quería preguntarte, me resultó extraño que al llegar no hubiese.

- Papá está intentando ver si es por un fallo en la línea o algo.

- Entiendo.

- ¡Inuyasha!- Mi madre aparece de su cuarto y baja corriendo las escaleras hasta llegar a mí.-¿¡Dónde está Kagome!?

- ¡¿Qué ocurre?!- me alarmo.

- ¡Dime dónde está!

- En casa, acabo de dejarla allí hace unos minutos.

- ¡No, no! ¡Vamos, rápido!- grita tirando de mi brazo hacia la entrada.- ¡Inu No, vamos!

- ¿Qué sucede?- dice asomando desde la cocina.

- Tenemos que irnos, ya.

- ¿¡Me puedes explicar que sucede!?- exclamo al borde de los nervios-. ¿Qué tiene que ver ella en todo esto?

- Está en peligro, si no nos damos prisa...

No termino de oír la frase, me doy la vuelta y corro hasta la puerta sin pensarlo dos veces.

- Id vosotros juntos, yo me adelanto.

- Hijo, ten cui...- no acabo de escucharla.

Me siento con rabia y golpeo con fuerza el volante antes de arrancar.

- ¡Joder, joder, joder!

Todo esto es mi culpa. Debí haberme quedado a su lado, ¿cómo pude ser tan tonto como para dejarla sola? La desesperación y el hecho de no saber nada me mata. Piso el acelerador a toda velocidad a la vez que me pongo el cinturón, conociéndome, sé que lo voy a necesitar. La inercia me pega al asiento. Conduzco sin cuidado adelantando a todo aquel que se mete en mi camino. La adrenalina me dura los primeros instantes, luego, todo se torna a un desconcierto impredecible. No reduzco la marcha pero presto más atención, ningún vehículo está circulado, parece como si se hubiese congelado la ciudad.

- Joder...- Me temo que no es la primera vez que esto sucede.

Presiono el botón de llamada en el volante y solicito llamar a mi padre. Si tengo suerte, habrá algo de cobertura y podré hablar con todos. Tardo varios tonos en responder pero, finalmente, lo consigue.

- ¿Ustedes también lo han visto?- voy directo al grano.

- Sí- dicen al unísono.

- ¿Esto es cosa de Naraku, no es así?

Inuyasha y Kagome ¿Jugamos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora