20- Ilusiones

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1 de 2, o me están tomando el pelo o la vida realmente es un coñazo. Primero Kagome, ahora esto... Observo a Sesshomaru de reojo, sé lo que está pensando. Necesito espacio, y ya.

- No importa, ya os lo explicaremos más tarde. Debemos irnos.

- ¿A dónde vamos?

- No, vamos nosotros. Ustedes tienen que quedarse aquí vigilando la aldea.

- ¿La aldea? ¿Por qué?

- Naraku está volviendo a hacer de las suyas, nos ha creado una ilusión de ustedes en la otra época y ha secuestrado a mi novia.

- Wo, wo, wo. Espera un momento- Miroku se acerca con preocupación-. ¿Tú con novia? Debe de tratarse de una bella dama. Después de todo esto, podrías presentármela, ya sabes, por modales y esas cosas.

- ¡Maldito monje pervertido!- Sango, pendiente de la conversación, no tarda ni dos segundos en golpearlo.

- Sango, cariño...

- Ni Sango ni leches, andando- entonces, sin despedirse siquiera, arrastra literalmente a Miroku hasta la cabaña de Kaede.

Volvemos a quedarnos a solas y replanteo la situación.

- Siempre he dudado de tu inteligencia pero no me digas que has sido tan idiota como para creerte semejante cosa.

- No, te aseguro que no.

- ¿Y para qué revelas tanta información?

- Al fin y al cabo qué importa decirlo, no son ellos. Si Naraku ha puesto señuelos aquí para engañarnos, hacer creer que nos lo tragamos le hará pensar que tiene el control. Nos facilitará todo si no nos está dando más problemas.

- ¿No has llegado a plantearte que probablemente ya lo esté haciendo? Olvídalo, sigamos avanzando.

- ¿Los chicos estarán bien?

- Eso espero, pero no podemos hacer más que seguir con lo nuestro y confiar en ellos, no podemos volver.

- Lo sé, tenemos el tiempo justo.

Atravesamos la aldea en menos de un minuto y nos adentramos en uno de los profundos bosques que lo rodean. Mis pies se hunden por el suelo debido al lodo de éste, no ha debido llover hace mucho. Decido saltar por los árboles y me subo a la primera rama que veo. La vegetación no ha decaído en todo este tiempo. Los árboles se mantienen con sus gruesos troncos y fuertes ramas, mientras las copas permanecen llenas de abundantes hojas. El suelo recibe la llegada de la primavera con cantidad de diversas flores. El aroma no pasa desapercibido. Espero que esto no interfiera si consigo hallar el rastro de alguna pista.

El tono anaranjado del cielo me advierte que la noche se aproxima. Esto no es buena señal. Cuanta más oscuridad, más probabilidad de encontrarnos con algún indeseable demonio.

- ¡Ayudaaa! ¡Mamá! - los gritos de una niña pequeña ponen mis sentidos en alerta.

- ¡Vamos!- le aviso a mi hermano.

Llevo mi cuerpo al límite en lo que respecta a la velocidad. Una nube negra ocupa mi visión cuando llego a la zona que mi olfato indica. De pronto, el espesor se disuelve y el único resto que queda es una leve niebla.

- ¡Ayuda!

Y ahí la veo. A los pies de un roble diviso una melena rubia recostada sobre la hierba. Según me acerco, detecto una mancha rojiza en medio de su vestidito blanco.

- Por favor, no me hagan daño- suplica asustada la pequeña llorando.

- Tranquila, vamos a ayudarte.

- ¡Rin! - mi hermano se detiene junto a ella y recoge su cuerpo. ¿Rin? ¿De qué habla? Es sólo una niña.

- Rin, ¿qué te ha pasado?

- Suéltame, por favor- ruega ella.

- ¿Fue ella entonces? ¿Pero no había sido Naraku? - pregunta de la nada.

- Tengo miedo...

Es en ese instante donde ato cabos y me doy cuenta de lo que sucede.

- ¡Sesshomaru, es sólo una ilusión, no es Rin! Concéntrate en su pelo.

Tarda un par de segundos, pero al final reacciona y se levanta desenvainando su espada.

- ¿Otro truco de Naraku? Pues perfecto.

- ¡Para! - Al ver sus intenciones agarro su brazo y me interpongo entre ambos.- Que sea una ilusión no significa que la niña no sea de verdad. No es tu joven e increíble Rin, pero es una niña, ¿no lo entiendes?

- Es cierto.

Cuando me doy la vuelta ella está inconsciente, ha perdido mucha sangre. Llevo mis dedos hasta su cuello y compruebo que sus latidos son muy débiles. Es muy tarde.

- Ya es imposible.

- Déjame con ella, puedo intentar una cosa.

- Si no me equivoco hay una cueva en lo alto de la siguiente montaña, asegúrate de que esté despejada y espera ahí. Haz algo de fuego y coge alguna provisión.

- Está bien, eso haré. Ten cuidado.

Sigo sus indicaciones. Evito meterme en zonas rocosas a la hora de subir para eliminar cualquier posible derrumbamiento. En la mitad del recorrido, encuentro el pequeño escondite. Me fijo en la maleza que hay por los alrededores y confío en que ayude a encubrir el lugar.

Inuyasha y Kagome ¿Jugamos? Where stories live. Discover now